Así elige tu cerebro a quién contar tus secretos: funciona como el algoritmo de una red social
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La presentadora de la Rosa de los vientos, Silvia Casasola, ha contado en uno de los programas que un estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour ha revelado que cuando una persona decide contar un secreto a alguien, el cerebro pone en marcha una serie de mecanismos, como si fuera un algoritmo, para decidir con quién compartirlo. Según la investigación realizada por unos estudiantes de la Universidad de Brown, el cerebro construye un mapa mental de tus relaciones sociales.
Gracias a este mapa, la persona es capaz de evaluar en cuestión de segundos la situación, las causas y consecuencias de contárselo a una persona u otra, e incluso hace predicciones. Así, finalmente, elige a aquella de su círculo que merece de su confianza para guardar ese secreto.
Es importante destacar que el cerebro también filtra a las personas, como cuando haces una compra online, por ejemplo. En este caso, los valores entre los que el cerebro eligen son: cómo de popular es la persona en la que confías para contárselo y si la persona protagonista y la receptora del mensaje son afines o están alejadas entre sí.
Se trata de habilidades sociales adquiridas por nuestra condición de seres sociales
Para más inri, a la hora de elegir a las personas a las que contar el secreto, el secreto lleva a cabo una especie de mapeo cognitivo que se basa en recuerdos del día a día: ¿Quién vio a quién? ¿Quién habló con quién? Así, como cuando la policía investiga un caso, el cerebro crea un mapa del secreto.
Lo más impactante del estudio es que tú no tienes que hacer nada porque el cerebro ya hace esas conexiones por ti, así como que se trata de habilidades que ya tenemos adquiridas por nuestra condición de seres sociales, no hay que entrenarlas.
Es el mismo algoritmo en el que se basan Instagram, Tiktok... Utilizan elementos como la popularidad y las conexiones entre usuarios para mostrar un contenido u otro o qué vídeo se hará viral. El algoritmo de estas redes sociales detecta qué usuarios tienen más capacidad de viralizar algo.
Las fases de la investigación
Cuando los investigadores pusieron en marcha la investigación, los resultados fueron clarificadores: los participantes evitaban hacer comentarios a cualquier persona cercana al protagonista del cotilleo, sobre todo si gozaban de cierta popularidad, mientras que sí confiaban en personas alejadas, aunque sin importar que fueran influyentes, porque había pocas probabilidades de ser descubiertos.
En la segunda fase del estudio participaron 200 estudiantes de primer año de la Universidad de Brown. Para comprobar el alcance de un rumor, los investigadores les pidieron que les contaran quiénes eran sus amigos dentro de su residencia y que evaluaran la probabilidad de que el rumor se extendiera.
El resultado fue el mismo que en la primera fase: los participantes eligieron personas distantes al protagonista del rumor, sin importarles su influencia social, ya que no temían ser descubiertos. Cuanto más alejada está la persona de la que protagoniza el cotilleo y más influyente es, más posibilidades hay de que el secreto se expanda, pero no se revele la identidad de quien lo ha esparcido.