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Poca Broma
Author: Poca Broma
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© 2024 Poca Broma
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Humor inteligente para gente idiota, ¿o era al revés?.
Un podcast que transita entre el asco y la vergüenza ajena. Para toda esa gente que se sentaba en la primera fila en clase #unodinoi.
Ah, ¡ y rechase imitasiones! (a no ser que sean mejores claro...).
Un podcast que transita entre el asco y la vergüenza ajena. Para toda esa gente que se sentaba en la primera fila en clase #unodinoi.
Ah, ¡ y rechase imitasiones! (a no ser que sean mejores claro...).
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Lo vamos a hacer con las medidas de un vasito de yogur, cualquiera que tengamos en casa. Mi madre Rosa lo preparaba con un yogur de marca gallega, el cual traía un envase de plástico bastante duro, con lo que era muy fácil tomar las medidas. Su receta es muy sencilla y fácil de recordar, ya que sólo tienes que acordarte del 1, 2, 3 en el orden adecuado: 1 yogur, 1 medida de aceite de oliva suave, 2 medidas de azúcar blanquilla, 3 medidas de harina y 3 huevos.
La base de esta receta es tomar como medida el vasito de yogur, lo que facilita mucho el tema de los ingredientes. Añadimos el yogur a un bol grande y lavamos el potito o envase donde viene el yogur. Precalentamos el horno a 200º C y untamos el molde que vamos a utilizar con mantequilla, en la base y los lados. Espolvoreamos con un pellizco de harina y quitamos el exceso de harina. Reservamos. Batimos los huevos con unas varillas, cuando empiecen a blanquear, añadimos una pizca de sal. Medimos el azúcar (recordad, son 2 vasitos) y volvemos a batir, ya tenemos la base lista. Añadimos en el bol una medida de aceite de oliva suave, la levadura química y medimos de nuevo la harina con el vasito (recordad que son 3 medidas). Metemos todo en el bol y batimos con unas varillas (podéis utilizar manuales o eléctricas, las que más os gusten). Debe de quedar una masa homogénea y fina. Vertemos la mezcla en el molde, os recomiendo que sea desmontable. Esta parte la hacemos siempre con cuidado y ayudándonos de la espátula para rebañar bien el bol. Con el tipo de molde y el paso previo de mantequilla y harina en la base se desmoldará fácilmente. Horneamos de 30 a 35 minutos dependiendo del horno que tengáis. Tenéis que poner el futuro bizcocho en la bandeja del medio con calor arriba y abajo, sin aire, a 180º C. Si vemos que se tuesta mucho al final de la cocción, cuando queden 10 minutos tapamos con un poco de papel de aluminio. Importante, abrir el horno lo menos posible y al final de la tiempo de horneado pinchad con la punta de un cuchillo. Si sale limpia al pinchar en el centro del bizcocho, ya estará. Dejamos que el bizcocho se atempere un poco en el molde. Después desmoldamos, pasando un cuchillo con la hoja del revés por los bordes. Dejamos que se termine de enfriar sobre una rejilla para evitar que coja humedad. Listo para comer. Podéis espolvorear un poco de azúcar glass por encima, aunque es totalmente opcional.
¿Qué tal pocabromers?, ¿todo bien?, a ver, ha pasado mucho tiempo, algo chungo ha tenido que pasarte. No me creo eso de “nada, como siempre”. O sea, a lo mejor sí, quicir, a lo mejor entre la última vez y ahora te han pasado muchas mierdas pero todo ha vuelto a su cauce y por eso como siempre, porque te comparas a cómo estabas la última vez y cómo estás ahora y estás más o menos igual pero con todas esas mierdas que pasaron por el medio, no sé si me explico. Vamos, que me estoy explicando como el culo pero confío que esto es como el prospecto de un medicamento, que no lo lee nadie y es un requisito que nos pide ivoox para subir episodio. Por eso aprovecho este momento para decir que lo que propugnaba Kant sobre quien mezcla los principios de una moral pura con su parte empirista rompe la pureza misma de las costumbres y va en contra de su propio fin es una chorrada como un templo. Pero claro, como es Kant no se puede decir, ¿no?, la hipotenusa.
Si has llegado hasta aquí y aún así te interesa saber de lo que va el programa de hoy, pues mira chica, yo que sé, más de una hora cuarenta de audio, imaginaos la de tontadas que podemos decir en ese tiempo. Dadle al play si os apetece y si no, no, que no queremos obligaros a nada pero si estás aquí será por algo, haz acto de introspección o, mejor, échale la culpa a un tercero o a un trauma infantil, que eso siempre funciona, es nuestro late motiv.
¡Un beso nenés!
Como siempre, lo primero es lo primero, así que encendemos el horno y precalentamos a 180°.
Preparamos el molde elegido, ya sea de corona como el que yo he usado, tipo plumcake o el que más os guste, y para ello, lo embadurnaremos bien con mantequilla y luego espolvorearemos de harina sacudiendo el sobrante. Si podéis haceros con un spray de los que venden ahora para desmoldar, mejor que mejor, es el que yo uso y jamás se me resiste un desmoldado… Pene.
Una vez que tenemos el horno y el molde preparados, tamizaremos o colaremos la harina a un bol, y le añadimos la levadura y la pizquita de sal. Reservamos. Chocho.
Ahora nos armamos con unas varillas, si son eléctricas, mejor que mejor, y batimos en un bol la mantequilla, el queso y el aroma de vainilla hasta conseguir una crema homogénea. Vamos entonces añadiendo el azúcar poco a poco hasta mezclarlo bien. Ahora es el turno de ir echando uno a uno los huevos, no incorporar el siguiente hasta que se haya mezclado bien el anterior. Esmegma.
