Llegaba el Real Madrid a Grecia con la necesidad de ganar para espantar a los fantasmas de las últimas semanas tras la derrota en Liverpool y los empates ante Rayo y Elche, pero las bajas no iban a ponerle nada fácil a Xabi Alonso formar un once titular.

Sin Courtois y con un solo central sano, Alonso dio entrada por primera vez en la temporada a Ferland Mendy en el lateral izquierdo, mientras que Carreras fue quien acompañó a Asencio en el centro de la zaga. La portería, para Lunin; el centro del campo, para Tchouaméni, Camavinga, Valverde y Guler; y arriba, Vinicius y Mbappé.

Pues no pudo empezar peor el partido para los madridistas. Antes de cumplirse los primeros diez minutos se iba a adelantar el Olympiacos con un gran disparo de Chiquinho desde la frontal al que no pudo llegar Lunin.

Los fantasmas volvían a aparecer, pero esta vez sí que apareció la calidad individual de las estrellas del Madrid, muy superiores a la defensa griega. Mbappé arregló el entuerto con un hat trick en siete minutos antes de la media hora de partido.

Marcó el primer gol tras un gran asistencia de Vinicius con el exterior; el segundo dos minutos más tarde, de cabeza, después de un buen centro de Guler desde la derecha; y el tercero tras un perfecto pase de Camavinga que le permitió romper al espacio y resolver solo ante el portero.

La ventaja pudo ser aún más después de que Vinicius marcara el cuarto, pero el VAR lo anuló por fuera de juego.

El cambio en el marcador calmó las aguas y el Madrid empezó a jugar con más tranquilidad, pero al inicio de la segunda parte otra desconexión defensiva del Madrid permitió a Taremi rematar de cabeza completamente solo dentro del área para volver a meter a Olympiacos en el partido.

Pero poco duró la presión, pues Mbappé marcó su cuarto gol de la noche tan solo ocho minutos después tras una gran acción individual de Vinicius. El brasileño se quitó a su par de encima con un rapidísimo regate y dejó el gol en bandeja al francés, que solo la tuvo que empujar.

El partido parecía volver a estar dominado por el Real Madrid, pero Olympiacos iba a volver a meterse de lleno en él en la recta final. El Kaabi marcó de cabeza en el 81 y el equipo griego se volcó en busca del empate a la heroica.

Para entonces el Madrid ya era un caos. El equipo de Mendilibar empujó y se asomó varias veces por el área de Lunin, aunque no consiguió inquietar con claridad al ucraniano.

El Madrid se reencuentra así con la victoria y sigue sumando mejores resultados que juego, lo que le permite afianzarse entre los ocho primeros clasificados que tendrían billete directo a octavos de final.