Las brumas vuelven a agitarse sobre Scadrial en una era de trenes subterráneos, aeronaves extranjeras y una política al filo del colapso. Waxillium Ladrian ya no es solo el alguacillegendario de los Áridos: ahora es senador, esposo y padre, atrapado entre el deber público y las viejas balas que nunca terminan de dejar de silbar. Mientras Elendel debate leyes que pueden encender una guerra civil, fuerzas invisibles vuelven a moverse en la sombra, antiguas como los mitos que muchos creen enterrados.

Junto a Wayne, Marasi y Steris, Wax se enfrenta a una conspiración que ya no se conforma con manipular bandascriminales o ciudades exteriores: ahora pretende quebrar reinos desde dentro. El enigmático Grupo, la amenaza lejana de los malwish, y el nombre prohibido de Trell resurgen como piezas de un tablero mayor. Bajo las calles, en túneles olvidados del mundo anterior al Catacendro, se buscan respuestas entre ruinas, metal antiguo y secretos que jamás debieron despertar.

El metal perdido es el choque definitivo entre el pasado mítico y el futuro del mundo: política, pólvora y dioses velados colisionan en una tormenta que ya no admite soluciones simples. Sanderson eleva la saga a una escala mayoritaria, donde cada elección pesa como un disparo y cada verdad puede cambiar el destino de civilizaciones enteras. La bruma se espesa, las alianzas se resquebrajan… y el final de una era se anuncia con el eco frío del metal.