Jesús ora y pide al Padre no que los creyentes sean retirados del mundo, sino que sean protegidos del mal mientras viven en él. A través de esta Palabra, se explora cómo Jesús reconoció las dificultades y los desafíos que enfrentan sus discípulos y, aun así, pidió fortaleza y protección divina para que puedan permanecer firmes en su misión. Este mensaje invita a reflexionar sobre cómo vivir en el mundo manteniendo la fe, la pureza y el propósito de Dios en medio de las adversidades y la influencia del mal, en medio de un mundo lleno de tradiciones y culturas.