Por último, iremos añadiendo poco a poco la mezcla de harina, sal y levadura hasta integrar bien toda la masa. La volcamos en el molde y metemos al horno precalentado durante 1 hora y 15 minutos aproximadamente, pues cada horno tiene vida propia… Clamidia.
Sabréis que está hecho cuando al pinchar con una brocheta de madera o metal, ésta salga limpia. Esternocleidomastoideo.
Si veis que a media cocción se os tuesta demasiado, cubrirlo con un trozo de papel de aluminio pintado con un poco de mantequilla para que no se pegue y listo. Herpes labial.
Una vez hecho, sacar del horno, dejar enfriar sobre una rejilla unos 20 minutos y desmoldar pasando primero un cuchillo por los bordes.
Ingredientes:
-260 grs de harina
-225 grs de mantequilla a temperatura ambiente
-150 grs de queso cremoso a temperatura ambiente (tipo Philadelphia)
-350 grs de azúcar
-4 huevos a temperatura ambiente
-1 cucharada de aroma de vainilla
-1 pizca de sal
-1 sobre de levadura química de repostería en polvo (12-15 grs), tipo Royal.
En un bol mezclamos la harina con la levadura. Lavamos bien el limón y lo rallamos. Vamos a emplearlo de aromatizante. Reservamos. Ponemos en una cazuela con el agua, la leche, la ralladura del limón y sal. Calentamos y cuando rompa a hervir añadimos la harina mezclada con la levadura. Mezclamos bien con una cuchara y removemos hasta que quede una masa espesa. Retiramos del fuego y dejamos reposar la masa 10 minutos. Introducimos los huevos, uno cada vez. Es decir primero un huevo, removemos, incorporamos bien a la masa y cuando veamos que ya no se ve el huevo, seguimos con el siguiente. Así hasta incorporar los 4 huevos. Añadimos la mantequilla para acabar de mantecar, hace más crema y le da brillo. Dejamos enfriar totalmente para empezar con la masa de los buñuelos. Le damos forma a los buñuelos. Yo los he preparado redondos con una cuchara, pero también se suelen hacer cuadrados con un molde. Ponemos a calentar a fuego medio una sartén con abundante aceite neutro (de girasol o de oliva suave) para que no le aporte más sabor a la masa. La dificultad de este postre está en la temperatura del aceite. Ya que si está poco caliente la masa cae al fondo y debe procurarse que se mantenga a flote. Pero si está demasiado caliente se forma una envoltura seca alrededor del buñuelo que impide que éste crezca. Además si el aceite está muy caliente, se nos dorarán muy rápidamente y quedarán crudos por dentro. La primera tanda nos servirá para probar las siguientes y que nos salgan de rechupete. Echamos a la sartén de pocos en pocos ya que van a doblar su tamaño. Cuando estén dorados sacamos los buñuelos a un papel absorbente. Cuando estén templados espolvoreamos con azúcar glass. Así ya estarían perfectos. Los servimos recién hechos y a disfrutar.
Ingredientes:
-150 g de harina de pastelería
-150 ml. de agua tibia
-100 ml. de leche entera
-4 huevos
-La ralladura de un limón (opcional)
-50 g. de mantequilla
-5 g. de sal fina (una cucharadita tipo postre)
-1 sobre de levadura química (10 g.)
-Aceite de oliva virgen extra suave (para freír, 1 litro aproximadamente)
-50 g. de azúcar glass o en polvo (para decorar los buñuelos)
A nosotros no nos engañas que no somos tus padres. Tú diras que es alergia primaveral pero esos ojillos vidriosos son de los porros. O de un engaño amoroso. Sea por lo que sea, son porros. Fijo. Sabemos de lo que hablamos porque nos han dejado muchas veces. Y también hemos fumado mucho porro, para qué mentir. Por cierto, ¿sabías que en gallego 'puerro' se dice 'porro'?, unas risas. Sobre todo porque hay un Ayuntamiento que se llama O Porriño. Y no sabemos si allí comen muchos puerros o se fuman porros pequeñitos. Yo que sé, ivoox me pide un mínimo de palabras y estoy llenando huecos con paja y estoy convencido de que si escuchas este podcast no te paras a mirar la descripción del programa. Y si no es así, pon un comentario que ponga “porro”, para saber que sí que te lees la descripción. Para que el trabajo no sea en balde más que nada.
Ojo si eres Tauro porque ciertos malestares inespecíficos que acusas tiene su origen en la ansiedad que te causa, sobre todo, tu situación económica. No obstante, ahora esto mejorará y te librarás de estas preocupaciones que han podido influir en tu salud. Por primera vez en mucho tiempo podrás llegar a fin de mes sin sufrimiento e incluso lograrás ahorrar un poquitín. Valorarás ahora los hábitos de ahorro y de control estricto del presupuesto que pusiste en práctica y que han empezado a dar sus resultados, porque lo de comer cinco veces al día, reconozcámoslo, es un exceso burgués. Lo del ayuno intermitente lo inventó un pobre, que no te engañen.
Bienvenidos al tercer programa de esta quinta temporada de Poca Broma que viene carrrrrgadísimo de contenidos ya que, entre otras cosas, os hablamos de una serie de la que seguro no te acordarás, las predicciones de Baba Vanga y un Medalla Castelao muy ardiente. En serio, nos ha quedado muy bien el progama. A lo mejor sobran las intervenciones de Magic Fingers, pero convivimos con ello y nos lo tomamos como un mal menor, tú podrías hacer lo mismo, que no es tanto pedir, digo yo.
