Parashát Vayiqrá_Con Kfir Ben Yehudáh
Update: 2022-03-08
Description
PARASHÁT VAYIQRÁ
(Porción “Y -él- llamó”)
Vayiqrá (Levítico) 1:1 – 6.7
Haftaráh: Yeshayáh (Isaías) 43.21 – 44:23
El Séfer Vayiqrá, llamado en la tradición rabínica “Torát Kohaním”, comienza con las leyes de los qorbanót, las ofrendas o sacrificios.
Y ya al comienzo en los primeros versículos encontramos el propósito de los qorbanót:
“Llamó Adonáy a Moshéh, y habló con él desde el tabernáculo de reunión, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno de entre vosotros ofrece ofrenda a Adonáy, de ganado vacuno u ovejuno haréis vuestra ofrenda… y el sacerdote lo ofrecerá todo, y lo hará arder sobre el altar; holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Adonáy”.
El concepto “olor grato para Adonáy”, aparece ya en génesis, después del diluvio, con el primer sacrificio de animal que Nóaj ofrece a Dios.
“Y edificó Noé un altar a Adonáy, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Adonáy olor grato; y dijo Adonáy en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre…”.
¿Cuál es la importancia del olor grato? ¿Por qué Dios necesita oler ese aroma agradable?
¿Por qué la promesa de no maldecir ni castigar la tierra depende del aroma agradable?
Nuestros Sabios le asignan un valor especial al olfato. Asocian el olfato a la neshamáh, al alma de la persona.
Cuando cantamos Kol haneshamáh tehalél, “Toda el alma te alabará”, estamos afirmando que con todos los sentidos alabamos a Dios incluyendo el olfato que está asociado al alma.
Nuestros Sabios de bendita memoria, enseñan que el sentido del olfato es espiritual como lo indica su nombre: Réaj ריח aroma, rúaj רוח espíritu.
Por eso el ritual de oler los besamím (especias aromáticas), al concluir Shabát, para reconfortar nuestra alma cuando el espíritu del Shabát finaliza y se retira.
Parece ser que el olfato es considerado más espiritual que el resto de los sentidos porque por la nariz según el relato de la Creación es por donde ingresó la neshamáh (el alma), al ser humano.
“Entonces Dios formó al ser humano del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. – Bereshít 2:7
Dicen que el ser humano transgredió con los cuatro sentidos del total de cinco y por eso fue expulsado del Jardín del Edén.
Adám y Javáh transgredieron escuchando la voz de la serpiente en lugar de escuchar y obedecer a Dios.
Transgredieron con el tacto al tocar el fruto del árbol del conocimiento. Con el gusto al comer del fruto y con la vista cuando Javáh miró con tentación el árbol prohibido.
El castigo para el ser humano fue la muerte, que es el corte y la separación entre el cuerpo y el alma.
Así se separan los cuatro sentidos con la muerte y el sentido del olfato que es el del rúaj haneshamáh, el espíritu del alma, queda intacto.
¿Cuál es entonces el vínculo con los sacrificios?
Qorbán (“sacrificio”) y karóv (“cerca”) comparten la raíz en hebreo.
La propuesta es acercarnos después que el error y la transgresión nos alejan de Dios.
El tipo de qorbán que acerca, es aquel que tiene un olor agradable, o espiritualidad.
Una ofrenda que nos permita transformar lo animal/material y concreto, en espiritual.
Hoy lo reemplazamos con la tefiláh (plegaria). Con nuestras plegarias, con las que buscamos acercarnos a Dios y encontrar el calor de Su presencia.
En estos días, mucho se ha expresado y escrito seriamente, con ironía o humor. Inclusive se ha dicho que uno de los síntomas del COVID-19 es perder el olfato. Y más de uno puede estar pensando en esa dirección y hasta sentir que lo que nos sucede es un castigo por falta de olor grato y espiritualidad.
Aunque creo que siempre en las palabras de la Toráh podemos encontrar coincidencias con acontecimientos de la actualidad.
Así lo enseña Ben Bag Bag: בֶּן בַּג בַּג אוֹמֵר, הֲפֹךְ בָּהּ וַהֲפֹךְ בָּהּ, דְּכֹלָּא בָהּ. “Léela y reléela porque todo está en ella.” – Avót 5:23 .
No por eso está predeterminado todo o la advertencia de todo lo que ocurrirá en la historia de la humanidad. Mas bien, prefiero entender que esto es lo que hoy nos toca transitar y deseo que podamos aprender de esta dolorosa experiencia y salir fortalecidos.
En relación al olfato tal vez hoy podemos captar con más fuerza la necesidad de cuidarlo, manteniéndonos sanos.
Nutriendo nuestra neshamáh con todos los sentidos. Escuchando palabras de Toráh y espiritualidad, tocando lo permitido para mantenernos a salvo,
saboreando lo que si podemos y el mundo nos ofrece; y mirando aquello que aclara e ilumina nuestra mirada.
