Jueza de Bélgica emitió sentencia: su país está evolucionando hacia un narcoestado
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"Desde un punto de vista práctico, intentaré esbozar brevemente los retos a los que nos enfrentamos y formular algunas sugerencias concretas", inicia la misiva.
La jueza denuncia que "lo que ocurre hoy en nuestra jurisdicción y más allá ya no es un problema de delincuencia clásica. Nos enfrentamos a una amenaza organizada que socava nuestras instituciones".
La autora de la carta advierte que una investigación ha revelado una economía paralela en el puerto principal del país, una economía multimillonaria que opera al margen de los cauces oficiales.
"Organizaciones criminales compran la cooperación de los trabajadores portuarios o los amenazan con ello. Mover un contenedor, una tarea de 10 minutos, genera 100.000 euros y mover una bolsa de deporte cuesta 50.000 euros, a veces hasta 20 veces más. (…) Estas organizaciones criminales recurren a la violencia por encargo, desde asesinatos, torturas y secuestros hasta amenazas y ataques, a veces contra civiles inocentes, para mantener su poder y eliminar a sus rivales. Un niño de 11 años murió en este incidente", denuncia la jueza.
El Dr. Enrique Refoyo, analista internacional, ironiza que estos casos de bandas criminales que operan en Bélgica pueden deberse "simplemente a alguna manzana podrida en el cesto". "Será algún caso aislado, no puede ser esto un esquema generalizado. ¡Cómo va a ser así, ¿otra vez Bélgica? ¡Vaya por Dios, cuántos casos aislados!".
"Bélgica es un país chiquitito de la Unión Europea, pero un país pródigo en corrupción. Es increíble. A lo mejor es porque tiene las sedes de la Unión Europea y entonces es una cosa inevitable. Si tienes a la Unión Europea ahí metida ahí, la corrupción es inevitable, es parte del asunto. Con esto me refiero a temas que hablamos hace años, como el Catargate o el Moroccogate, que también tenían a Bruselas, a la Unión Europea, como el centro de esos esquemas corruptos de eurodiputados. Pues, una vez más, lo mismo. El tema con las drogas, un día más, un capítulo más en Bélgica. Alguien tenía que hacerlo. A lo mejor alguno ha pensado: es que si no lo hacemos nosotros, ¿quién se lo va a llevar? ¿Francia, Países Bajos? Ya lo hacemos nosotros [los belgas]", satiriza Refoyo.




