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Hablemos Claro de Alimentos
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Hablemos Claro de Alimentos

Author: Hablemos Claro

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Conocimiento sobre alimentación con un enfoque científico, tecnológico y de promoción de la salud.
40 Episodes
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El pan es el mayor contribuyente a la ingesta de aditivos alimentarios comunes en los países que consumen dietas occidentales, con ramificaciones en la salud y las enfermedades a través de la microbiota intestinal. Los estudios preclínicos y clínicos a pequeña escala sugieren que el uso de cereales alternativos, la suplementación del pan para inducir propiedades funcionales y la fermentación de masa madre tienen un gran potencial para reducir los factores de riesgo asociados con enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta al modular la microbiota intestinal. Sin embargo, es posible que sea necesario aplicar ingredientes funcionales formulados en el pan de manera específica y específica para cada individuo para brindar los beneficios esperados y evitar consecuencias potencialmente perjudiciales. En general, existen importantes lagunas de conocimiento y oportunidades de investigación para desarrollar panes respetuosos con el intestino con beneficios para la salud científicamente validados.
Para obtener una reducción significativa de los impactos ambientales y mejorar la calidad del trigo, es necesario identificar la cantidad mínima de fertilizantes que garantice rendimientos adecuados. Considerando las fases de producción posteriores en la fabricación de pasta, pan y productos de panadería (es decir, amasado, horneado de pan y producción de pasta), la introducción de nuevas tecnologías, como microondas, radiaciones infrarrojas y campos eléctricos pulsados, y el uso de energía sostenible en la producción y el transporte de alimentos parece ser la estrategia de mejora más interesante y sostenible.
La harina de trigo, las pastas, el pan y los productos de panadería se consideran a nivel mundial esenciales para la nutrición humana ya que son una fuente importante de macronutrimentos (principalmente carbohidratos y proteínas), micronutrimentos (vitaminas y minerales), fibra dietética y antioxidantes. Recientemente, se ha observado un aumento significativo en el interés de los consumidores por los productos de panadería capaces de proporcionar beneficios para la salud a través de compuestos bioactivos. Esta tendencia ha llevado al redescubrimiento de trigos antiguos y a un aumento en el uso de harinas integrales en la industria.
Las alternativas a la carne son más que una tendencia pasajera; son una respuesta necesaria a los desafíos de sostenibilidad que enfrentamos en el siglo XXI. La producción de carne convencional ha demostrado ser insostenible en términos ambientales, éticos y de salud pública, lo que hace que la búsqueda de fuentes alternativas de proteínas sea esencial para nuestro futuro.
Las alternativas a la carne abordan la necesidad de opciones sostenibles y saludables, pero enfrentan desafíos en términos de aceptación cultural, impactos ambientales y consideraciones nutricionales. Cada fuente de proteína presenta beneficios y áreas de mejora, y la adopción exitosa de estas alternativas requiere equilibrio entre factores como la percepción del consumidor, eficiencia ambiental y características nutricionales. La continua investigación y desarrollo son esenciales para optimizar estas opciones y hacer frente a los desafíos planteados en la producción y aceptación de alternativas a la carne. Falta mucho camino por andar.
El consumo de carne ha sido considerado, durante mucho tiempo, un componente esencial de la nutrición humana. Sin embargo, el aumento de la producción, asociado no sólo al aumento de la población humana, sino también al consumo, generalmente excesivo, de carne a escala mundial, ha dado lugar a preocupaciones de carácter medioambiental, de salud pública, éticos e ideológicos. La industria alimentaria ha demostrado su capacidad de adaptarse e innovar rápidamente para satisfacer la creciente demanda de dietas más sostenibles. Esta iniciativa se refleja particularmente en el mercado de proteínas alternativas, que están cada vez más disponibles para los consumidores. Las fuentes alternativas de proteínas abarcan desde algas hasta productos vegetales rediseñados, uso innovador de legumbres y una variedad de sustitutos de la carne. Hoy en día, existe una amplia gama de posibilidades disponibles en el mercado: carne cultivada en laboratorio, carne de origen vegetal, proteínas unicelulares de levadura o algas e insectos comestibles.
La información relacionada con las ciencias de los alimentos la comunican con mayor frecuencia quienes trabajan en instituciones académicas a través de publicaciones revisadas por pares en revistas científicas. Estas están dirigidas a otros científicos dentro de círculos académicos y grandes corporaciones multinacionales con sus propios laboratorios de investigación. Ahora que el sector alimentario mundial intenta alimentar a casi ocho mil millones de personas, podemos empezar a visualizar las diversas necesidades de quienes participan. Los pequeños procesadores de alimentos constituyen la mayor parte de este grupo y abastecen con sus productos a mercados pequeños, locales o regionales. Muchos no tienen acceso a recursos o instalaciones sofisticadas, siendo una preocupación constante, la inocuidad de los productos que expenden. Además, atienden a diversas preferencias culturales, lo que aumenta los desafíos.
La industria alimentaria se encuentra en un momento de creciente demanda, a medida que tratamos de satisfacer las necesidades de una población mundial en constante aumento. En el contexto de nuestro ajetreado estilo de vida actual, muchas personas optan por alimentos listos para consumir para ahorrar tiempo en la cocina. Sin embargo, la escasez de mano de obra ha impulsado la necesidad de utilizar maquinaria y tecnología para satisfacer la demanda de alimentos. Aquí es donde la Inteligencia Artificial ha emergido como una herramienta crucial en el procesamiento de diversos tipos de alimentos a través de sistemas automatizados y robóticos.
Se ha encontrado que los tres beneficios principales más relevantes para la aceptación de tecnologías alimentarias son: salud (mejor nutrición), calidad sensorial (mejor sabor) y beneficios ambientales (menor consumo de energía, menos desechos, o más amigable con los animales). Como cualquier transición hacia hábitos alimentarios más sostenibles difícilmente puede ser prevista sin nuevas tecnologías alimentarias, pero el escepticismo general con respecto a estas nuevas tecnologías en el ámbito alimentario sigue siendo un desafío importante.
Sustitutos de carne