Tal vez así nuestras almas se llenen de espíritu y santidad para sentir Su presencia.
Lehitra’ót!
(Porción “Y -él- llamó”)
Vayiqrá (Levítico) 1:1 – 6.7
Haftaráh: Yeshayáh (Isaías) 43.21 – 44:23
El Séfer Vayiqrá, llamado en la tradición rabínica “Torát Kohaním”, comienza con las leyes de los qorbanót, las ofrendas o sacrificios.
Y ya al comienzo en los primeros versículos encontramos el propósito de los qorbanót:
“Llamó Adonáy a Moshéh, y habló con él desde el tabernáculo de reunión, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno de entre vosotros ofrece ofrenda a Adonáy, de ganado vacuno u ovejuno haréis vuestra ofrenda… y el sacerdote lo ofrecerá todo, y lo hará arder sobre el altar; holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Adonáy”.
El concepto “olor grato para Adonáy”, aparece ya en génesis, después del diluvio, con el primer sacrificio de animal que Nóaj ofrece a Dios.
“Y edificó Noé un altar a Adonáy, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Adonáy olor grato; y dijo Adonáy en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre…”.
¿Cuál es la importancia del olor grato? ¿Por qué Dios necesita oler ese aroma agradable?
¿Por qué la promesa de no maldecir ni castigar la tierra depende del aroma agradable?
Nuestros Sabios le asignan un valor especial al olfato. Asocian el olfato a la neshamáh, al alma de la persona.
Cuando cantamos Kol haneshamáh tehalél, “Toda el alma te alabará”, estamos afirmando que con todos los sentidos alabamos a Dios incluyendo el olfato que está asociado al alma.
Nuestros Sabios de bendita memoria, enseñan que el sentido del olfato es espiritual como lo indica su nombre: Réaj ריח aroma, rúaj רוח espíritu.
Por eso el ritual de oler los besamím (especias aromáticas), al concluir Shabát, para reconfortar nuestra alma cuando el espíritu del Shabát finaliza y se retira.
Parece ser que el olfato es considerado más espiritual que el resto de los sentidos porque por la nariz según el relato de la Creación es por donde ingresó la neshamáh (el alma), al ser humano.
“Entonces Dios formó al ser humano del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. – Bereshít 2:7
Dicen que el ser humano transgredió con los cuatro sentidos del total de cinco y por eso fue expulsado del Jardín del Edén.
Adám y Javáh transgredieron escuchando la voz de la serpiente en lugar de escuchar y obedecer a Dios.
Transgredieron con el tacto al tocar el fruto del árbol del conocimiento. Con el gusto al comer del fruto y con la vista cuando Javáh miró con tentación el árbol prohibido.
El castigo para el ser humano fue la muerte, que es el corte y la separación entre el cuerpo y el alma.
Así se separan los cuatro sentidos con la muerte y el sentido del olfato que es el del rúaj haneshamáh, el espíritu del alma, queda intacto.
¿Cuál es entonces el vínculo con los sacrificios?
Qorbán (“sacrificio”) y karóv (“cerca”) comparten la raíz en hebreo.
La propuesta es acercarnos después que el error y la transgresión nos alejan de Dios.
El tipo de qorbán que acerca, es aquel que tiene un olor agradable, o espiritualidad.
Una ofrenda que nos permita transformar lo animal/material y concreto, en espiritual.
Hoy lo reemplazamos con la tefiláh (plegaria). Con nuestras plegarias, con las que buscamos acercarnos a Dios y encontrar el calor de Su presencia.
En estos días, mucho se ha expresado y escrito seriamente, con ironía o humor. Inclusive se ha dicho que uno de los síntomas del COVID-19 es perder el olfato. Y más de uno puede estar pensando en esa dirección y hasta sentir que lo que nos sucede es un castigo por falta de olor grato y espiritualidad.
Aunque creo que siempre en las palabras de la Toráh podemos encontrar coincidencias con acontecimientos de la actualidad.
Así lo enseña Ben Bag Bag: בֶּן בַּג בַּג אוֹמֵר, הֲפֹךְ בָּהּ וַהֲפֹךְ בָּהּ, דְּכֹלָּא בָהּ. “Léela y reléela porque todo está en ella.” – Avót 5:23 .
No por eso está predeterminado todo o la advertencia de todo lo que ocurrirá en la historia de la humanidad. Mas bien, prefiero entender que esto es lo que hoy nos toca transitar y deseo que podamos aprender de esta dolorosa experiencia y salir fortalecidos.
En relación al olfato tal vez hoy podemos captar con más fuerza la necesidad de cuidarlo, manteniéndonos sanos.
Nutriendo nuestra neshamáh con todos los sentidos. Escuchando palabras de Toráh y espiritualidad, tocando lo permitido para mantenernos a salvo,
saboreando lo que si podemos y el mundo nos ofrece; y mirando aquello que aclara e ilumina nuestra mirada.
Tal vez así nuestras almas se llenen de espíritu y santidad para sentir Su presencia.
Lehitra’ót!
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