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El Garaje Hermético de Máximo Sant
El Garaje Hermético de Máximo Sant
Author: Máximo Sant
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© 2025 Máximo Sant
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Siempre al volante. Siempre intentando disfrutar de cada coche que he probado. Llevo muchos años trabajando en la prensa del motor y sigo disfrutando como el primer día, sin perder la ilusión. Escucha mi podcast y lo verás... o lo oirás.
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Vender un coche es casi un arte escénico. Pero, ¿qué pasa cuando, en mitad de la función, el actor principal se tropieza y se cae del escenario? En este vídeo nos centramos en ese instante mágico y horrible a la vez: la demostración pública, el gran evento de prensa donde la marca saca pecho para presumir de su tecnología... y la tecnología decide tomarse el día libre.
He asistido a multitud de presentaciones y os aseguro que he visto de todo: desde incendios "por la espalda" hasta vuelcos en directo. Pero hoy vamos a analizar las 10 Demostraciones Públicas -más un Bonus Track- que acabaron en un desastre absoluto. Estos son los casos que analizamos en el vídeo:
-BMW y la pintura mágica: El iX Flow prometía cambiar de color con un botón, pero la prensa descubrió que el sistema era lento y que, con el frío, el coche se negaba a cambiar.
-BYD y el asistente sordo: Nada peor que el silencio cuando el CEO le habla al coche en una presentación mundial... y el coche le ignora repetidamente.
-Chery y su doble fallo: Desde el Omoda 5 arrollando a un "dummie" en una prueba de frenado, hasta el Arrizo 8 congelándose en el escenario en Rusia.
-Jaguar I-Pace: Un coche de 80.000 euros que, al igual que el Omoda, decidió ignorar al muñeco-peatón y llevárselo por delante.
-Jeep Grand Cherokee: En plena presentación en Detroit, su suspensión neumática falló, dejando al coche "arrodillado" y desinflado en su propio stand.
-Mercedes-Benz Clase A: El caso que cambió la industria. La famosa "Prueba del Alce" donde el coche volcó, obligando a la marca a instalar ESP de serie.
-Mitsubishi Pajero: El rey del Dakar que, ante la prensa, fue incapaz de subir una simple rampa metálica de exhibición.
-Tesla Cybertruck: El momento viral por excelencia. Los cristales "inquebrantables" que se hicieron añicos ante la mirada atónita de Elon Musk.
-Volvo S60: La marca de la seguridad estrellando su coche contra un camión porque el sistema de frenado automático no se activó.
-Volvo XC60: La secuela del fallo anterior, pero esta vez con peatones reales cruzando delante del coche.
-Bonus Track - Jaecoo 7: El intento fallido de subir una escalera para demostrar capacidades off-road, acabando con el coche atascado y patinando en el primer escalón.
Estos ridículos en directo demuestran que la tecnología es compleja, pero también nos enseñan una lección valiosa: es mejor probarlo mil veces en privado que fallar una sola vez en público ante las cámaras.
¡No te pierdas el vídeo completo para ver cómo ocurrieron estos momentos que ya son historia de la automoción!
Pensad por un momento en el salón de vuestra casa. Visualizadlo. Es ese lugar sagrado donde charláis con los vuestros, donde descansáis después de un día duro, donde discutís acaloradamente y, sobre todo, donde os sentís seguros. ¿Verdad?
Pues bien, en este vídeo especial de Navidad vengo a deciros que tenéis otra habitación exactamente igual de importante en vuestras vidas, pero con una diferencia fundamental: esta tiene cuatro ruedas y un motor.
Nuestro coche es un hogar en movimiento. Nos da algo que nuestro sofá, por muy cómodo que sea, nunca podrá darnos: la libertad de ver el mundo.
Estamos en Navidad, fechas de mucho movimiento, de volver a casa, de visitar a la familia o, seamos sinceros, a veces de huir de ella. En estos días, las carreteras se llenan de pequeñas cápsulas de acero y cristal llenas de vida. Por eso, en Garaje Hermético, donde solemos hablar de curvas de potencia, de par motor, de subviraje o de la eficiencia térmica, hoy os propongo cambiar radicalmente el foco. Hoy vamos a dejar de mirar lo que hay bajo el capó para mirar, con lupa y corazón, lo que ocurre en los asientos.
El automóvil ha sido, durante el último siglo, el escenario secundario más importante de nuestras vidas. A veces, incluso el primario. ¿Cuántas decisiones vitales habéis tomado agarrando un volante con fuerza? ¿Cuántas "confesiones inconfesables" se han lanzado mirando al frente, a la carretera, sin atreverse a mirar al copiloto a los ojos? El coche no es una simple máquina de transporte; es una extensión de nuestro espacio vital. Es una "burbuja" que nos aísla del frío, del ruido y de los problemas externos.
I. LA CRONOLOGÍA DEL CONFORT: DE LA INTEMPERIE AL SALÓN
Para entender cómo llegamos aquí, hemos preparado un recorrido histórico fascinante.
II. PSICOLOGÍA DE LA CABINA
¿Por qué hablamos mejor en el coche? Los psicólogos hablan del "contacto visual no confrontacional". En el sofá de casa, mirarse a los ojos crea tensión en temas difíciles. En el coche, al mirar ambos a la carretera, la presión desaparece, nos sentimos menos juzgados y las palabras fluyen. Además, el coche actúa como un "Tercer Espacio" (según Ray Oldenburg): un limbo temporal entre el trabajo y el hogar donde los problemas de uno ya pasaron y los del otro aún no han llegado. Es un confesionario con ruedas: lo que se dice en el coche, se queda en el coche.
III. DICCIONARIO DE SITUACIONES (DE LA A A LA Z)
Hemos recopilado las situaciones que convierten al vehículo en un escenario de vida:
IV. EL REFUGIO SEGURO
Hay un momento que lo define todo: llevar a un recién nacido a casa desde el hospital. El mundo exterior parece agresivo y ruidoso. Pero al cerrar la puerta del coche, se hace el silencio. Conduces con más cuidado que nunca. Los sistemas de seguridad (airbags, ISOFIX) son ingeniería, pero emocionalmente son una promesa: "Aquí dentro no os va a pasar nada". El coche es una armadura protectora para tu familia.
V. EL FUTURO La conducción autónoma transformará el coche en un "lounge" rodante, sin volante. A los que nos gusta conducir nos da nostalgia, pero ganaremos tiempo de calidad real con los nuestros. Será una extensión literal de la casa que se desacopla. Pero mientras llega, disfrutad del coche que tenéis hoy. Cuidadlo, porque es el guardián de vuestra memoria vital.
Hay coches que se diseñaron para ser un sueño… y que se convirtieron en pesadillas. Muchos modelos se han ganado el apodo de Widowmakers o "hacedores de viudas" con el paso del tiempo, pero hoy nos centramos en los "auténticos". Máquinas que no perdonaban errores y que exigían un respeto absoluto para no acabar en tragedia.
Para entender este fenómeno, en el vídeo viajamos primero a la aeronáutica. El término nació con aviones como el bombardero B-26 Marauder o el F-104 Starfighter, y saltó al asfalto con la Kawasaki H1 Mach III, una moto con un motor explosivo y un chasis que se retorcía como un chicle.
Pero los verdaderos protagonistas de esta historia son los coches. Analizamos a fondo los tres grandes clásicos que definieron el término:
-Mercedes-Benz 300 SL "Alas de Gaviota" (1954): Uno de los coches más bellos de la historia escondía una trampa mortal en su eje trasero oscilante.
-Porsche 911 Turbo (1975): El coche que grabó el término a fuego. La combinación de motor trasero, batalla corta y un "turbo lag" salvaje lo convertían en una bestia indomable.
-Renault Gordini: El caso español. Conocido popularmente como "El coche de las viudas" por su dirección flotante y su inestabilidad con viento lateral.
Además, te cuento la historia del Tatra T87, conocido como el "Matanazis", un coche tan peligroso de conducir rápido que el Alto Mando alemán prohibió a sus oficiales utilizarlo durante la ocupación.
Y por supuesto, repasamos la lista de los 10 herederos modernos de esta fama letal:
-Chevrolet Corvair: El coche que Ralph Nader destruyó.
-Shelby Cobra 427: Chasis antiguo y potencia desmedida.
-Lancia Stratos: Diseñado para rallyes, inconducible para novatos.
-Peugeot 205 GTI 1.9: El rey del sobreviraje al ahuecar.
-Toyota MR2 (SW20): Famoso por su "Snap Oversteer".
-Lamborghini Diablo: Un toro salvaje sin ayudas electrónicas.
-Dodge Viper RT/10: Sin ABS, sin control de tracción y con escapes que quemaban.
-TVR Cerbera: Potencia bruta sin red de seguridad.
-Renault Clio V6 Fase 1: Una locura de motor central difícil de controlar en mojado.
-Porsche Carrera GT: El superdeportivo analógico definitivo que no perdona.
-Estos coches nos recuerdan una época donde la ingeniería iba un paso por delante de la seguridad.
¿Cuál te parece el más peligroso de todos?
¿Te consideras un verdadero experto del motor? Hoy, con todo mi cariño, pretendo poner a prueba tus conocimientos. Vivimos en un mundo donde un Porsche 911 o un Ferrari Testarossa son iconos universales que todos reconocemos.
