Creciendo en Michigan, Vanessa Chavarriaga Posada no creía que el esquí era cosa de ella, y no fue hasta que se mudo a Wyoming que descubrió la alegría que le podía traer. El año pasado, decidió esquiar el pico más alto de México, el Pico de Orizaba, con una meta significativa: incluir a sus papás, que nunca habían entendido completamente las actividades que hacía su hija, en el paseo. Durante este viaje, Vanessa reflexiona sobre qué significa pertenecer, crear acceso, y descubrir alegría. 

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