Tres Nocturnos del Extranjero. León de Greiff. (Poema)
Update: 2020-10-10
Description
Tres nocturnos del extranjero
NOCTURNO N.º 4 en Si bemol
Tabardo astroso cuelga de mis hombros claudicantes y yo le creo clámide augusta.
La noche expande el humo de los pebeteros incensarios; la noche enciende las linternas vagabundas; la noche es un vasto silencio donde sólo trémulas arpas inician cantos solitarios. Tabardo astroso cuelga de mis hombros claudicantes y yo le creo clámide augusta.
La noche canta cálidas melodías: la flauta y el oboe subrayan el fastuoso cántico.
La noche canta, plácida. La noche canta, turbulenta: y calla; la noche es entonces un vasto silencio, donde sólo trémulas arpas inician cánticos solitarios. Ahora calla la noche.
Silencio nacido de las músicas, eclíptico.
¿Qué se interpuso entre las arpas trémulas y el cántico litúrgico y el oboe y la flauta?
¿Qué se interpuso, y qué vertió esa angustia sobre la faz impávida de la noche?
Tabardo astroso cuelga de mis hombros claudicantes, y yo le creo clámide augusta.
La noche inicia preludios solitarios: trémulas arpas, flautas y oboes sostienen la etérea melodía.
La noche expande el humo de los pebeteros, aromoso; la noche extiende las linternas vagabundas.
Toda la angustia, todo el misterio de la noche se enreda, todo el misterio de la noche desnuda, Sirena y Circe todopoderosa, reina morena del aduar solitario...
Todo el embrujo de la noche se enreda en las aristas de la tierra doemida.
Tabardo astroso cuelga de mis hombros claudicantes y yo le creo clámide augusta.
León de Greiff
NOCTURNO N.º 4 en Si bemol
Tabardo astroso cuelga de mis hombros claudicantes y yo le creo clámide augusta.
La noche expande el humo de los pebeteros incensarios; la noche enciende las linternas vagabundas; la noche es un vasto silencio donde sólo trémulas arpas inician cantos solitarios. Tabardo astroso cuelga de mis hombros claudicantes y yo le creo clámide augusta.
La noche canta cálidas melodías: la flauta y el oboe subrayan el fastuoso cántico.
La noche canta, plácida. La noche canta, turbulenta: y calla; la noche es entonces un vasto silencio, donde sólo trémulas arpas inician cánticos solitarios. Ahora calla la noche.
Silencio nacido de las músicas, eclíptico.
¿Qué se interpuso entre las arpas trémulas y el cántico litúrgico y el oboe y la flauta?
¿Qué se interpuso, y qué vertió esa angustia sobre la faz impávida de la noche?
Tabardo astroso cuelga de mis hombros claudicantes, y yo le creo clámide augusta.
La noche inicia preludios solitarios: trémulas arpas, flautas y oboes sostienen la etérea melodía.
La noche expande el humo de los pebeteros, aromoso; la noche extiende las linternas vagabundas.
Toda la angustia, todo el misterio de la noche se enreda, todo el misterio de la noche desnuda, Sirena y Circe todopoderosa, reina morena del aduar solitario...
Todo el embrujo de la noche se enreda en las aristas de la tierra doemida.
Tabardo astroso cuelga de mis hombros claudicantes y yo le creo clámide augusta.
León de Greiff
Comments
In Channel