Pero la historia del automóvil es inmensa y está llena de soñadores, ingenieros maravillosamente locos y marcas que brillaron intensamente para luego desaparecer en la oscuridad.
He seleccionado 16 rarezas, desde 1954 hasta mediados de los 90. No son necesariamente los mejores coches del mundo, pero todos tienen algo en común: son grandes desconocidos para la mayoría de los aficionados. Si conoces más de la mitad... ¡enhorabuena! Eres un auténtico experto.
Esta es la lista de las joyas olvidadas que analizamos en el vídeo:
1. Kaiser Darrin (1954): El coche con las puertas más extrañas de la historia. Se deslizan hacia delante y desaparecen dentro de la carrocería.
2. Facel Vega HK500 (1958): El "Rolls-Royce francés". Lujo parisino por fuera y fuerza bruta americana (motor Chrysler) por dentro.
3. Matra Djet (1962): El pionero olvidado. Se adelantó al Lamborghini Miura siendo el primer coche de producción con motor central-trasero.
4. Gordon Keeble (1964): Ingeniería británica, diseño de Giugiaro, motor de Corvette y, curiosamente, una tortuga como logotipo.
5. Toyota Sport 800 (1965): El "Yota-Hachi". Un deportivo diminuto y ligero que sirvió de base para la tecnología híbrida de Toyota.
6. Reliant Scimitar GTE (1968): Un "Shooting Brake" de fibra de vidrio que enamoró a la aristocracia británica, incluida la Princesa Ana.
7. Melkus RS 1000 (1969): El "Ferrari del Este". Un deportivo de alas de gaviota fabricado en la Alemania comunista con motor de dos tiempos.
8. Peugeot 504 Coupé (1969): Una obra maestra de elegancia diseñada y fabricada por Pininfarina, equipada con el motor V6 PRV.
9. Monteverdi Hai 450 SS (1970): La respuesta suiza a Ferrari. Motor Hemi de 450 CV colocado tan adentro del habitáculo que asustaba.
10. Bitter CD (1973): El intento de crear un coche tan bonito como un italiano, pero que arrancase todas las mañanas gracias a su mecánica alemana/americana.
11. Bricklin SV-1 (1974): Obsesionado con la seguridad, este coche canadiense tenía carrocería de acrílico y unas puertas hidráulicas que solían fallar.
12. Isdera Imperator 108i (1984): Nacido de un prototipo de Mercedes, este coche sustituyó los retrovisores por un periscopio en el techo.
13. Volvo 780 (1985): Cuando los suecos decidieron ponerse un traje italiano a medida diseñado por Bertone.
14. Autech Zagato Stelvio (1989): Una colaboración entre Nissan y Zagato famosa por sus extraños retrovisores integrados en las aletas delanteras.
15. Cizeta-Moroder V16T (1991): El diseño original del Lamborghini Diablo, impulsado por un monstruoso motor V16 transversal.
16. Autozam AZ-1 (1992): Una cápsula de combate japonesa. Menos de 3,3 metros, motor central y alas de gaviota.
Y ahora, sé sincero contigo, conmigo y con todos: ¿Cuántos de estos conocías antes de ver el vídeo? Déjamelo en los comentarios y dime si te gustaría una segunda parte, porque candidatos no faltan.
Hay marcas que se esfuerzan en el diseño de sus modelos, incluso recurriendo a estudios externos. Otras que, digamos, se “inspiran” en modelos de la competencia. Y en otros casos, sencillamente, copian sin ningún pudor. ¡Ojo! No nos referimos exclusivamente al diseño de carrocería. Y ¡ojo! que sé lo que estás pensando: No, copiar no es cosa solo de los chinos.
1. Tatra T97 (1936) vs. Volkswagen Escarabajo (1938).
El Pecado Original.
2. Lincoln Continental (1961) vs. Mitsubishi Debonair (1964).
Lujo Americano “a la japonesa”.
3. Jaguar E-Type (1961) vs. Datsun 240Z (1969).
Un sueño “democratizado”.
4. Chevrolet Corvette C3 (1968) vs. Opel GT (1968).
Fuego Amigo.
5. Ford Mustang (1969) vs. Toyota Celica Liftback (1973).
El Pony Car del Sol Naciente.
6. Ferrari 365 GTB/4 "Daytona" (1968) vs. Rover SD1 (1976).
Un frontal delator.
7. Ferrari 400 (1976) vs. Lancia Gamma Coupé (1976).
Hermanos por parte del padre.
8. Rolls-Royce Silver Spur (1980) vs. Nissan Cedric Y30 (1983).
El Lujo según Yokohama.
9. Mercedes-Benz Clase S W126 (1979) vs. Lexus LS400 (1989).
Jaque Mate Filosófico.
10. Autobianchi Bianchina (1957) vs. Nissan Figaro (1991).
La nostalgia como inspiración.
11. Italdesign Lucciola (1992) vs. Daewoo Matiz (1998).
También los prototipos.
12. Mercedes-Benz Clase E W210 (1995) vs. Kia Amanti (2002).
Copiar el prestigio.
12+1. Bentley Arnage (1998) vs. Chrysler 300C (2004).
El Bentley del Pueblo.
14. BMW X5 (1999) vs. Shuanghuan SCEO (2005).
El Comienzo de la Clonación.
15. Rolls-Royce Phantom (2003) vs. Geely GE (2009).
El Fantasma de Shanghái.
16. BMW Serie 7 (2008) vs. Kia K900 (2012).
La Curva de la Discordia.
17. Range Rover Evoque (2011) vs. Landwind X7 (2015).
La Copia que acabó en juicio.
18. Porsche Macan (2014) vs. Zotye SR9 (2016).
El Clon de Taller.
19. Audi A7 (2010) vs. Kia Stinger (2017).
Inspiración “retardada”.
20. Mercedes-Benz Clase G (1979) vs. Suzuki Jimny (2018).
Más homenaje que copia.
Conclusión.
Como habéis visto, eso de “inspirarse” y copiar a la competencia ni es nuevo, ni es monopolio de ningún país. Hay más casos, ¿os interesan
Nos vendieron el "Downsizing" como la panacea de la automoción: motores pequeños, ligeros, turboalimentados y supuestamente ecológicos. Bloques de 1.0 litro y 3 cilindros entregando potencias de más de 100 CV. Parecía el triunfo de la ingeniería, pero con la perspectiva del tiempo, la realidad es mucho más cruda: sencillamente, nos han vendido motores peores.
No es nostalgia por los viejos motores de gran cilindrada, es pura física y termodinámica. La verdad del "downsizing" nunca fue una verdad de ingeniería, sino una verdad de laboratorio diseñada para cumplir con normativas burocráticas.
El Origen del Problema: El Ciclo NEDC Para entender por qué muchos motores modernos son problemáticos, hay que mirar al antiguo ciclo de homologación NEDC. Una prueba de laboratorio irreal, con aceleraciones lentas y sin carga. Los fabricantes diseñaron motores para ser eficientes solo en esas condiciones específicas. Crearon motores minúsculos que, sin exigirles potencia, apenas gastaban. Pero ¿quién conduce así en la vida real?
Laboratorio vs. Realidad: El consumo fantasma Cuando sacas ese motor 1.0 Turbo a la carretera y le exiges potencia para un adelantamiento o un puerto de montaña, la eficiencia desaparece. El turbo sopla al máximo y la temperatura se dispara. Para evitar la autodetonación ("picado de biela"), la centralita utiliza el "enriquecimiento de protección": inyecta gasolina extra no para mover el coche, sino para refrigerar la cámara de combustión. Estamos usando gasolina como refrigerante. En la práctica, un motor pequeño forzado consume más que un motor 2.0 atmosférico que trabaja relajado a la mitad de su capacidad.
La Pesadilla de la Fiabilidad: Motores de "usar y tirar" Sacar 130 CV de un litro de cilindrada somete a los materiales a un estrés propio de la competición, pero usando componentes de utilitario. Esto ha traído tecnologías que han destrozado la fiabilidad a largo plazo:
Inyección Directa (GDI) y Carbonilla: Al inyectar directamente en la cámara, la gasolina ya no limpia las válvulas de admisión. Resultado: acumulación de carbonilla, pérdida de potencia y averías costosas a partir de los 80.000 km.
Filtros de Partículas (GPF): Al funcionar con mezclas ricas, estos motores generan partículas finas, obligando a instalar filtros complejos que se obstruyen.
La Correa Húmeda: El mayor error de la era "downsizing". Para reducir la fricción, sumergieron la correa de distribución en aceite. El aceite degrada la goma, la correa se desintegra y los restos obstruyen la bomba de aceite, gripando el motor. Un fallo de diseño catastrófico presente en motores superventas.
La Lista de la Vergüenza Existen motores que ilustran este fracaso:
-Stellantis 1.2 PureTech: Famoso por los problemas de su correa húmeda y alto consumo de aceite.
-Ford 1.0 EcoBoost: Pionero del downsizing, pero con historiales de problemas en refrigeración y distribución en sus primeras generaciones.
-VW 1.4 TSI Twincharger: Un exceso de complejidad (turbo + compresor) que resultó ser una pesadilla mecánica.
-Fiat 0.9 TwinAir: Un bicilíndrico que vibraba en exceso y cuyo consumo real doblaba al homologado.
