Dios no nos pide todo, solamente lo primero. El principio de la primicia nos enseña que lo primero siempre es de Dios, y lo segundo es de nosotros, cuando lo primero es de Dios, lo segundo es bendición. Si aprendemos a vivir conforme este principio en todas las áreas de nuestra vida, veremos al Dios de la Biblia obrar en nuestra vida, bendiciéndonos y respaldándonos para que seamos su especial tesoro entre los pueblos de la tierra.
Predicado en Fuente de Vida Tekit el 29 de Noviembre de 2015