Francisco: "Me compré una moto china, la uso todos los fines de semana y pensaba que me iba a dejar tirado, pero se está comportando como una campeona"
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El programa La Tarde con Pilar García Muñiz ha descubierto la historia de Francisco Pérez, un apasionado de las motos que, como cada año, se prepara para asistir a la última prueba del Mundial de MotoGP en el circuito Ricardo Tormo de Cheste. Su relato ofrece una perspectiva única no solo sobre la pasión motera, sino también sobre la fiabilidad de los vehículos asiáticos.
Para Francisco, el viaje a Cheste no es una simple excursión, sino una tradición sagrada. Desde Collado de Villalba (Madrid), este motorista ha peregrinado al circuito valenciano desde que empezaron los grandes premios allí. "Llevamos viajando juntos toda la vida", comenta sobre el grupo de amigos que le acompaña, con quienes compra las entradas "de un año para otro, porque no pensamos faltar".
Aunque este año, por motivos laborales, la escapada se ha reducido a la jornada del domingo, el plan está medido al milímetro. La salida está programada para las 4:30 de la mañana para llegar a tiempo a la carrera de Moto3, la categoría que más le entusiasma por su "igualdad" y "lucha". El ritual incluye una parada estratégica para almorzar antes de entrar al circuito, con los bocadillos preparados.
Francisco viaja a lomos de una CFMOTO 650, una moto china que adquirió hace aproximadamente un año. Su compra, como él mismo reconoce, estuvo rodeada de ciertas dudas. "La compré con un poco de tal", admite, y confiesa su temor inicial: "Digo, me va a dejar tirado, me va a dejar tirado". Este recelo es común entre muchos conductores, aunque cada vez más expertos dan claves que pueden hacer cambiar de opinión sobre comprar un vehículo chino frente a un europeo.
Sin embargo, la realidad ha superado todas sus expectativas. "Se está comportando como una campeona", afirma con rotundidad Francisco, cuya experiencia se suma a la de otros usuarios sorprendidos por el rendimiento de vehículos de origen asiático. A pesar de que la usa "todos los fines de semana", la moto ha demostrado ser completamente fiable: "Palabra de honor, no me ha hecho un mal gesto", asegura.
Más allá de la competición, Francisco destaca el ambiente 'genial' que se vive en las gradas de Cheste. Para él, una de las grandes virtudes del evento es la armonía entre los aficionados, algo que contrasta con sus experiencias en otros espectáculos deportivos. "No he visto un mal gesto nunca, y llevo años y años y años", subraya el motorista.
La pasión de Francisco es compartida por otros oyentes de 'La Tarde', que también han querido rememorar sus historias sobre dos ruedas. Desde la Derbi tricampeona de David, en Ciudad Real, hasta las motos de segunda mano que ponían en aprietos a otros en el pasado, queda claro que la moto, sea cual sea, es una fuente de experiencias inolvidables y, para muchos, un sacrificio que "lo vale".