Sustitutos de carne

2023-06-2717:39

Los sustitutos de la carne son productos de la coevolución de la demanda de los consumidores y las tecnologías de procesamiento. Entre las proteínas alternativas, los sustitutos de la carne se encuentran entre los productos más avanzados y se basan en décadas de investigación y desarrollo para recrear con éxito la textura, el sabor y la apariencia de la carne.
La producción de plásticos en el mundo es de más de 370 millones de toneladas anuales. Probablemente, muchos de nosotros usamos plásticos en nuestra vida diaria con muy diversos propósitos. La situación es que los desechos plásticos se acumulan en el ambiente aumentando el riesgo de contaminación con severos impactos, incluso en la salud pública. Estos desechos, que están distribuidos en grandes áreas del planeta, cuando se exponen a los diversos factores ambientales, se rompen en pequeñas partículas denominadas microplásticos.
El procesamiento, la conservación y el envasado de alimentos han evolucionado con el avance de la tecnología. El interés de la ciencia y la tecnología de alimentos está puesto en que la raza humana, donde quiera que se encuentre, tenga disponibles alimentos saludables, inocuos y seguros. Esto incluye, por supuesto, a quienes viajan al espacio.  ¿Existen diferencias en los productos usados en misiones espaciales? 
Conocemos algunas de las tecnologías tradicionales para desinfectar o proporcionar inocuidad a los alimentos, algunas incluso las replicamos de forma casera, principalmente las que se relacionan con la aplicación de calor. Existen algunas desventajas del uso de estas tecnologías, como la reducción parcial del valor nutricional, la posible generación de algunos derivados químicos que pueden ser nocivos para los consumidores y el inmenso consumo energético que suponen, lo que implica un impacto negativo en la ecología y la economía. Estos y otros inconvenientes fueron el impulso para el desarrollo de las tecnologías no térmicas, que tienen un consumo muy reducido de agua y de energía, además de ser libres de residuos. Sin embargo, podrían presentar contratiempos relacionados con las inversiones en equipamiento y mantenimiento y su difusión está limitada por la baja aceptación del consumidor y la resistencia de las autoridades regulatorias. 
Para lograr la seguridad alimentaria en los próximos 30 años manteniendo nuestros recursos naturales, es necesaria una transición del sistema alimentario actual a un sistema alimentario más eficiente, más saludable, equitativo y centrado en el consumidor y el medio ambiente. Esta transición, sin embargo, es compleja. Primero, necesitamos hacer una mudanza completa de una economía lineal a una circular, donde las corrientes secundarias y los desechos se valoricen como nuevas fuentes de materiales/ingredientes alimentarios, lo que lleva a un uso más eficiente de los recursos disponibles. En segundo lugar, la producción de alimentos tiene que aumentar. Para esto, la agricultura vertical, la ingeniería genética, la agricultura celular y las fuentes no convencionales de ingredientes como las microalgas, los insectos y las fibras derivadas de la madera pueden hacer una contribución válida al conducir a un uso más eficiente de la tierra y a un aumento en la productividad de alimentos e ingredientes.