Ya sabéis, dadle al play y... ¡a disfrutar!.
Si no lo habíamos hecho antes, descongelamos 24 obleas de masa para gyozas mientras preparamos el resto de los ingredientes. Picamos 80 g de setas shiitake y 120 g de col china bien finita. Reservamos. Ponemos 10 ml de aceite de girasol en un wok y salteamos la col hasta que esté transparente, la apartamos del fuego y la reservamos para que se enfríe. Cuando haya atemperado un poco la guardamos en la nevera, para que esté a la misma temperatura que el resto de los ingredientes en el momento de hacer el relleno. Aparte, mezclamos las setas picadas con 250 g de carne de cerdo picada. A esta mezcla de carne y setas le añadimos 10 g de jengibre rallado, 5 ml de salsa de soja y 5 ml de aceite de sésamo. Lo mezclamos bien todo y lo guardamos en la nevera. Mientras se enfría el relleno, preparamos la salsa con la que acompañaremos las gyozas. Para ello, mezclamos 60 ml de salsa de soja, 30 ml de vinagre de arroz, 1 guindilla (opcional) y 5 ml de aceite de sésamo. Reservamos la salsa hasta el momento de servir las gyozas. Una vez tenemos la salsa lista, terminamos de hacer el relleno de las gyozas mezclando la col con la mezcla de carne de cerdo picada. Integramos bien estos ingredientes y ya tenemos el relleno de las empanadillas listo. Para formar las gyozas, cogemos una oblea de masa en la mano, pincelamos el borde de una de las mitades con agua y ponemos una cucharada de relleno de carne. Ahora vamos con el proceso de sellado de las gyozas y para ello, doblamos la masa por la mitad y hacemos pequeños pliegues en el borde de la parte superior de la masa. Presionamos bien este borde sobre el borde de la mitad inferior de la masa que se quedará estirado, de forma que la gyoza quede completamente cerrada. Repetimos estos dos últimos pasos con todas las obleas hasta terminar el relleno. Vamos colocando las gyozas ya terminadas encima de una bandeja y cuando las tengamos todas listas, las cocinamos. Para cocinar las gyozas, ponemos en un wok o sartén con tapa los 20 ml restantes de aceite de girasol y lo calentamos a fuego medio. Añadimos unas pocas gyozas y dejamos que se doren por un lado durante un par de minutos. A continuación, añadimos al wok un vaso de agua, o la cantidad suficiente para que cubra las gyozas un dedo, y le ponemos la tapa al wok. Dejamos que las gyozas se cocinen unos 10 minutos, o hasta que el agua se haya evaporado casi del todo. En este punto, destapamos el wok, dejamos que el agua restante se evapore del todo y las gyozas se terminen cocinar a la plancha para que se doren un poco, pero con cuidado de que no lleguen a quemarse. Cocinamos todas las gyozas siguiendo estos pasos. Una vez listas, servimos las gyozas recién hechas acompañadas de la salsa preparada anteriormente.
Cómo hacer masa casera para gyozas
Para preparar la masa de las gyozas de forma casera, mezclamos todos los ingredientes de la masa y los mezclamos hasta tener una masa homogénea. Guardamos la masa en una bolsa y la dejamos reposar en la nevera durante 1 hora. Después del reposo, formamos las obleas. Para ello, estiramos la masa bien finita (podemos usar una máquina de hacer pasta), espolvoreamos un poco de harina y la limpiamos con un pincel. Con un cortapastas, cortamos círculos de unos 10 cm de diámetro y los conservamos apilados hasta su uso en la receta. Las obleas sobrantes, las podemos congelar para su uso posterior.
Resumen fácil de preparación
Descongelamos la masa, picamos las setas y la col finitas y las reservamos
1. Salteamos la col y la reservamos en la nevera para que enfríe
2. Mezclamos las setas con la carne picada, añadimos el jengibre rallado, la salsa de soja, el aceite de sésamo y reservamos en la nevera
3. Hacemos la salsa de las gyozas mezclando sus ingredientes y reservamos
4. Mezclamos la col ya fría con la mezcla de carne picada
5. Para formar cada gyoza tomamos una oblea, pincelamos los bordes con agua y ponemos una cucharada de relleno
6. Doblamos cada gyoza, hacemos pliegues con el borde de la parte superior de la masa y y lo presionamos sobre el borde inferior sellando así la gyoza
7. Repetimos con todas las gyozas y las vamos colocando ya lista en una bandeja
8. Engrasamos un wok y doramos las gyozas un par de minutos
9. Añadimos agua, tapamos el wok y dejamos que las gyozas se cocinen al vapor 10 minutos
10. Destapamos el wok y dejamos que se evapore el agua y se doren nuevamente
11. Las retiramos y las servimos calientes acompañadas con la salsa preparada anteriormente
Para las gyozas:
24 obleas para gyozas (se pueden hacer caseras siguiendo el último paso)
80 g de setas shiitake
120 g de col china
30 ml de aceite de girasol
250 g de carne de cerdo picada
10 g de jengibre
5 ml de salsa de soja
5 ml de aceite de sésamo
Para la salsa:
60 ml salsa de soja
30 ml vinagre de arroz
1 guindilla (opcional)
5 ml de aceite de sésamo
Para la masa de las gyozas (opcional):
250 g de harina de trigo de uso común
150 ml de agua templada
1 cucharadita de aceite
1 pizca de sal
¿Qué tal pocabromers?, ¿todo bien?, te veo guapo hoy, debe ser la hipermetropía. Ojo si eres Virgo porque tu regente, Mercurio, está a punto de ingresar en tu casa IX, lo cuál favorecerá que las circunstancias en siguientes semanas fluyan con mayor naturalidad para ti. Con la Luna en su fase menguante y en tu casa V en el día de hoy, no es un momento para arriesgar con demasiado ímpetu, sino que la sabiduría, la disciplina y la prudencia serán tus aliados ahora para la consecución de tus metas, así que ya sabes, respira y cuenta hasta tres antes de liarte a hostias con todo. Por cierto, mucha casa tienes tú, así están los precios del alquiler.