El Regreso a la Cordura La industria, en silencio, nos está dando la razón. Con la llegada del ciclo WLTP (más realista), el truco de los motores minúsculos ya no funciona. Estamos viendo un proceso de "Upsizing": Volkswagen ha pasado del 1.4 al 1.5 TSI, y Stellantis está sustituyendo la correa húmeda por cadena.
Mención aparte merece Mazda, que se negó a entrar en este juego. Apostaron por el "Upsizing" (motores 2.0 atmosféricos de alta compresión), demostrando que se puede ser eficiente sin sacrificar la fiabilidad ni recurrir a trucos de laboratorio.
El "downsizing" no fue progreso real; fue un parche regulatorio que sacrificó la vida útil de tu coche. Antes de comprar, infórmate bien: la buena ingeniería no necesita esconderse detrás de cifras de homologación imposibles.
El tema de hoy es uno de los más importantes en el mundo del motor. Porque comprar es fácil. Lo difícil es mantener. Hemos hablado de sus precios y de su tecnología, pero el coche no es solo un producto. Es un servicio. ¿Están las marcas chinas preparadas para “el día después”?
Ya están aquí. Miras por la calle y ves un MG. Paras en un semáforo y tienes un BYD al lado. Te ofrecen un Omoda con un precio alucinante... Pero hoy en Garaje Hermético hacemos la pregunta incómoda: ¿Qué pasa cuando se estropea? ¿Avanza la post-venta al mismo ritmo que la venta?
1. La Promesa Sobre el Papel: Garantías de Récord
Lo primero que te ponen sobre la mesa es la garantía. Y aquí, ganan por goleada. Mientras la mayoría de marcas se acomodan en los 3 años legales, las chinas han reventado la baraja:
-MG (Grupo SAIC): 7 años o 150.000 km.
-BYD: 6 años o 150.000 km (8 años o 200.000 km para la batería Blade).
-Omoda y Jaecoo (Grupo Chery): 7 años o 150.000 km.
Sobre el papel, es una declaración de intenciones. Te dicen: "Confía en mí". Pero una garantía, amigos, no es más que un contrato. Su efectividad depende de la red que tiene que ejecutarla.
2. El Triángulo Roto: La Realidad de la Post-Venta
El problema de la post-venta no es el coche; es la logística. Es un triángulo con tres pilares, y si uno falla, todo se cae.
-Pilar 1: La Capilaridad (¿Dónde está el taller?) Un coche chino hoy te obliga a morir en el servicio oficial. El taller de tu barrio no tiene ni los manuales ni la diagnosis. ¿Y cómo de grande es la red oficial? MG roza los 100 puntos de servicio. BYD prevé unos 60. Omoda, 80. Suena bien, pero Seat, por ejemplo, tiene más de 300. Si vives en Soria, Cáceres o Teruel, tu taller más cercano puede estar a 150 kilómetros. Tener que hacer 200 km (ida y vuelta) para una revisión es un inconveniente. Si el coche falla, es un problema.
-Pilar 2: La Formación (¿Saben lo que hacen?) Estas marcas se apoyan en grandes grupos multimarca. El mecánico que ayer reparaba un Corsa, hoy tiene que diagnosticar un híbrido de MG o un eléctrico de BYD. Requiere una formación específica en alta tensión que no todos tienen, y la velocidad de ventas a veces supera a la de la formación.
-Pilar 3: La Logística (El Verdadero Talón de Aquiles) Aquí está el punto crítico. El gran agujero negro. Los recambios. Para un Renault, un faro o una aleta llegan en 24-48 horas. ¿Qué pasa con un coche chino?
No hay recambio de competencia. Olvídate. SÓLO existe la pieza original.
Todo depende del importador y su almacén central.
El drama viene con la "pieza de colisión" (carrocería) o "pieza de baja rotación" (un sensor, una centralita). Los testimonios en foros se repiten: "Llevo un mes esperando un paragolpes", "Dos meses parado por un sensor". Las marcas están montando sus centros logísticos en Europa (Francia, Alemania, España), pero si la pieza no está allí, hay que pedirla a China. Y hablamos de semanas o meses.
3. El Ecosistema Chino: No Todos Son Iguales
Sería injusto meter a todas en el mismo saco:
-Nivel 1: MG (Grupo SAIC): Víctimas de su propio éxito. El ZS ha sido un superventas. Tienen la red más grande, pero también la más congestionada y desbordada.
-Nivel 2: BYD (El Gigante): Van más lentos, con una estrategia "premium" aliándose con los grupos de concesionarios más potentes. Son los más serios y controlan hasta sus propios barcos de transporte.
-Nivel 3: Omoda/Jaecoo (Grupo Chery): El movimiento más inteligente. Se han aliado con EV Motors para usar la antigua fábrica de Nissan en Barcelona como su gran centro logístico para el sur de Europa. Esto debería acortar drásticamente los plazos.
-Nivel 4: Los "Aventureros" (DFSK, SWM, etc.): El peligro real. Vienen a través de un importador. Si el importador quiebra o decide dejar la marca, te quedas con un "coche huérfano".
4. ¿Qué Pasa Fuera de España?
No es un problema solo español. En Reino Unido, MG es un éxito rotundo, pero los foros están plagados de quejas por esperas de meses para piezas de carrocería. La situación es tal que algunas aseguradoras han llegado a pausar la emisión de pólizas. ¿La razón? No es la reparación; es el coste del coche de sustitución. Si un golpe tonto tarda 3 meses en repararse, la aseguradora paga 3 meses de coche de cortesía. Es la ruina.
América del Sur es el espejo donde mirarnos: un cementerio de marcas "huérfanas" que llegaron, vendieron y desaparecieron, dejando a los propietarios sin recambios.
5. ¿Es Más Caro o Más Barato de Mantener?
El mantenimiento programado (filtros, aceite) suele ser barato. El problema son las reparaciones. El drama no es el precio de la pieza, es el coste de inmovilización. ¿De qué sirve una pieza barata si el coche va a estar parado 8 semanas? Si eres un autónomo, un taxista o un comercial, es la ruina. El verdadero coste es el tiempo.
La de hoy es de esas historias que me encanta contar. Es sorpréndete, diría que incluso divertida y casi desconocida. La realidad, supera a la ficción. Todo comenzó cuando, tras la Segunda Guerra Mundial, la fábrica de BMW en Eisenach quedó del lado ruso.
Estamos en 1945. Alemania está dividida. El azar ha querido que la fábrica original de automóviles de BMW, en Eisenach, caiga en la zona de ocupación soviética. Múnich, la sede central, está en el lado americano, pero devastada por los bombardeos y con la producción prohibida.
La planta de Eisenach está dañada en un 60%, pero conserva lo crucial: maquinaria, planos y personal cualificado para fabricar los modelos de preguerra. El plan soviético inicial era desmantelar todo como reparación de guerra.
Pero entonces, el Mariscal Gueorgui Zhúkov, héroe de la URSS, visita la planta. Le mostraron un BMW 321 de preguerra y quedó tan impresionado por su calidad que ordenó reanudar la producción de inmediato.
Así nacieron los "BMW Rojos". En noviembre de 1945, sale el primer BMW 321 de posguerra. Le seguirán los míticos BMW 326 y motocicletas como la R35. Se estaban produciendo BMW "oficiales" en una fábrica controlada por los soviéticos (bajo el conglomerado Awtowelo), mientras la "auténtica" BMW en Múnich no tenía permiso para fabricar coches.
Mientras tanto, en Múnich, BMW por fin obtiene permiso para reanudar la producción de motocicletas en 1948. Como era de esperar, no les hizo ninguna gracia que una entidad soviética vendiese coches con su marca.
Comenzó una batalla legal que terminó en 1952. Los tribunales dieron la razón a la empresa bávara. La fábrica de Eisenach, ya transferida a la RDA (Alemania Oriental), se vio obligada a cambiar de nombre.
Así nació EMW: Eisenacher Motorenwerk (Fábrica de Motores de Eisenach). El cambio fue sutil: se mantuvo la forma del logotipo, pero el azul de Baviera fue reemplazado por el rojo del socialismo.
La pasión por la competición no se había extinguido. Antes de la guerra, el BMW 328 era una máquina ganadora. Los ingenieros de la RDA, primero como BMW y luego como EMW, revivieron su leyenda, creando los EMW 328 "Rennsport" y compitiendo en Fórmula 2.
Pero la ambición llegó más lejos: la Fórmula 1. En 1953, el equipo EMW se presentó en el Gran Premio de Alemania, en Nürburgring. Edgar Barth logró clasificar el coche, pero tuvo que retirarse por problemas mecánicos. Fue la primera y última vez.
En la producción de calle, EMW se centró en el EMW 340 (derivado del BMW 326) y el descapotable EMW 327. Sin embargo, estos coches eran complejos y caros. La RDA necesitaba un vehículo popular. En 1955, la producción de EMW cesó y la fábrica de Eisenach se reconvirtió para fabricar los Wartburg, con motores de dos tiempos.
Esta historia de la Guerra Fría es un eco de lo que ocurre hoy. En 2022, tras la invasión de Ucrania, empresas occidentales (Mercedes-Benz, Renault) abandonaron Rusia, dejando sus fábricas.
