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El Real Madrid de Baloncesto vivió una semana de contrastes marcada por el regreso al “hogar, dulce hogar”.

Tras tropezar en su estreno europeo ante el Virtus Bolonia (74-68), en un duelo que evidenció su falta de acierto y química ofensiva lejos de casa, el equipo de Sergio Scariolo recuperó sensaciones al calor del Movistar Arena. En su debut como local en la Euroliga, el conjunto blanco se reencontró con su mejor versión frente al Olympiacos (89-77), liderado por un magistral Campazzo y una defensa férrea que ahogó a los griegos. La buena dinámica continuó el fin de semana en la Liga Endesa, donde el Madrid se impuso al Gran Canaria (81-71) gracias a una exhibición desde el triple y al espectáculo final de Llull y Okeke. Dos triunfos en casa y una derrota fuera: el resumen perfecto de una semana en la que el Real Madrid volvió a demostrar que, por ahora, su fortaleza sigue estando en casa.