Loreto, dueña de una ferretería: "Cuando tú vienes con un problema, te tienen que atender personalmente, eso no lo encuentras en las grandes superficies"
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La hostelería y el comercio son dos de los grandes motores económicos de Madrid. Por ello, y para asegurar su futuro, el Ayuntamiento de Madrid ha presentado una estrategia con la que busca garantizar su supervivencia y el relevo generacional. Tal y como han comentado Gonzalo Zaballa y Sofía Carrillo en el programa 'La Linterna de Madrid', es una medida importante, ya que, aunque el comportamiento de los consumidores ha cambiado, el comercio de proximidad es el de toda la vida. Sin embargo, en el último año han cerrado más de 7.000 establecimientos en la comunidad.
Algunos bajan la persiana, otros se modernizan y algunos, como la ferretería Irisarri, hacen equilibrios entre lo tradicional y lo moderno. Loreto, hija del fundador y actual gerente, ha explicado en COPE que la clave del negocio reside en el trato cercano. "Cuando tú vienes con un problema, te tienen que atender personalmente, eso no lo encuentras en las grandes superficies", ha señalado.
Esta es la principal diferencia y el valor añadido que ofrecen frente al modelo de las grandes superficies. Loreto pone un ejemplo práctico: "cuando tienes que instalar una manivela, te tienen que decir exactamente, tiene que venir con una medida, el grosor, el tamaño". Para ello, es imprescindible "alguien especializado que te pueda orientar", algo que no siempre se encuentra en los grandes almacenes.
Esta ferretería del barrio de Carabanchel lleva 60 años funcionando como lo ha hecho toda la vida, pero ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos incorporando página web y redes sociales. A pesar de esta modernización, su esencia no ha cambiado y sigue ofreciendo un catálogo con más de 30.000 productos diferentes, donde cada uno tiene su función específica y requiere un conocimiento experto.
Aunque lo lógico es pensar que los clientes buscan herramientas para solucionar averías, en este tipo de comercios también se venden auténticas joyas. Un ejemplo son los picaportes artesanales, piezas únicas que demuestran que el valor de un producto no siempre está reñido con el precio de los artículos, sino con su calidad y la historia que hay detrás.




