Me levanto y vuelvo a caer, es rutina hecha tradición,
Hoy suelo ser el típico hípster de jeans azules y camisa blanca,
De hecho, empiezo a fumar aun sin saber cómo respirar en mi propia depresión,
Tengo gafas puestas y no me veo cómo desearía, soy sólo un fantasma.


La señora, dueña del apartamento golpea todas las mañanas,
La puerta es el dolor en mi cabeza, por favor márchese,
Era su costumbre dejarme un plato de comida, no la mía…
Sólo quiero estar solo intentando recuperar sentido a mi suerte.


He vuelto a regañarme frente al espejo,
Tonto y mal educado reflejo, que sólo cruje y se esparce en lágrimas,
Y araño mis brazos y parte de mi rostro,
Intento sentir arderme a mí mismo, evitando sanar mis heridas.


Quizá éste silencio me atormente más,
Y hoy casi cometo suicidio… por una incontable vez,
Sólo quiero sentir ese cálido abrazo, el que perdí por dejarte atrás,
En esa carrera lenta, a la que tuve que acelerar y me viste desaparecer.


Sí, ya son las cinco y media de la tarde,
Cierro las ventanas y enciendo la lámpara de conejo,
Vuelvo a beber la droga energizante,
Y bailo lento mientras suena mi canción favorita, y se detiene el tiempo.



Autor Original: Nior Nathân