Volvemos a vosotros una semana más con el segundo programa de esta quinta temporada y, tras la resaca de la Semana Santa, nos ponemos en modo fit y calculamos cuantas kilocalorías tiene el Cuerpo de Cristo y, por lo que sea, todo nos ha llevado a preguntarnos si el semen engorda. Por lo que sea eh, que nosotros no queríamos, así que, si lo quieres saber, malas noticias: tendrás que escuchar el programa. Y además de todo lo anterior, cómo no, os traemos también un par de Medallas Castelao y un feat muy sabrosón con MC Hammer... mejor no preguntéis.
Ya sabéis, dadle al play, ¡y a disfrutar!.
Lo primero que haremos será pelar el plátano y dorarlo en una sartén con un poco de mantequilla. Retiramos y reservamos. Puede ser plátano o banana, eso ya a gusto de cada uno. Por otra parte preparamos el arroz. Cocemos el arroz en agua con sal y una hoja de laurel durante 18 minutos a fuego suave. Una vez hecho el arroz, lo que haremos será rehogarlo con un poco de aceite de oliva y un ajo para que coja un poco de sabor. Respecto al tomate frito, os paso ahora mismo mi receta de tomate frito casero aunque podéis usar el típico de bote sin problema ya que es el típico que siempre se ha usado. En mi opinión, si tenéis la oportunidad de hacerlo casero mucho mejor. Ahora toca freír los huevos en abundante aceite caliente (fritos de verdad, no a la plancha). Freímos los huevos a fuego fuerte si queremos puntilla. Emplatamos como hacía mi abuela, con una taza hacemos «la montañita», así lo llamaba cariñosamente y acompañamos de los dos huevos fritos y el plátano. Cubrimos de tomate frito casero y a comer con un buen trozo de pan.
Ingredientes:
-200 gramos de arroz (o arroz blanco ya cocido)
-200 ml de salsa de tomate casera
-Un plátano
-2 huevos
-Sal
-1 diente de ajo
-Laurel
¿Qué tal pocabromers?, ¿todo bien?, ¿todo en su sitio?, ojo si eres Aries porque según el Horóscopo de esta semana, en tema amor la rutina te aburre y no te sientes motivada y según el Tres de Bastos tu relación de pareja empieza a enfriarse, por eso te proponemos que dejes de buscar pareja en las cámaras mortuorias. O por lo menos deja de tirártelos.
¡Cuánto tiempo!. Ya nos habíamos olvidado de cómo se hacían programas con guion y básicamente son la misma mierda que sin él pero los chistes los hemos pensado previamente, con lo cuál hemos perdido el doble de tiempo, pero bueno, al menos ningún animal fue lastimado durante la preparación del guion y eso es algo que no pueden decir todos los podcast (tú y yo sabemos de quién hablamos, guiño guiño). ¿Recordáis cuando acabó la cuarta temporada?, en verano de 2020, en pleno covid y encerrados en casa. Casi cuatro años después empezamos temporada 5 y en este primer episodio os traemos un refrito de los Medalla Castelao de los últimos meses, porque era eso o hacer unas croquetas con ellas y ojo, nos quedan exquisitas. pero algunas indigestan, eso sí.
Ya sabéis amics, denle al play, disfruten, y quien tenga honra que escuche hasta el final, que es dónde está lo mejor, el final.
Ponemos a calentar una sartén con el fuego a tope y cuando empiece a humear, doramos nuestra pieza de carne por todos lados.
Precalentar el horno a 200ºC, sazonar la carne con sal y pimienta recién molida y embadurnarla con mostaza antigua.
Cuando el horno esté a la temperatura indicada, introducimos la pieza de carne colocada sobre una rejilla con la parte grasa hacia arriba y con una bandeja debajo para que se vayan depositando los jugos que vayan cayendo de la pieza y que luego recuperaremos para preparar la salsa.
Horneamos durante 10 minutos a 200ºC, bajamos la temperatura a 170ºC y seguimos horneando el tiempo necesario hasta alcanzar el punto deseado.
Cuando haya terminado de cocinarse, sacamos el rosbif del horno y lo dejamos reposar durante unos 20-30 minutos para dar tiempo a que se asienten los jugos antes de cortarlo. No te preocupes si se enfría un poco, el rosbif nunca se sirve caliente, sino templado con la salsa muy caliente o frío como si fuera un fiambre. Y es que, durante este tiempo de reposo, podemos aprovechar para hacer una salsa pasando todos los jugos que se hayan ido recogiendo en la bandeja del horno a un cazo, añadiendo una cucharada de mantequilla y poniendo la mezcla a calentar a fuego lento mientras removemos sin parar con unas varillas hasta tener una salsa ligada.
Servimos el rosbif cortado en lonchas finas, acompañado, por ejemplo, de puré de patatas, patatas asadas con piel, menestra, o lo que más nos apetezca y con la salsera cerca.
Si sobra rosbif, lo mejor es envolverlo en papel film bien apretado y guardarlo en la nevera para consumirlo frío como si fuese un fiambre.
