La Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA) de Quintana Roo confirmó que actualmente no hay obras activas, ni violación de sellos, los cuales se impusieron a mediados de este año por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en la zona del estero de Chac, luego de denuncias por obras que ponían en riesgo al ecosistema en el sur del Estado.

Alonso Fernández Lemmen Meyer, titular de la PPA, aseguró que tras la clausura impuesta por la Profepa, la dependencia estatal mantiene una "estricta vigilancia" para evitar la continuidad de los trabajos.

"Después de la clausura por parte de la Profepa, de ninguna manera se ha dado continuidad a las obras que ahí se realizaban, ni se han violado los sellos, pues la PPA mantiene una estricta vigilancia en la zona, por lo que las obras están frenadas", destacó.

El funcionario precisó que la Profepa tiene un expediente abierto sobre el predio donde presuntamente se intentaba rellenar parte del cuerpo de agua, vital para la dinámica hídrica de la región.

Asimismo, indicó que ha mantenido comunicación con el comisariado ejidal de Juan Sarabia, quienes se han manifestado en contra de cualquier actividad que atente contra el estero, ya que el humedal nutre y sostiene la vida de la comunidad.

“En reuniones con el comisariado no han explicado que están al acecho de cualquier obra que afecte el estuario”, dijo.

Cabe recordar que las obras se detuvieron inicialmente a raíz de denuncias vecinales que alertaron sobre construcciones que estaban afectando el ecosistema. Entre estas actividades se encontraba el relleno con sascab, la construcción de palapas, una cabaña y un andador o muelle de madera al margen del estero de Chac.

Personal de la Profepa regresó al sitio en terrenos del ejido de Juan Sarabia en el mes de julio y al no acreditarse la autorización de la Semarnat en materia de impacto ambiental, se impuso la medida de seguridad consistente en la clausura total temporal de las actividades.

Aunque la PPA confirmó que actualmente las obras están "frenadas" y bajo vigilancia, versiones de vecinos indicaron en el mes de noviembre que se había observado la colocación sigilosa de pasto en el lugar, y que algunas estructuras como palapas y el andador de madera habían sido detalladas o las lonas de clausura retiradas.

Sin embargo, el procurador de Protección al Ambiente expuso que al parecer se trata de un problema entre particulares, quienes ante una disputa “se echan a las autoridades entre ellos”, pero con el fin de mantener sin afectaciones el humedal.

Agrupaciones ambientales han advertido que el relleno en el arroyo de Chac es una zona crítica por ser el embudo de salida de humedales que desembocan hacia el río Hondo, y esperan que las autoridades apliquen la ley a los responsables de los ecocidios.