Este documento profundiza en la virtud de la prudencia, desmitificando su percepción común como cobardía o indecisión. Basándose en la tradición católica, especialmente en Santo Tomás de Aquino y Josef Pieper, se define la prudencia como la "recta razón aplicada a la acción" (Summa Theologiae, II-II, q.47, a.2), que permite discernir el verdadero bien en cada circunstancia y elegir los medios adecuados para alcanzarlo. Es una virtud cardinal fundamental que guía y ordena a las demás virtudes morales. El estudio aborda su naturaleza activa, sus componentes integrales, su relevancia doctrinal y sus aplicaciones prácticas en la vida diaria, profesional y espiritual, destacando su papel en la formación de la conciencia moral y la santificación.