Con este cocinado rápido obtenemos un rosbif con dos texturas, por un lado un exterior dorado y crujiente y por otro, un interior para verdaderos amantes de la carne jugoso y sonrosado. Se puede hacer un rosbif de textura uniforme si entramos en la cocción a baja temperatura, pero eso lo veremos con otra receta.
El adobo de sal, pimienta y mostaza es el más básico y tradicional, pero podemos adobar la carne con lo que más nos apetezca. Hierbas aromáticas a nuestro gusto, un poco de pan rallado o una pizca de azúcar que favorecerá el caramelizado de la costra exterior.
Ingredientes:
Carne de ternera: 1.5 kg en un solo trozo (*)
Sal
Pimienta recién molida
Mostaza antigua
Mantequilla: 1 cucharada
Si no queremos añadir grasa extra al plato, podemos retirar la piel del pollo aunque hay que tener en cuenta que es posible que parte de la carne del pollo se puede desprender durante la cocción. Salpimentamos las piezas de pollo. Calentamos un poco de aceite en una sartén y doramos ligeramente. Retiramos y reservamos.
Preparamos un sofrito. Pelamos y picamos finamente los dientes de ajo. Pelamos y picamos la cebolla. Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén o cazuela y pochamos ambos a fuego muy suave durante cinco minutos.
Mientras tanto lavamos los pimientos, retiramos sus pedúnculos y semillas y cortamos en pequeños cuadrados (mirepox). Añadimos los pimientos a la sartén, la hoja de laurel y continuamos la cocción durante cinco minutos más. Pelamos los tomates, los rallamos y añadimos a la sartén. Removemos, salpimentamos al gusto y cocemos un par de minutos a fuego fuerte dejando que el agua del tomate se evapore.
Por último agregamos el vino y el pollo, ajustamos de nuevo el punto de sal y pimienta, tapamos la sartén y cocemos durante unos 15-20 minutos o hasta que el pollo esté hecho en su interior y salsa se haya vuelto espesa. El tiempo dependerá del tamaño de las piezas de pollo elegidas. Servimos inmediatamente o dejamos atemperar antes de guardar en la nevera.
Ingredientes:
Pollo (jamoncitos, contramuslos, trozos varios,...): 600 g
Pimiento verde: 1
Pimiento rojo: 1
Cebolla: 1
Tomate pelado y triturado: 2
Diente de ajo: 2
Vino blanco: 100 ml
Sal
Pimienta negra molida
Laurel hoja: 1
Comenzaremos preparando una esponja el día anterior. Para eso en un bol echamos 200 g de la harina, el agua y la levadura disuelta en ella. Removemos con una cuchara de madera, tapamos con un plástico o un paño y dejamos levar lentamente en la nevera durante 12 horas.
Al día siguiente, sacamos la esponja de la nevera y la dejamos atemperar durante una hora en un lugar cálido de la cocina. Seguidamente en el bol de una robot amasador o bien en un bol si vamos a amasar a mano, echamos la harina que nos queda, la esponja, los dos huevos y la yema batidos, el azúcar invertido y la leche en polvo. Amasamos durante 10 minutos, dejamos descansar la masa cinco minutos.
Añadimos el azúcar, y la ralladura de naranja y amasamos otros 10 minutos, descansamos otros cinco. Hacemos la prueba de la membrana para comprobar que el amasado sea correcto, es decir estiramos con los dedos una bola de masa y vemos que forme un velo fino de masa que no rompe. Entonces añadimos la mantequilla en trozos pequeños y la sal, amasamos otros 10 minutos. Comprobamos de nuevo la masa.
Estiramos la masa en un rectángulo con cuidado y añadimos las frutas confitadas y las pasas, dándole unas vueltas hasta que las integremos en la masa. Boleamos la masa y la dejamos en un bol enharinado y tapada con un paño o un film hasta que leve en un lugar cálido y fuera de corrientes de aire.
Una vez levada, desgasificamos la masa con los nudillos y volvemos a bolear y ya colocamos la bola en un molde de papel de kilo de panettone o bien se puede dividir en dos de 500 gramos si queremos unos bollos más pequeños. Dejamos que leve de nuevo dentro del molde hasta que alcance el borde del molde de papel, esto puede ser hasta 5 o 6 horas después si la temperatura de la cocina es de unos 18 grados aproximadamente. Pintamos con huevo batido y le añadimos un poco de azúcar humedecida con unas gotas de agua y una bolita de mantequilla.
Precalentamos el horno a 180 grados, horneamos en el piso inferior durante 40 minutos. Una vez cocido, le pasamos por la base una aguja de tejer y lo colgamos boca abajo hasta que enfríe.
Ingredientes:
Harina de fuerza tipo 00 o Manitoba: 500 g
Levadura fresca de panadería: 40 g
Azúcar: 100 g
Leche en polvo: 20 g
Azúcar invertido: 20 g
Mantequilla: 80 g
Huevos M: 2
Yema de huevo M: 1
Sal: 8 g
Agua mineral: 120 g
Ron moreno: 15 ml
Agua de azahar: 15 ml
Frutas confitadas: 120 g
Uvas pasas de corinto: 80 g
Huevos para pintar: 1
Azúcar para decorar: 28 g
Mantequilla para pintar: 5 g
En una sartén grande añadimos un chorro de aceite de oliva generoso. Pelamos dos dientes de ajo y los añadimos a la sartén para que doren. Cuando cojan color los retiramos, sólo queremos que nos deje el sabor.