En el futuro, los productores de alimentos deben cambiar su enfoque de la convencional producción en masa, a ingeniería de productos alimenticios que enfatice la estructura de los alimentos, propiedades y sabor, para traducir los deseos del consumidor en productos consumibles, saludables e inocuos, mediante la aplicación de pensamiento innovador en cada paso de la cadena de producción alimentaria. De esta manera se prevé que es posible influir en la salud de los consumidores regulando la biodisponibilidad de los nutrimentos, la saciedad y la salud intestinal; así como mejorar su experiencia sensorial. Estas innovaciones deben también considerar cambiar de acuerdo a la demografía del consumidor, su estilo de vida y requerimientos nutricionales; es decir, tomar en cuenta que no existen soluciones universales, sino que todas dependen del contexto de las comunidades o sectores de la población. 
Ahora se habla de alimentos procesados saludables y no saludables y que todos los denominados “ultraprocesados”, no son saludables. Sin embargo, el consumidor necesita ser correctamente informado de que “lo saludable” no tiene una correlación con el número de ingredientes, ni con la intensidad o el número de procesos que haya tenido en el camino hasta su mesa; tampoco con el hecho de que el alimento haya sido procesado en su cocina o en la planta de una gran industria. De cualquier manera, no existen alimentos que por sí solos puedan cubrir las necesidades de un individuo, es la combinación de alimentos en cantidades adecuadas, la variedad de los mismos y los procesos a los que se someten para hacerlos comestibles, lo que puede cubrir dichas necesidades, es decir, una dieta correcta como unidad de la alimentación. 
Actualmente existe una tendencia de los consumidores por los alimentos de fácil preparación, que mantengan sus propiedades originales, incrementen su vida útil y tengan un procesamiento mínimo; además, claro, de que sean inocuos, estén preparados para su consumo inmediato y no generen residuos excesivos. Tales alimentos existen en la industria, son conocidos como mínimamente procesados en fresco o de IV gama.
La apertura comercial y la globalización de mercados han acelerado los procesos de intercambio de productos alimenticios frescos y procesados entre diversos países. Si las previsiones de los expertos de organizaciones internacionales y gobiernos se cumplen, en un tiempo relativamente corto, los aranceles y demás barreras de orden comercial desaparecerán y los aspectos sanitarios y de inocuidad alimentaria serán de importancia crucial. Por lo tanto, asegurar que el consumo de los alimentos no sea nocivo para la salud humana se vuelve un requisito indispensable de acceso a los mercados internacionales y una garantía sanitaria para los productos importados destinados al consumo local.
Consideremos algo que hemos expuesto varias veces en nuestras temporadas previas: no existen alimentos buenos, ni alimentos malos, solo dietas correctas o incorrectas. Así como la importancia de que cada persona tiene circunstancias distintas que determinan si un alimento es benéfico o perjudicial para su organismo. Partiendo desde ahí, podemos tomar como referencia la propuesta de La Comisión EAT-Lancet. Esta comisión describió una dieta de referencia universal y saludable para realinear los sistemas alimentarios mundiales, mejorar la sostenibilidad ambiental y nutrir para la salud humana. 
A pesar de que muchos hogares cuentan con uno y es de uso cotidiano, todavía existen muchas preocupaciones sobre sus efectos en la salud y la seguridad del uso doméstico del horno de microondas. Un número relativamente grande de consumidores percibe su uso de forma negativa, reconociendo una especie de miedo respecto al uso de esta tecnología. 
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