Al igual que en 1945, estas plantas quedaron bajo control ruso. La antigua planta de Renault en Moscú, por ejemplo, fue transferida al gobierno. ¿Qué hicieron? Revivir la marca soviética Moskvich. Pero el nuevo "Moskvich 3" no tiene nada de Renault; es un coche chino, un JAC JS4, al que se le cambian los logotipos. La mítica marca Volga también ha resucitado usando como base modelos del fabricante chino Changan.
Ambas historias nacen de un conflicto geopolítico. Pero hay una diferencia clave. Los "BMW Rojos" de EMW fueron una continuación: usaron los planos y la ingeniería original de BMW. Los nuevos Moskvich son un reemplazo: coches chinos con emblema ruso. Un reflejo de cómo ha cambiado el mundo.
¿Por qué los Fórmula 1 tienen esas formas tan extrañas? ¿Cómo es posible que tomen curvas a velocidades que desafían la lógica sin salirse de la pista? La respuesta no está en los neumáticos ni en el motor, sino en el aire invisible que los rodea: la aerodinámica.
En este video técnico desvelamos los secretos que permiten a estos monoplazas pegarse al asfalto como si tuvieran un imán y explicamos cómo funciona la tecnología que define la F1 moderna.
¿Qué es el Downforce? Un Fórmula 1 funciona, esencialmente, como un avión invertido. Mientras que las alas de un avión buscan sustentación para volar, los elementos de un F1 buscan generar "downforce" o carga aerodinámica. Esta fuerza empuja el coche contra el suelo con una violencia brutal. A 300 km/h, un coche que pesa 798 kg puede generar una carga vertical de casi 4.000 kg. Esto permite dos ventajas críticas:
Un paso por curva vertiginoso, soportando fuerzas laterales de 5 o 6 G.
Frenadas mucho más cortas y estables gracias al agarre extra.
La ciencia detrás de la magia: El Efecto Suelo La clave de todo reside en las presiones del aire y el principio de Bernoulli. El objetivo es acelerar el aire que pasa por debajo del coche (a través del fondo plano y el difusor) para que vaya más rápido que el aire que pasa por encima. Esto crea una zona de baja presión bajo el chasis que "succiona" el coche contra la pista.
Desde la normativa de 2022, el fondo plano y los túneles Venturi son los mayores generadores de carga, apoyados por los alerones delantero y trasero que dirigen y equilibran el flujo.
El dilema del Drag y el DRS Pero no todo es perfecto. A mayor carga aerodinámica, mayor resistencia al avance (drag). Esto frena el coche en las rectas. Para solucionar esto, la F1 utiliza el DRS (Drag Reduction System). Este sistema permite abrir un flap del alerón trasero en zonas específicas, reduciendo la resistencia y otorgando entre 15 y 20 km/h extra de velocidad punta para facilitar los adelantamientos.
Hitos históricos La aerodinámica ha dejado momentos increíbles en la historia:
Lotus 78 (1977): Colin Chapman introdujo el concepto de efecto suelo con perfiles de ala invertidos en los pontones, cambiando el deporte para siempre.
Brabham BT46B (1978): Gordon Murray diseñó un coche con un ventilador gigante trasero que succionaba el aire activamente. Ganó su única carrera con Niki Lauda antes de ser prohibido.
El récord de Bonneville (2006): El equipo BAR-Honda demostró que la aerodinámica frena la velocidad punta. Quitaron los alerones a un F1 y alcanzaron los 413 km/h en una recta, aunque el coche era incapaz de tomar una curva.
La Fórmula 1 es una batalla constante por encontrar el equilibrio perfecto entre pegarse al suelo en las curvas y volar en las rectas.
¡Atención! ¡Este podcast incluye novedades de última hora! Y es que antes comprabas un coche y pagabas por motor, diseño y equipamiento. Hoy, gran parte de lo que pagas son multas encubiertas y tecnologías impuestas para cumplir los caprichos de Bruselas. ¿Está la Unión Europea, en su intento de salvar el mundo, matando su industria más brillante? La respuesta corta es sí.
Si hay algo que la UE produce mejor que nadie son normas. Bruselas se ha convertido en una "fábrica" de regulaciones que, paradójicamente, está desmantelando las fábricas reales. En este vídeo analizamos cómo hemos llegado a una tormenta perfecta de decisiones políticas que están encareciendo la movilidad y entregando el mercado a la competencia china.
Estos son los puntos clave que tratamos:
No somos los primeros: Repasamos cómo EE.UU. destrozó la estética de los coches en los 70 con los paragolpes gigantes y cómo su normativa de consumo (CAFE) provocó, sin querer, la invasión de las Pick-ups gigantes. También miramos a los Kei Cars japoneses, nacidos de la necesidad física, no de la ideología.
Cronología del colapso:
Desde las multas por CO2 en 2020 que mataron a los deportivos asequibles, hasta la normativa GSR2 de 2024 (cajas negras, asistente de velocidad ISA) que encarece cada coche hasta en 1.500 euros, pasando por la prohibición total del motor térmico en 2035.
Euro 7 y el polvo de frenos: La normativa que regulará por primera vez las partículas de frenos y neumáticos. Una contradicción, ya que se fomenta el coche eléctrico, que es mucho más pesado y desgasta más estos elementos.
Diseño y obesidad:
Explicamos por qué los coches modernos son "gordos y chatos". La normativa de protección a peatones ha eliminado los frontales afilados, y las normas de vuelco han engrosado los pilares tanto que ahora tenemos puntos ciegos peligrosos. Además, el peso medio ha subido un 21% en 20 años.
La muerte del coche pequeño:
Modelos legendarios como el Ford Fiesta o el Citroën C1 han desaparecido. Poner toda la tecnología obligatoria en un coche pequeño cuesta lo mismo que en uno grande, eliminando el margen de beneficio.
Pantallas vs. Botones:
La seguridad mal entendida que permitió llenar los coches de pantallas táctiles, distrayendo al conductor, y cómo ahora Euro NCAP quiere penalizar a quien no tenga botones físicos.
La hipocresía final:
Ante el avance imparable de los coches chinos baratos, la Comisión Europea baraja ahora crear una categoría de "Kei Car europeo": coches baratos, con crash-tests relajados y menos electrónica. Es el reconocimiento implícito de un fracaso absoluto tras décadas exigiendo lo contrario.
Hasta Mario Draghi ha advertido en su informe que el exceso de regulación está provocando una lenta agonía de nuestra competitividad. Necesitamos menos ideología y más ingeniería si no queremos que las únicas fábricas que queden abiertas sean las de normativas en Bruselas.
¿Os acordáis de aquella promesa idílica? ¿De cuando nos vendieron que las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) llegaban para salvar nuestros pulmones y garantizarnos un aire puro? Nos lo repitieron hasta la saciedad en los telediarios, en las campañas institucionales y desde todos los estamentos políticos. Pues bien, tengo una mala noticia: nos mintieron.
En este vídeo de Garaje Hermético nos quitamos la venda de los ojos para analizar la cruda realidad. Las ZBE no son un plan de ecología real ni una estrategia sanitaria efectiva; son, lisa y llanamente, "postureo" político y, lo que es peor, un modelo de negocio perfecto para las administraciones.
Si tienes coche o moto, prepárate, porque lo que estamos viviendo no es una cruzada heroica contra la contaminación. Es una guerra abierta contra el conductor, un asalto directo a tu cartera y, quizás lo más importante y lo que menos se menciona, un ataque frontal a tu libertad de movimiento.
Hoy vamos a hablar claro sobre la norma que le está poniendo las cosas muy complicadas —casi imposibles— al conductor español para sobrevivir en la auténtica jungla burocrática en la que han convertido nuestras ciudades.
La narrativa oficial ya os la sabéis de memoria: "La Unión Europea obliga", "tenemos que cumplir los objetivos de la Agenda 2030", "hay que sacar los coches sucios del centro para que los niños respiren". Suena perfecto, ¿verdad? ¿Quién en su sano juicio va a estar en contra de que los niños respiren mejor? Nadie. Es el escudo moral perfecto. Pero en este canal nos gusta levantar las alfombras y ver lo que hay "debajo" de la norma, la parte oculta que afecta a tu economía diaria.
Nos encontramos ante una normativa llena de parches, incoherencias técnicas flagrantes y, en mi opinión, un afán recaudatorio voraz que lamentablemente es muy habitual en el sector del motor para nuestra desgracia. La Ley de Cambio Climático obligó a todos los municipios de más de 50.000 habitantes —y a los de más de 20.000 con problemas de calidad del aire— a implantar estas zonas de exclusión. Estamos hablando de 149 municipios en España.
¿Y cuál es el resultado de esta imposición masiva? Que estos 149 municipios se han convertido en 149 reinos de taifas. Vivimos en un país donde cada consistorio actúa por su cuenta, con normativas dispares, señalizaciones confusas y criterios arbitrarios. Pero, curiosamente, todos estos reinos tienen un enemigo común que los une: el automóvil y su propietario. El conductor se ha convertido en la víctima propiciatoria de una gestión ineficaz, obligado a cambiar de coche o a dejar de circular, sin que importen sus circunstancias económicas o el estado real de su vehículo.