Limpiamos el pollo, quitándole la piel y el pelo que les pueda quedar. Le añadimos un poco de sal y los ponemos en la sartén donde hemos dorado los ajos. Lo freímos a fuego vivo pero con paciencia, tiene que quedar dorador, pero no quemado. Una vez dorado lo retiramos de la sartén y lo reservamos.
Pelamos y cortamos la cebolla en juliana y picamos los ajos. En una cacerola grande añadimos un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra. Ponemos a pochar la cebolla y el ajo a fuego medio, con cuidado no se queme el ajo.
Lavamos y cortamos en tiras los pimientos y añadimos a la cacerola cuando la cebolla adquiera un tono dorado. Lo dejamos pochar todo junto. Pelamos y cortamos en tacos los tomates.
Cuando los pimientos estén al dentes, añadimos el jamón previamente troceado. Lo rehogamos un par de minutos y a continuación añadimos el tomate. Dejamos que se cocinen todos los ingredientes juntos durante 6 o 7 minutos a fuego medio – bajo. Removemos para que no se agarren al fondo.
Incorporamos el pollo y vertemos el vino blanco. Agitamos la cazuela para que encaje bien el pollo y se reparta la salsa. Dejamos que se cocine todo a fuego medio-bajo unos 7 u 8 minutos.
Un truquillo que yo utilizo a veces es añadir una ramita de romero o tomillo al guiso. Ese toque le da un punto de pollo de campo que me encanta. Si fuera necesario añadiríamos un poco de agua para que no se quede muy seco el guiso.
Opcionalmente y como consejo de madre, si te gusta mucho mucho la salsa, puedes añadir un vaso de agua tibia (además del vino) con una cucharadita de almidón de maíz o maicena. La disolvemos en el vaso con un tenedor y antes de tapar cazuela. Luego cuando el pollo esté listo, reducir sólo la salsa hasta conseguir el espesor deseado y después volver a incorporar el pollo.
Cuando la salsa haya reducido (sin quedar seco) rectificamos de sal si es necesario. Retiramos el pollo del fuego, emplatamos y servimos caliente. El resultado es una carne de pollo gustosa, jugosa y de mojar pan. ¡Qué aproveche!
Ingredientes:
1 pollo troceado
-1 pimiento rojo grande
-1 pimiento verde grande
-1 cebolla grande
-4 dientes de ajo
-4 tomates maduros
-250 ml de vino blanco
-100 g. de jamón serrano
-Aceite de oliva virgen suave
-Sal (al gusto)
Empezamos mezclando todos los ingredientes menos la harina en un cuenco hasta formar una crema homogénea. Si no nos gusta el toque del limón podemos usar ralladura de naranja o de mandarina. Luego incorporamos la harina tamizándola hasta formar una masa ligera, manejable, elástica y ligeramente grasosa. Dejamos reposar al menos una hora.
El siguiente paso es el más delicado de todos, pues debemos estirar pequeñas bolas del tamaño de una canica de las grandes hasta darles forma de oreja (más o menos). Lo importante, más que la forma, es que queden lo más finas posibles. Para que la masa no se nos pegue no hay que usar harina, sino embadurnar de aceite de oliva la superficie de trabajo y el rodillo.
A medida que vamos dando forma a la masa vamos friendo las orejas en aceite hirviendo (pero sin llegar a quemarse). Puede ser aceite de oliva, aunque para este tipo de fritos prefiero el de girasol, pues el mayor sabor del primero puede robar protagonismo al limón. Dejamos escurrir el aceite sobrante en un plato con papel de cocina y espolvoreamos un poco de azúcar glas antes de servir.
Ingredientes:
-Harina de trigo: 250 g
-Mantequilla: 50 g
-Licor de anís o aguardiente: 25 ml
-Agua tibia: 10 ml
-Azúcar glasé: 60 g
-Huevo: 1
-Ralladura de limón: 0.5
-Sal
Comenzamos limpiando el calamar y separando las aletas y tentáculos. El cuerpo lo cortamos en anillas con un cuchillo afilado. Estas anillas, y si queréis también los tentáculos, son perfectas para nuestro bocata calamares. Las aletas son algo más duras por lo que las usaremos para guisos como el de garbanzos con calamares.
Mezclamos las harinas de trigo y de garbanzos -si queréis podéis usar las harinas especiales para fritura que venden en los supermercados- y pasamos los calamares para enharinarlos. Es importante como os dijimos al hablar de las técnicas para mejorar las frituras de pescado, eliminar el exceso de harina, sacudiendo los calamares sobre un colador, tal como veis en las imágenes.
Mientras hemos hecho esta operación, habremos ido calentando el aceite de oliva. Es importante que esté a muy alta temperatura, entre 180 y 190 grados C, para que el rebozado quede crujiente, nada aceitoso y no se despegue de las anillas de calamar.
Una vez dorados los calamares, los escurrimos sobre papel absorbente y después los colocamos sobre el pan, de forma que quede bien relleno. Normalmente de un calamar de tamaño medio, podréis sacar suficiente para hacer dos bocadillos de calamares.
Ingredientes:
-Calamar fresco pequeño: 1
-Harina de garbanzo: 50 g
-Harina de trigo: 50 g
-Sal
-Aceite de oliva virgen extra
-Pan baguette o un bollo de pan para bocadillo
Limpiamos muy bien el pollo, le quitamos restos de grasa y cortamos en juliana. Maceramos con el ajo, sal, pimienta negra y comino, juntamos bien con una cuchara o con las misma manos y reservamos. Cortamos los pimientos en tiras un poquito gruesas y la cebolla en juliana fina (en tiras finitas).
