Episode 501: 07 de Octubre del 2025 - Devoción matutina para Adultos - ¨Con Jesús Hoy"
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DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2025
“CON JESÚS HOY”
Narrado por: Exyomara Avila
Desde: Bogotá, Colombia
Una cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church
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|| www.drministries.org ||
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07 de Octubre
Más vale dar que recibir
«El que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna» (Juan 4: 14).
Alberto Magno, el gran profesor de la Universidad de París, enseñaba a sus estudiantes, allá por la Edad Media, que en esta vida podemos aspirar a tres tipos de que él llamaba «plenitudes» y que se corresponden con tres diferentes filosofías de la vida: la plenitud del vaso, que retiene todo lo que recibe, pero que no da nada; la plenitud del canal, que recibe mucho, pero no retiene nada, y la plenitud del manantial, que retiene un poco para no cesar de dar.
Todos conocemos a muchas personas «vaso». Acumulan, acaparan, se afanan por tener y lo consiguen, pero no comparten. Retienen, pero no dan. Ignoran que el secreto de la felicidad no está en tener sino en dar. Porque ya lo dijo Jesús: «Más bienaventurado es dar que recibir» (Hech. 20: 35).
También podemos identificar a algunas personas «canal», que dan, pero no retienen. Dan consejos, dicen a todos lo que deberían hacer, pero no retienen ninguna de sus enseñanzas. A ellos se aplica el refrán castellano de «Consejos vendo, que para mí no tengo». Parece que dan, pero nada les pertenece, nada retienen para sí porque solo son canales vacíos.
Jesús promete que, si aceptamos el agua que él nos quiere dar, seremos personas «fuentes» que no cesan de recibir y repartir, que dan sin vaciarse porque reciben su capacidad de dar del propio Autor de la vida. Ofrecen agua porque su sed está constantemente satisfecha por el agua de vida del único manantial inextinguible, que» salta para vida eterna».
En cada uno de nosotros coexisten a menudo, o se suceden sin solución de continuidad, estas tres actitudes. Somos alternativamente vaso, canal y fuente. Porque en nosotros coinciden también tres «personas» distintas: la que creemos ser, la que los demás ven y la que somos de veras. Aunque lo ideal sería que las tres coincidiesen, eso con frecuencia no se da. Por lo tanto, es mucho más importante esforzarnos en ser cada vez menos «vaso» y más «canal», hasta que, con la ayuda divina, lleguemos a ser, al menos para otros, «fuente».
No dejes, Señor, que me conforme con la plenitud del vaso ni con la plenitud del canal. Haz de mí hoy un manantial, por pequeño que sea, pero transmisor de vida.