En el vídeo de hoy vamos a desmontar este engaño punto por punto. No vamos a hablar de opiniones vacías, sino de datos, de técnica y de la realidad que vivimos cada día en la carretera.
Y empezamos por la TRAMPA más importante: El caos de las etiquetas. Analizamos a fondo el "instrumento del delito": las famosas pegatinas de la DGT. Esos círculos de colores que se han convertido en el juez supremo que decide si eres un ciudadano de primera con derechos plenos o un paria social al que hay que expulsar del núcleo urbano. Desde el punto de vista técnico, es una verdadera injusticia.
El sistema se creó en 2016 basándose en el Plan Nacional de Calidad del Aire, pero ha envejecido terriblemente mal. ¿Cuál es el problema real? Que es un sistema fallido y absolutamente injusto porque no discrimina por emisiones reales, sino por fecha de matriculación o tecnología teórica. Estamos clasificando a los conductores y restringiendo libertades basándonos en una burocracia de colores que no atiende a la realidad mecánica de los motores modernos ni al mantenimiento de los antiguos.
¿Es justo que un coche pequeño y bien mantenido no pueda entrar, mientras un gigante de tres toneladas con una etiqueta "eco" —conseguida mediante tecnicismos— circule libremente? Esta clasificación está creando una brecha social, donde la movilidad se convierte en un privilegio de quien puede pagar un coche nuevo, y no en un derecho.
Acompáñanos en este análisis crítico donde desmontamos el discurso oficial. Porque si no defendemos nuestra movilidad y nuestra libertad ahora, quizás mañana sea demasiado tarde. Esto no va de ecología, va de economía. Y tú bolsillo es el objetivo.
"CAT" es sinónimo de maquinaria pesada. Su logo amarillo es uno de los más reconocidos del planeta. Pero esta es también la marca que ves en botas, ropa y hasta teléfonos. La historia de este gigante comienza con una rivalidad encarnizada en el barro de California.
A finales del siglo XIX, dos inventores, Benjamin Holt y Daniel Best, competían por dominar el mercado de la maquinaria agrícola. Holt apostaba por la máquina de vapor, pero sus monstruos de 20 toneladas se hundían en el fértil y pantanoso suelo de California. En su desesperación, llegó a construir un tractor con ruedas de 14 metros de ancho. Seguía hundiéndose.
La solución llegó en 1904. Holt observó a granjeros poniendo tablones de madera en el barro para avanzar. Inspirado, diseñó un sistema de "pista continua": una cadena de listones de madera. La máquina, por fin, avanzó sobre el lodo. Un fotógrafo de la compañía, al ver el movimiento ondulante, comentó: "se arrastra como una oruga" (crawls like a caterpillar). Holt escuchó la palabra mágica y en 1910 registró la marca "Caterpillar".
Pocos años después, esta invención agrícola daría el salto al campo de batalla. En la Primera Guerra Mundial, los ejércitos en Flandes se enfrentaban al mismo problema que Holt: el barro. Un oficial británico, el coronel Ernest Swinton, recordó haber visto un tractor Holt y el ejército británico los importó para mover su artillería pesada.
Viendo cómo esas máquinas cruzaban el fango, Swinton tuvo una segunda idea: "¿Y si le ponemos blindaje y armas?". Aunque CAT no construyó el primer tanque, su tractor de orugas fue la inspiración conceptual directa para el Mark I británico.
La guerra fue un gran negocio, pero la paz casi los arruina. El mercado se inundó de tractores militares sobrantes. Tanto Holt como su rival, C. L. Best, estaban al borde de la quiebra y endeudados con los mismos bancos. En 1925, los banqueros forzaron un "matrimonio de conveniencia": las dos compañías se fusionaron para crear la Caterpillar Tractor Co. Holt aportó el nombre "Caterpillar"; Best, diseños más modernos.
Uno de los aspectos más icónicos de la marca, su color "Amarillo Caterpillar", no llegó hasta 1931. Los primeros tractores eran grises, pintados con pintura militar barata. El amarillo se eligió por una razón pura de seguridad: hacer las máquinas más visibles en las obras al amanecer y al atardecer.
La nueva empresa estaba lista para construir el mundo moderno. Las máquinas CAT excavaron la Presa Hoover, los cimientos del Golden Gate y construyeron el sistema de autopistas de EE. UU. Fue aquí donde perfeccionaron el "bulldozer".
En la Segunda Guerra Mundial, el bulldozer Caterpillar D8 se convirtió en un arma estratégica. Los "Seabees" (Batallones de Construcción de la Marina) los usaban para desembarcar en las playas del Pacífico y construir pistas de aterrizaje en plena jungla, a veces bajo fuego enemigo.
Hoy, Caterpillar es un coloso diversificado. Fabrica los motores diésel que mueven barcos y locomotoras, y camiones mineros del tamaño de una casa. Y su línea de ropa y teléfonos no es casualidad: están pensados para sus clientes. Los teléfonos CAT son indestructibles, diseñados para el bolsillo de un trabajador de la construcción que pasa el día entre el polvo, el agua y el barro.
Los años 80 fueron una verdadera locura en el mundo del motor, una época donde triunfaba el "más es mejor". En esta batalla definitiva por el prestigio, Porsche preparó el 959, un escaparate tecnológico sin precedentes, y Ferrari, bajo la atenta mirada del mismísimo Enzo, respondió con el F40, un auténtico coche de carreras matriculable.
Hoy revivimos la batalla que definió al superdeportivo moderno. Esta guerra estalló en una década de excesos, avivada en parte por el demencial Grupo B de rallyes. Porsche vio allí la oportunidad de desarrollar el 911 del futuro, un laboratorio rodante de tracción total. Ferrari, animado por el éxito de su 288 GTO, se dio cuenta de que el mercado estaba sediento de prestaciones de competición puras.
En 1986, Porsche lanzó el 959. No era un coche, era una declaración de intenciones: el vehículo más avanzado tecnológicamente jamás fabricado en serie. Su cerebro era el sistema de tracción total variable PSK, capaz de repartir el par electrónicamente en milisegundos.
Su motor bóxer de 2.85 litros usaba turbos secuenciales para eliminar el "turbo-lag", entregando 450 CV con una linealidad asombrosa. Añadía suspensión hidráulica ajustable, carrocería de Kevlar y aluminio, e incluso monitorización de presión de neumáticos. Con 317 km/h, fue el coche más rápido del mundo.
En Maranello, Enzo Ferrari vio la obra maestra alemana y quiso responder a su manera. El F40, nacido en 1987 para celebrar el 40º aniversario de la marca, fue el testamento de Enzo. La filosofía era "Nessun compromesso" (Sin compromisos).
Era un coche analógico y puro. No tenía dirección asistida, ni servofreno, ni ABS, ni radio. La carrocería era de fibra de carbono y Kevlar, tan fina que se veía la trama. Pesaba solo 1.100 kg, 400 menos que el 959. Su V8 biturbo de 2.9 litros era brutal. No había secuencialidad; había un "lag" infame seguido de una explosión de potencia de 478 CV oficiales.
El F40 rompió la barrera de las 200 mph (324 km/h), destronando al 959 en velocidad máxima. Pero eran filosofías opuestas. Conducir el 959 era sentir cómo la tecnología te hacía mejor piloto; era cómodo, eficaz y predecible. El F40 era visceral, un desafío constante que se pilotaba, no se conducía.
¿Quién ganó? El Porsche 959 ganó la batalla de la tecnología, prediciendo el futuro de los superdeportivos. El Ferrari F40 ganó la batalla del corazón, convirtiéndose en el canto de cisne de la conducción analógica pura.
Queremos dar las gracias a Maserati por apoyar a nuestro canal y además dejarnos este increíble Grecale Trofeo para crear este vídeo.
Maserati. Solo pronunciar este nombre evoca un siglo de historia, el rugido de motores V8 en la Targa Florio, la elegancia de los diseños de Giugiaro y la gloria de la Fórmula 1. Pero, ¿es Maserati solo un glorioso pasado de museos y recuerdos? En este vídeo demostramos que la historia del Tridente no solo continúa, sino que está más viva y fuerte que nunca.
Nos sumergimos en el increíble legado de la marca, desde el taller de Bolonia hasta el Mundial de Fangio, para entender el presente. Y el presente es esto: el impresionante Maserati Grecale Trofeo.
Lo hemos probado muy a fondo, y sus 530 CV derivados del superdeportivo MC20 plantean la pregunta definitiva: ¿Puede un SUV transmitir la misma pasión que un deportivo legendario? ¿Sigue vivo el ADN del 250F o del Ghibli en un coche para el siglo XXI? La historia continúa.
Un Legado Forjado en la Competición
Para entender qué hace especial a este Grecale, debemos viajar en el tiempo. La historia de Maserati no arranca en un concesionario de lujo, sino en el modesto taller que los hermanos Maserati fundaron en Bolonia en 1914. Su pasión era la velocidad, y en 1926 crearon su primer coche propio: el Tipo 26.
Ese mismo año, el Tipo 26 ganó su categoría en la legendaria Targa Florio, sentando las bases de la filosofía Maserati: innovación técnica para las máximas prestaciones. Fue allí donde lució por primera vez el icónico Tridente, un símbolo de poder inspirado en la estatua de Neptuno de la Piazza Maggiore de Bolonia.