Ponemos dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra en vuestra sartén y cuando esté caliente añadimos la cebolla, salpimentamos y rehogamos bien durante 5 minutos. Al mismo tiempo que se hace la cebolla en otra sartén salteamos el pollo con un poco de aceite.
Añadimos la cucharadita (tipo postre) de pimentón dulce (si os gusta el picante podéis hacer el pollo con un toque a lo mexicano) y removemos bien. Lo apartamos enseguida del fuego para no quemar el pimentón.
Pasamos el pollo a la otra sartén en la que tenemos la cebolla pochada, bajamos el fuego al mínimo y dejamos que se junten los sabores, todo el jugo de la carne con la cebolla.
En la sartén que hemos dejado libre vamos a saltear los pimientos. Añadimos un poco de aceite y cuando esté bien caliente hacemos las tiras de pimiento durante 5 minutos, tienen que quedar un poco al dente para que las notemos cuando nos comamos la fajita. Juntamos con la cebolla y el pollo, rallamos por encima las limas y le ponemos un poco de su zumo. Mezclamos todos los sabores.
Para finalizar ponemos al fuego una sartén pequeña con unas gotas de aceite de oliva virgen extra y calentamos las tortillas de trigo. Vuelta y vuelta, unos segundos, sin que se quemen. Leed bien las instrucciones del paquete de tortillas y hacedlas como más os gusten, al horno o en el micro.
Espolvoreamos con cilantro fresco y con un poco de zumo de lima fresca. Rellenamos las tortillas de trigo con la mezcla de pollo y verduras salteadas.
Ingredientes:
-8 tortillas de trigo mexicanas para fajitas
-500 g. de pechugas de pollo de corral
-1 pimiento verde
-1 pimiento rojo
-1 pimiento amarillo
-1 cebolla grande
-Para adobar el pollo: 1 diente de ajo bien picado, sal, pimienta negra recién molida, una cucharadita (tipo postre) de comino molido, una cucharada (tipo postre) de pimentón dulce y si os gusta el picante (opcional), un ají o una guindilla picante
-Para aromatizar: 2 limas (ralladura y zumo) y un manojo de cilantro fresco
100 ml. de aceite de oliva virgen extra
Ponemos a hervir 1 litro del agua, y cuando hierva apagamos el fuego, incorporamos el té negro o té verde en un difusor (si no lo tienes lo echas directamente dentro el agua y luego cuelas). Dejamos reposar 10 minutos.
Pasados los 10 minutos quitamos el difusor o colamos el té, añadimos el azúcar y removemos hasta que disuelva completamente. Añadimos el resto del agua, mezclamos, tapamos y dejamos enfriar hasta que esté a temperatura ambiente.
Vertemos el té azucarado en el bote de cristal grande. Añadimos el scoby y el vaso de kombucha y cubrimos con el trozo de tela sujetado con un elástico.
Escoge un lugar bien ventilado, sin luz solar directa y donde se mantenga una temperatura más o menos constante (por ejemplo no lo pongas sobre el horno). La temperatura ideal es algo cálida, entre 21 y 26°C, pero fermentará de cualquier modo a temperaturas más bajas, solo necesitará más tiempo.
El tiempo total de la fermentación depende de varios factores: la temperatura, el oxígeno que recibe (por eso no debemos tapar herméticamente el frasco) y también la cantidad. Te aconsejamos dejar fermentar tu té entre 10 y 15 días. Veremos cómo se ha formado un nuevo scoby en la superficie.
A partir del 10 día podéis comenzar a probar vuestra bebida, insertando una pajita por un costado del bote y sumergiéndola lo más al fondo que podáis. Luego tapáis con un dedo el orificio superior de la pajita, la retiráis y echáis el líquido que habéis atrapado en un vaso. Probadla para ver si ya es de vuestro gusto. Hay personas que hacen una fermentación más larga, y otras más corta. Menos fermenta, más dulce es (y contiene más azúcar). Más tiempo pasa, más ácido es su sabor. Algunas personas usan tiras medidoras del PH para saber cuándo está listo, la medida que buscamos es entre 2,6 y 4.
Cuando nuestra kombucha tenga el sabor deseado, podemos dar por terminado el proceso, ya estará lista para beber.
Retiramos los scobys (siempre con las manos bien limpias) y los ponemos en otro frasco de cristal con kombucha para que se mantengan. Es posible que se haya formado por debajo del scoby una sustancia algo densa y oscura, no os preocupéis, son levaduras. Se pueden beber, pero si os da reparo es suficiente colarlo.
Embotellamos en botellas de cristal con cierre hermético (por ejemplo botellas de cerveza artesanal) y las tenemos en la nevera listas para beber. O podemos saborizarla en un segundo fermentado.
