Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros ofensores. Mateo 6:12 NTV

¿Qué es la ofensa?

Agravio, afrenta, denuesto, denostación, injuria, escarnio, insulto, menosprecio, oprobio, ultraje, vituperio, burla, ignominia.

Seremos ofendidos por alguien en cualquier momento o todo el tiempo de nuestra vida en esta tierra, No existe última vez en la que serás ofendido. Lo malo de toda la experiencia de la ofensa es quedarte ofendido. Hablare más de eso en unos momentos.

Permanecer ofendido puede resultar ser como el oxido que corroe el metal, como la polilla que devora a la madera o como el salitre que afecta el concreto.  Si miramos un poco el ministerio y la vida de Jesús podremos notar que él fue ofendido todo el tiempo, hasta el mismo punto de estar en la cruz y ser ofendido por uno de los malhechores y por cada soldado que estaba cerca de él.

Muchos de nosotros hay veces que podríamos ofender a alguien diciendo algo bueno o algo malo. Lo ideal es darle un consejo al que te pida.

“El remedio para la ofensa es el perdón”

La ofensa puede convertirse en una prisión personal. Pero es una prisión destructiva que autodestruye.

Entonces Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: —Señor, si un miembro de la iglesia me hace algo malo, ¿cuántas veces debo perdonarlo? ¿Sólo siete veces? Jesús le contestó: —No basta con perdonar al hermano sólo siete veces. Hay que perdonarlo una y otra vez; es decir, siempre. Mateo 18:21-22

Algunas rutas que toma un ofendido. Resentimiento, venganza o huir con su ofensa.

La ofensa es un obstáculo para presentar adoración a Dios.

Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,  deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Mateo 5:23-24