Los años 30 fueron de competición pura, con hitos increíbles como la doble victoria en las 500 Millas de Indianápolis en 1939 y 1940 con el formidable 8CTF. Pero la cúspide de la gloria deportiva llegó en la década de los 50, en la era dorada de la Fórmula 1. En 1957, el maestro Juan Manuel Fangio, al volante del legendario Maserati 250F, consiguió su quinto y último campeonato del mundo. Una máquina que, según el propio Fangio, "Sentía que podía hacer cualquier cosa con él".
El Nacimiento del Gran Turismo y los Iconos del Diseño
Tras la Segunda Guerra Mundial, Maserati aplicó esa filosofía ganadora a la calle. Con el bellísimo A6 1500 de 1947, la marca prácticamente inventó el concepto de "Gran Turismo" a la italiana: un coche que fusionaba las prestaciones de un deportivo con el confort, el lujo y el estilo necesarios para cruzar Europa. Esta saga continuó con obras de arte sobre ruedas como el 3500 GT.
Y no podemos olvidar una de sus mayores revoluciones: el Maserati Quattroporte de 1963. Una idea radical que hoy es un estándar de la industria: crear la berlina de lujo más rápida del mundo, un coche con alma de superdeportivo y espacio para cuatro. Una filosofía que, como veremos, pervive en el Grecale.
Prueba Grecale Trofeo: El Alma del Tridente Sigue Viva
Tras una historia con altibajos, pasando por las manos de Citroën y De Tomaso, y resurgiendo bajo el paraguas de Ferrari, Maserati entra en una nueva era. Y el Grecale es su punta de lanza.
En nuestra prueba a fondo, buscamos responder a la gran pregunta. Y la respuesta es un SÍ rotundo. El Grecale Trofeo no se siente como un SUV convencional. La posición de conducción es baja, la dirección es increíblemente rápida y precisa. Su suspensión neumática adaptativa es mágica: en modo "Comfort" filtra las irregularidades y es un coche perfecto para el día a día.
Pero al seleccionar el modo "Corsa"... el Grecale se transforma. El coche baja, la suspensión se endurece, la respuesta del motor y del cambio se vuelve instantánea y el escape se abre para liberar un rugido glorioso, un sonido inconfundiblemente Maserati.
Lujo, Tecnología y la Nueva Gama Maserati
Por fuera, es un Maserati por los cuatro costados: la gran parrilla con el Tridente, las tres icónicas branquias laterales y los pilotos traseros que hacen un guiño al 3200 GT "boomerang".
Por dentro, nos ha sorprendido la calidad de materiales, con una espectacular mezcla de fibra de carbono y piel. El salto tecnológico es enorme, con una pantalla superior para el infoentretenimiento y una inferior para la climatización. Y han mantenido un detalle genial: el famoso reloj central ahora es digital y puedes personalizarlo para que sea una brújula o un medidor de fuerzas G.
Aunque hemos gozado con los 530 CV del Trofeo, este carácter se extiende a toda la familia Grecale, que incluye las versiones Mild-Hybrid (GT de 300 CV y Modena de 330 CV) y el futurista Grecale Folgore, el primer SUV 100% eléctrico de la marca con más de 550 CV.
¿Sabías que hay coches con etiqueta CERO que contaminan más que uno con etiqueta C? ¿Y que esa etiqueta CERO puede tener los días contados?
Hoy en GH analizamos el ciclo de vida COMPLETO (fabricación, uso y reciclaje) de un coche con datos reales. Comparamos 4 versiones de un SUV (Gasolina, Híbrido, PHEV y Eléctrico) en un uso de 10 años y 150.000 km. El veredicto de nuestra "Pizarra Hermética" te va a sorprender.
FASE 1: LA FABRICACIÓN: La "Deuda de Carbono".
Aquí empieza la sorpresa. Fabricar un coche de gasolina genera unas 14 toneladas de CO2. Fabricar su equivalente eléctrico (basado en datos de Volvo) genera 25 toneladas. ¡Casi un 80% más!
El culpable es la batería, por la enorme energía necesaria para extraer el litio, cobalto y níquel. El coche eléctrico sale de fábrica con una gran "deuda de carbono" y, además, con un precio de compra mucho más alto.
FASE 2: EL USO A 10 AÑOS: Ahorro vs. Riesgo Catastrófico)
Durante su uso, el eléctrico es imbatible en el día a día. Recargarlo es mucho más barato que repostar gasolina (aprox. 2,70 € vs 10,15 € cada 100 km).
PERO... ¿qué pasa en el año 9 y 10? La garantía media de la batería es de 8 años. Un coche de gasolina de 10 años tendrá gastos previsibles (quizá 1.000 € o 2.000 €). Un coche eléctrico fuera de garantía se enfrenta a una "espada de Damocles" financiera: un fallo de batería puede costar 10.000 €, 15.000 € o incluso 20.000 €.
Esa única factura anula de golpe todo el ahorro de la década.
Este riesgo destruye el Coste Total de Propiedad (TCO). ¿Quién compra un coche eléctrico de 10 años fuera de garantía? El mercado de segunda mano penaliza esta incertidumbre y el valor de reventa se desploma.
LA TRAMPA DE LOS PHEV Y LAS ETIQUETAS DGT
El otro gran mito: los Híbridos Enchufables (PHEV) y su consumo de 1,5 L/100km. Es una fantasía de laboratorio que solo se cumple si lo cargas a diario. La UE lo sabe y, desde 2025, cambiará las reglas (Factor de Utilidad) basándose en el USO REAL (la gente no los carga).
Consecuencias: El CO2 homologado de los PHEV se multiplicará. Perderán el acceso a ayudas (MOVES) y pagarán más Impuesto de Matriculación.
Esto impacta de lleno en las etiquetas de la DGT. El sistema actual es un coladero. Se espera que los Mild-Hybrid (MHEV) pierdan la etiqueta ECO y los PHEV pierdan la CERO (salvo los de gran autonomía). Aunque la DGT dice que no será retroactivo, la inseguridad jurídica para los coches ya vendidos es enorme.
EL VEREDICTO FINAL
Tenemos dos veredictos:
1. Veredicto Medioambiental (Total a 150.000 km)
(De menos a más contaminante)
Eléctrico (BEV): ~32,5 t CO2 (Gana si se carga con energía limpia).
Híbrido Convencional (HEV).
Gasolina: ~39 t CO2.
Híbrido Enchufable (PHEV): El PEOR de todos si no se carga, superando al gasolina.
2. Veredicto Económico (Riesgo a 10 años)
(De más a menos recomendable financieramente)
Gasolina: El más predecible. Coste bajo, mantenimiento conocido y sin "facturas-bomba".
Híbrido Convencional (HEV): Muy fiable.
Híbrido Enchufable (PHEV): Doble riesgo (térmico + batería) y futuro legal incierto.
Eléctrico (BEV): El más arriesgado. El ahorro diario queda anulado por el riesgo de la batería post-garantía.
La película a 10 años vista es muy diferente a la que nos cuentan.
¿Estás de acuerdo con este análisis? ¿Cuál es tu experiencia? Déjanos tu opinión en los comentarios.
Los triángulos de emergencia tienen los días contados. A partir del 1 de enero de 2026, la Dirección General de Tráfico (DGT) impone como obligatoria la nueva baliza V16 conectada, que sustituirá definitivamente a los triángulos.
Lo que se presenta como un gran avance en seguridad vial ha generado, en realidad, una enorme polémica. ¿Es esta baliza un verdadero salvavidas diseñado para evitar atropellos? ¿O estamos ante un negocio perfectamente orquestado y un experimento pagado por todos los conductores?
En este vídeo analizamos a fondo el lío de la V16.
El origen: una idea de un Guardia Civil
Para entender la situación actual, hay que ir al origen. Esta idea no nació en un despacho de la DGT, sino en la carretera. Fue Jorge Torre, un Guardia Civil con vocación de inventor, quien, frustrado por los peligros de los sistemas de señalización (incluyendo los rotativos de la propia policía y los triángulos), ideó una baliza luminosa, magnética y sin cables.
Su objetivo era claro: salvar vidas, permitiendo a cualquier conductor señalizar una emergencia sin tener que bajarse del coche. Esa idea se convirtió en la V16 original, reconocida por la DGT en 2018 como un elemento opcional.
El "giro" de la DGT: Conectada y obligatoria
El invento era bueno. Tanto, que el equipo de Torre ya trabajaba en un modelo que se conectaba al móvil del usuario para avisar al seguro o al 112. Pero entonces entró en escena Pere Navarro y la DGT.
En 2021, un Real Decreto lo cambió todo: la baliza V16 pasaba a ser obligatoria en 2026. Pero no conectada al móvil del usuario, sino directamente a la plataforma DGT 3.0. La baliza se convirtió así en la puerta de entrada perfecta para meter a todo el parque móvil español en la red de datos en tiempo real de la DGT.
El negocio de la V16
La DGT justifica la medida en las aproximadamente 20 muertes anuales por atropello tras bajar del vehículo (entre 2018 y 2022), aunque los datos concretos sobre las circunstancias de esos accidentes son difusos.
Lo que sí es muy concreto es el negocio:
Las operadoras: Alguien tiene que dar la conexión. Compañías como Vodafone o Telefónica gestionarán la conectividad, un coste que pagamos por adelantado por 12 años al comprar la baliza. Es, en la práctica, una suscripción obligatoria con fecha de caducidad.
