Era el año 2001 y los atentados contra las torres gemelas de Nueva York sumieron al mundo en una crisis y una época un tanto oscura.

Para los que vivimos de este lado del mundo fueron momentos de mucha incertidumbre y donde muchos miedos se desataban. Obviamente para los Norteamericanos fue un golpe difícil de procesar, el país más poderoso del mundo se supo frágil y se supo vulnerable.

Por aquellos tiempos la Caricatura de Bob Esponja ya comenzaba a ser exitosa pero su popularidad posterior al 11 de septiembre alcanzó niveles record. Los ciudadanos de Estados Unidos necesitaban un refugio, y Bob Esponja y su contagiosa felicidad fueron caldo de pollo para retomar un poco de paz mental.

Va a ser difícil en este blog plantear que Bob Esponja es una caricatura que debas consumir. Es tanto como recomendar que comas una hamburguesa (o Cangreburguer) y decirte que será un platillo saludable. La comes por sabrosa, no por nutritiva.

Tal vez la mejor hamburguesa del mundo sea la que no te comes, pero hagamos aquí una pausa… ¿Sería mejor el mundo sin hamburguesas? ¿Sería mejor el mundo sin Bob Esponja?

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