Ingredientes:
-24 g de té negro o verde natural (sin añadidos)
-3 litros de agua filtrada
-240 g de azúcar de caña
-1 SCOBY
-1 vaso de kombucha (si es la primera vez que haces puedes usar una envasada, sin saborizar)
Preparamos unos 250 g de carne por persona. Sacamos la carne de la nevera una media hora antes de asarla para que atempere y, una vez tenemos la brasa lista, salamos la carne por ambos lados con 1 cucharada de sal gruesa. También podemos salar la carne una vez en la parrilla, en este tema hay diversidad de opiniones: hay quien sostiene que es mejor salarla antes y quien dice que mejor sobre la parrilla. En lo que sí hay uniformidad de criterio es en la cantidad de sal, pues añadas lo que añadas, la carne siempre va a coger la que necesite. Colocamos la carne en la parrilla y dejamos que se vaya asando durante unos minutos. Pasados unos 7 u 8 minutos, dependiendo del grosor de la carne, levantamos una pieza de carne por una esquina con ayuda de unas pinzas y comprobamos si está bien dorada. No debemos usar un tenedor para esto para no pinchar la carne. Cuando la carne esté dorada por un lado, le damos la vuelta y la dejamos cocinar por el otro lado de nuevo hasta que esté tostada, aunque con cuidado de que no se cocine en exceso ya que la ternera no debe quedar muy pasada. Una vez más, dependiendo del grosor de la carne y de los gustos del comensal, la dejaremos asar unos 6 minutos. Cuando la carne esté cocinada, la retiramos para una fuente con la ayuda de unas pinzas. Al churrasco de ternera no le tenemos que dar vueltas en la parrilla; lo cocinaremos lo necesario por cada lado y lo retiramos. Una vez lista, servimos la carne al momento, calentita y, ¡a disfrutar! Si hacemos churrasco para varias personas, lo ideal es poner los trozos en dos tandas e ir sirviendo la carne a medida que se va haciendo para poder disfrutarla recién hecha y siempre calentita.
Ingredientes:
-250 g de tira de costilla de ternera
-1 cucharada de sal gruesa
¿Qué tal pocabromers?, ¿todo bien?, ¿seguro?, ¿has mirado el extracto del banco últimamente?, ah, ya me parecía a mí. Ojo a esto Aries porque estás en un gran momento para los negocios, avispada Aries, sabrás reconocer una buena oportunidad que va a pasar por tu puerta. No te desanimes porque tu situación económica no te permite hacer lo que te gustaría, ¡busca recursos!. Eres un genio de la inventiva y la originalidad, seguro que lo consigues. Muévete, porque la ocasión bien lo vale. Tienes ahora una inmejorable influencia astral que te proporciona visión de futuro y grandes ideas. Ni caso a los que te dicen que montar un videoclub no tiene futuro, es la envidia, que les corroe, ¿y te fijaste en la cara que te han puesto cuando les has dicho que era un videoclub de videos beta?, que se jodan, no son tiburones empresariales como tú.
Volvemos otra semana más a vosotros y esta vez con un programa Especial Gulag en el que nos purgamos como las calderas y nos liberamos de todo el hate acumulado puesto que hoy os traemos ni más ni menos que 12 jeiteos buenos buenos, que por estadística alguno te tocará a ti así que, ¡se siente!, nadie es perfecto y si estás aquí escuchando este podcast no sé, plantéate cosas.
Ya sabéis, dadle al play, ¡y a gozar!.
P.D.: el temazo de después corre a cargo de Medomeda y lo del final más que una pregunta es una reflexión.
Pon en un bol el chocolate troceado y la mantequilla. Introduce el bol en el microondas durante un minuto a potencia máxima, saca el bol y remueve el contenido con una cuchara o espátula. Vuelve a introducir en el microondas otro minuto, sácalo y revuélvelo todo de nuevo. Si aún no se ha derretido todo puedes poner el bol unos segundos más en el microondas, pero no te pases de tiempo porque si quemas el chocolate te amargará toda la mezcla, es mucho mejor ir poco a poco. Cuando esté todo más o menos derretido, remueve con una cuchara o lengua de cocina hasta que la mezcla sea homogénea. En otro bol bate los huevos con el azúcar con la ayuda de unas varillas hasta que el azúcar se haya disuelto y la mezcla sea espumosa y de un color claro. Incorpora los huevos con el azúcar ya mezclados al bol con el chocolate y la mantequilla, y mézclalo todo bien. Añade la harina tamizada, es decir, haciéndola pasar por un colador para que no caiga con grumos ni apelmazamientos, y remueve la mezcla para que quede homogénea. Incorpora también un poco de sal. Ahora vierte la mezcla en los moldes de silicona para coulant hasta cubrirlos un poco más de la mitad, y congélalos al menos 2 horas. Cuando los vayas a preparar, precalienta el horno a 190ºC con calor arriba y abajo y ventilador, y cuando haya alcanzado esa temperatura introduce los coulant en él en una posición media sobre una bandeja de horno. El tiempo de horneado es la clave para obtener el coulant perfecto y, sin embargo, necesitamos experimentar un poco antes de saber cuál es ya que cada horno es un mundo. Yo he necesitado unos 16-17 minutos para que estén listos los coulant, pero os recomiendo hacer una prueba con un coulant la primera vez y hornearlo ese tiempo. Si después del tiempo de reposo y haberlo desmoldado (te explico a continuación cómo hacerlo) está demasiado hecho, ya sabes que necesitas rebajar el tiempo 1 o 2 minutos, y si por el contrario está demasiado líquido y es complicado desmoldarlo sin romperlo, la próxima vez dale 1 o 2 minutos más. Una vez horneados los coulant, sácalos del horno y déjalos reposar al menos 5 minutos. Una buena señal es que se vean cuajados aunque con el centro superior un poco más oscuro y «bailongo», y que se hayan separado de las paredes del molde. Para desmoldar yo recomiendo la técnica usada para darles la vuelta a la tortilla (sobre todo para quienes nos gusta que el interior del coulant esté muy líquido): coloca un plato del revés encima del molde y dale rápidamente la vuelta, te deberá quedar perfecto en el plato.
Ingredientes:
-150 g de chocolate para postres.
-150 g de mantequilla sin sal.
-4 huevos.
-100 g de azúcar.
-70 g de harina de trigo.
-Una pizca de sal.
-Helado a tu gusto para acompañar, opcional.
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