El Estado: El 21% de IVA de millones de dispositivos que hay que comprar obligatoriamente.
Las multas: Un nuevo filón recaudatorio. 80 € por no llevarla en el coche y 200 € por no usarla en caso de avería.
Una buena idea, mal aplicada
El concepto de no bajar del coche para señalizar es un avance innegable. El problema es la ejecución.
No avisa a emergencias: Es el punto más grave. La baliza avisa a la DGT 3.0 para que la incidencia aparezca en paneles informativos (la "visibilidad virtual"), pero no conecta con los servicios de emergencia. No llama a la Guardia Civil de Tráfico.
Falsa seguridad: El hecho de no tener que bajar puede hacer que muchos conductores permanezcan dentro del vehículo, algo que es extremadamente peligroso en según qué vías.
Problemas técnicos: La visibilidad real de la luz es cuestionada, incluso por asociaciones de Guardias Civiles. La DGT solo exige 30 minutos de autonomía de batería, un tiempo ridículo en muchas situaciones. Además, depende de la cobertura de telefonía, un problema grave en muchas zonas rurales.
"Made in Spain": Es un experimento español. Somos el único país de la UE que lo impone. Si viajas a Francia, Portugal o Alemania en 2026, tendrás que llevar tu V16... y también los triángulos, que allí siguen siendo obligatorios. En el extranjero, tu V16 conectada será solo una luz parpadeante.
En resumen, la baliza V16 es una buena idea (la luz) pervertida por una ejecución nefasta (la conexión obligatoria). Un avance en seguridad que se ha convertido en un negocio redondo para muchos y un experimento nacional que pagaremos entre todos.
La Normativa Euro 7 se nos presentó como una revolución medioambiental, pero ha resultado ser una farsa burocrática que esconde sus verdaderas intenciones. Durante años, la Comisión Europea nos vendió una historia de terror: la "Euro 7 Hard" iba a ser tan estricta que encarecería los coches 2.000 euros y supondría el fin del motor de combustión.
Sin embargo, la industria plantó cara. Ocho países, liderados por Francia e Italia, preguntaron a Bruselas por qué debían invertir miles de millones en perfeccionar una tecnología (el motor de combustión) que la propia UE ha decidido prohibir en 2035. Y Bruselas reculó.
La Euro 7 final, la que entrará en vigor sobre 2027, es una broma... si solo miramos el tubo de escape. Para los turismos, los límites de emisiones son idénticos a los de la actual Euro 6d. No cambian los NOx, no cambia el CO2. Es una Euro 6 con una pegatina nueva.
El problema es que nos han hecho mirar al tubo de escape, mientras las verdaderas trampas venían por otro lado.
La Paradoja del Coche Eléctrico Por primera vez, una norma "Euro" regula emisiones que no son del escape: las partículas de los frenos y el desgaste de los neumáticos. Sobre el papel suena bien, pero ¿qué coches son los que más pesan y, por tanto, más castigan frenos y neumáticos? Exacto, los coches eléctricos. La UE ha creado una norma que penaliza directamente al vehículo que nos quiere imponer.
La Trampa Real: El "Gran Hermano" OBM El verdadero golpe de la Euro 7 se llama OBM (On-Board Monitoring). Es la consecuencia del Dieselgate: la UE ya no se fía de nadie. El OBM obliga al coche a vigilarse a sí mismo, midiendo sus emisiones en tiempo real.
Aquí está el engaño: la norma exige que el coche cumpla con las emisiones (las de la Euro 6d) durante 10 años o 200.000 kilómetros.
Esto no es una norma sobre coches nuevos; es una sentencia de muerte para los coches usados. Un catalizador o un filtro de partículas pierden eficiencia con el uso. Hasta ahora, un coche de 8 años con 160.000 km podía pasar la ITV sin problema.
Con la Euro 7, en el momento en que el OBM detecte una mínima pérdida de eficiencia, se encenderá un chivato. Será un fallo que no se podrá borrar. En la ITV, conectarán la máquina y leerán el aviso: "Eficiencia del catalizador fuera de rango". Desfavorable.
La única solución será cambiar el sistema completo: una factura de 3.000, 4.000 o 5.000 euros. Si tu coche de 9 años tiene un valor de mercado de 6.000 euros, se convierte en un siniestro total.
Es la obsolescencia programada convertida en ley. Es el mecanismo perfecto para destruir el mercado de segunda mano y forzar la sustitución del parque móvil.
Mientras tanto, la Euro 7 sí es dura con los camiones y autobuses (el verdadero problema de contaminación urbana), usando el pánico de los coches como una cortina de humo para colar la trampa del OBM.
Este video cuenta con el apoyo de nuestros amigos de AMV Legend. Un seguro pensado para coches excepcionales y clásicos (con más de 20 años, no hace falta que sea histórico), con muy buenos precios y las coberturas que necesitas para este tipo de vehículos, a las que puedes añadir asistencia en carretera los 365 días del año y desde el kilómetro cero.
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En 1983, el mundo de los rallyes vivió una batalla casi imposible: David contra Goliat, la propulsión trasera contra la tracción total. El Lancia 037, un coche que parecía obsoleto antes de nacer, se enfrentó al revolucionario Audi Quattro. Repasamos esa temporada mítica.
Con el debut del Grupo B en 1983, los coches de rallye se convirtieron en auténticas bestias. Audi ya estaba cambiando las reglas del juego con su tracción integral. Cuando el Audi Quattro empezó a ganar, el resto de fabricantes entendió que sus coches de tracción trasera estaban acabados. El futuro era el 4x4.
Mientras otros trabajaban en sus proyectos de tracción total, Lancia tenía que luchar en 1983 con lo que tenía: el 037, un dinosaurio en teoría.
Los Contendientes
Audi Quattro A1 y A2: El Favorito El Quattro era el futuro. Para 1983, Audi evolucionó su coche a las versiones A1 y A2. Montaba un motor de 5 cilindros en línea, delantero y longitudinal, con turbo. Su tecnología clave era la tracción integral permanente "Quattro".
Lancia 037 Rally: El Aspirante El Lancia 037 era el último gran coche de rallyes de tracción trasera. No se basaba en un coche de calle; usaba un chasis tubular específico con el habitáculo del Lancia Beta Montecarlo.
El Factor Humano
Audi tenía un "dream team" con los pilotos nórdicos Hannu Mikkola y Stig Blomqvist. Lancia, sabiendo que tenía un coche inferior en la mayoría de terrenos, fichó a los mejores bajo la dirección del legendario Cesare Fiorio: Walter Röhrl y Markku Alén.
Röhrl odiaba el subviraje del Quattro y se enamoró del equilibrio del 037. Firmó con Lancia solo para ayudar a la marca a ganar el título de constructores.
La Temporada 1983: Guerra Total
El calendario tenía 12 pruebas, pero solo contaban los 8 mejores resultados. Aquí empezó la partida de ajedrez de Fiorio.
Rally de Montecarlo (Asfalto/Nieve): Con nieve escasa, Lancia dio un golpe maestro. La leyenda dice que Fiorio mandó comprar sal para derretir el hielo del Col de Turini, anulando la ventaja del Audi. Lancia hizo un doblete: 1º Röhrl, 2º Alén.
Rally de Suecia (Nieve): Fiorio decidió no presentarse. El 037 de tracción trasera no tenía nada que hacer allí. Audi hizo triplete.
Rally de Portugal (Tierra): El Quattro arrasó (1º Mikkola, 2ª Mouton). Röhrl consiguió un milagroso 3er puesto.
Rally Safari (Kenia): Otra prueba que Fiorio descartó por dura y cara. Audi ganó de nuevo con Mikkola.
Tour de Córcega (Asfalto): Territorio Lancia. 100% asfalto revirado. La respuesta instantánea del 037 era perfecta. Lancia humilló a Audi con un histórico póker: 1º (Alén), 2º (Röhrl), 3º (Vudafieri) y 4º (Bettega).
Rally Acrópolis (Tierra): Territorio Audi. Pero aquí sucedió el milagro. Röhrl hizo el rally de su vida. La clave fue la fiabilidad: los Audi Quattro, rápidos pero complejos, se rompieron. Mikkola y Mouton abandonaron. Röhrl, con un coche más simple y robusto, ganó el rally.
Nueva Zelanda y 8. Argentina (Tierra): Lancia sabía que no podía ganar y apenas compitió. Audi dominó ambas pruebas.
Rally 1000 Lagos (Tierra): La "casa" de los pilotos de Audi. Imposible para el 037. Ganó Mikkola (Audi), pero Alén (Lancia) consiguió un vital 2º puesto.
Rally de San Remo (Mixto: Asfalto y Tierra): El clímax. El rally de casa de Lancia. Audi estrenaba el A2, más ligero y potente. Parecían invencibles. Pero la fiabilidad volvió a jugar. Los nuevos Audi A2 sufrieron una epidemia de problemas mecánicos. Lancia, perfectamente preparada, no falló y consiguió otro triplete: 1º Alén, 2º Röhrl, 3º Vudafieri.
Lancia: Campeona del Mundo de Constructores de 1983.
El “dinosaurio” de tracción trasera había vencido al gigante tecnológico. Audi se consoló ganando la última prueba (el RAC) y Hannu Mikkola se llevó el merecido Campeonato de Pilotos. Pero el título de marcas era para los italianos.
¿Ganó el Coche Equivocado?
No. El Lancia 037 ganó el mundial de 1983 por cuatro razones clave: fiabilidad (era más simple), estrategia (Cesare Fiorio fue un genio gestionando recursos), el calendario (que aún tenía mucho asfalto) y los pilotos (Röhrl y Alén).
En 1983, el Audi Quattro era el coche más rápido y avanzado. Era el futuro. Pero el equipo Lancia, con su "viejo" 037, fue el equipo más inteligente, fiable y mejor gestionado.
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¿Alguna vez has tenido la sensación de estar viviendo una invasión de clones? Aparcas tu SUV compacto en el centro comercial y, al volver, te cuesta distinguirlo de los otros cinco que han aparcado a su lado. ¿Es una crisis de ideas global? ¿Se han quedado los diseñadores sin imaginación?
La realidad es más compleja. No es falta de creatividad, es un exceso de restricciones. Los diseñadores tienen hoy menos libertad que nunca, y su trabajo está encorsetado por cinco "tiranos" que dictan la forma de un coche antes de que el lápiz toque el papel.
Las 5 Razones de la Uniformidad:
1. La Tiranía de la Aerodinámica El enemigo número uno de un coche moderno, y especialmente de un SUV (que es alto y chato por definición), es el viento. En un coche eléctrico, un mal coeficiente aerodinámico (Cx) puede costar decenas de kilómetros de autonomía. En uno de combustión, cada gramo de CO2 es vital para evitar las multas multimillonarias de la Unión Europea. La forma más barata y eficaz de bajar el consumo es mejorar el Cx.
2. La Jaula de Oro de la Seguridad y las Regulaciones El coche deportivo de tus sueños, bajo, afilado y con morro en cuña, sería hoy prácticamente ilegal. Las normativas de seguridad, especialmente las de Euro NCAP, lo han cambiado todo. Para proteger a los peatones en caso de atropello, el capó debe ser alto y relativamente "blando", dejando un espacio de deformación vital entre la chapa y las partes duras del motor. Adiós a los morros bajos.
3. El "Efecto IKEA" de las Plataformas Modulares Las plataformas modulares (como la MQB de Volkswagen, la EMP2 de Stellantis o la TNGA de Toyota) son un milagro de la ingeniería de costes, pero un lastre para la diferenciación. El ahorro ya no solo está en compartir motores o suspensiones, sino en los "Hard Points" o puntos fijos del diseño.
4. El Miedo a ser Diferente: Marketing y "Design Clinics" Antaño, un diseñador jefe tenía poder para arriesgar y escandalizar al mundo, creando coches que hoy se consideran obras de arte. Hoy, eso es imposible por culpa de los "focus group" o "clínicas de diseño". Antes de aprobar un coche, las marcas meten los prototipos en una sala y preguntan a clientes potenciales qué opinan.
5. El Diseño por Ordenador (CAD) Irónicamente, la herramienta que debería dar libertad infinita, el Diseño Asistido por Ordenador, es el último clavo en el ataúd de la originalidad. Hoy se usa el "diseño generativo".
Los ingenieros introducen en el software todos los parámetros y restricciones (Regla 1: Plataforma MQB. Regla 2: Seguridad peatones. Regla 3: Cx de 0.28. Regla 4: Espacio para 5) y el programa "sugiere" las formas óptimas. Si los ingenieros de Ford, Renault y Volkswagen usan los mismos programas y las mismas reglas físicas, ¿sorprende que el resultado final sea casi el mismo?
La Prueba: La Invasión de los Clones
Esta uniformidad forzada se ve en todos los segmentos:
-La Plaga del "SUV Coupé": Lo que empezó como el sacrilegio del BMW X6 ahora es un estándar. Del Audi Q5 Sportback al Renault Arkana, todos copian la misma silueta de techo descendente que mata el espacio trasero y la visibilidad.
-El Segmento C: Es el ojo del huracán. Coches como el Qashqai, Tucson, Austral o 3008 compiten por el mismo cliente "para todo". El resultado es un diseño por consenso: cintura alta, frontal chato y los inevitables pasos de rueda de plástico negro.
-Los Eléctricos: Aquí la aerodinámica lo es todo. Para maximizar la autonomía, todos acaban siendo un "Optimus Blob": un diseño redondeado, sin aristas, con parrillas tapadas y manillas enrasadas. El Tesla Model Y, el VW ID.4 o el Skoda Enyaq son esclavos del túnel de viento.
Conclusión
¿Son todos los SUV iguales? En gran medida, sí, porque no les queda más remedio. Están atrapados en un corsé definido por la Aerodinámica que los redondea, la Seguridad que los hace chatos, la Plataforma Modular que fija sus proporciones y el Marketing que penaliza el riesgo.
Los SUV modernos son, quizás, el resultado de la optimización total; el coche perfecto para las hojas de cálculo, pero, a menudo, el más aburrido para el corazón.
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Hoy hablamos de la transición al coche eléctrico como si fuera una revolución tecnológica sin precedentes. Pero, ¿y si te dijéramos que la verdadera y caótica guerra por el futuro de la movilidad ya se libró hace más de un siglo?
Te proponemos un viaje fascinante en el tiempo, a los albores del siglo XX, para descubrir una transición infinitamente más compleja, hostil y sorprendente que la actual: el paso del caballo al automóvil.
En este vídeo, descubrirás que el mundo no estaba en absoluto preparado para la llegada de estas máquinas ruidosas y "endemoniadas". No existían carreteras asfaltadas, ni gasolineras, ni semáforos, ni un simple código de circulación. Acompáñanos a explorar cómo se impuso el automóvil en una sociedad que durante milenios había dependido del músculo animal.
1. La Batalla de los Tres Monstruos: ¿Vapor, Electricidad o Gasolina?
Lejos de la creencia popular de que el motor de combustión fue la única opción, la primera gran batalla por la movilidad se libró en tres frentes tecnológicos muy distintos.
2. Convenciendo al Granjero: Por Qué un Ford T Era Mejor que un Caballo
La verdadera revolución no la ganaron los coches de lujo, sino los asequibles. Imagina ser un granjero en la América profunda de 1915. Tu caballo es tu herramienta, tu capital y tu compañero. ¿Cómo te convencía un vendedor de que un Ford Model T era mejor? La respuesta no estaba en la emoción, sino en las matemáticas y la pura lógica:
Versatilidad Inesperada: Los ingeniosos granjeros descubrieron que, levantando una rueda trasera, el motor del Ford T se convertía en una unidad de potencia estacionaria capaz de accionar una bomba de agua, una sierra circular o una trilladora. ¡Era una navaja suiza con ruedas!
Mientras el Ford T motorizaba América, Europa tuvo sus propios "coches del pueblo", como el Austin 7 en el Reino Unido, el Citroën Type A en Francia o el Opel 4 PS en Alemania.
3. La Pesadilla de Conducir en un Mundo Hostil
-Los primeros conductores no eran simples chóferes, eran auténticos exploradores y mecánicos de emergencia.
Infraestructura Inexistente: Fuera de los centros urbanos adoquinados, las "carreteras" eran caminos de tierra.
-Navegación Surrealista: Sin señales ni mapas fiables, las primeras guías de viaje daban indicaciones como: "continúe 5 millas hasta un granero rojo, gire a la derecha y siga hasta el roble con la rama rota".
-Hostilidad Oficial: La ley británica "Red Flag Act", vigente hasta 1896, obligaba a que un hombre caminara delante del coche con una bandera roja para advertir del peligro, limitando la velocidad a 3 km/h. Esta ley frenó la industria británica durante décadas.
4. El Arte Oscuro de la Conducción
Manejar uno de los primeros coches era un desafío físico y mental. El arranque con manivela podía provocar la temida "fractura del chófer" si el motor daba una "coz". El Ford T, a pesar de su supuesta sencillez, se manejaba con tres pedales (embrague/primera/segunda, marcha atrás y freno a la transmisión) y dos palancas en el volante para el acelerador y el avance del encendido. Cambiar de marcha sin destruir la caja de cambios requería dominar la compleja técnica del "doble embrague".
5. Del Estiércol al Caos: La Anarquía Urbana
Las ciudades eran un campo de batalla donde peatones, carros de caballos, tranvías y los nuevos automóviles competían por el espacio sin reglas, semáforos ni señales. Irónicamente, el coche de gasolina fue visto inicialmente como un salvador ecológico. En 1900, los 100.000 caballos de Nueva York generaban más de 1.200 toneladas de estiércol al día. El automóvil prometía limpiar las calles. Poco a poco, la necesidad impuso el orden con la llegada de los primeros semáforos y señales de STOP en la década de 1920.
La transición del caballo al coche fue mucho más que un cambio tecnológico; fue una revolución cultural y social que se impuso por su abrumadora eficiencia, regalándonos una libertad de movimiento sin precedentes y moldeando el mundo en el que vivimos hoy.
























Siempre espero el sonido después de la palabra "anécdota" pero me acuerdo que no es un vídeo.
GRACIAS MAXIMO