SECCIÓN ECONOMÍA: La vivienda se encarece en España y retrasa la emancipación juvenil hasta los 30 años.
Update: 2025-09-30
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El acceso a la vivienda se ha convertido en el principal problema para los gallegos, según la última encuesta de Sondaxe publicada en La Voz de Galicia. La falta de soluciones asequibles frena la emancipación juvenil y ensancha la brecha generacional, un fenómeno que hoy analizamos en la sección de Economía con Miguel García Corral.
Los datos reflejan un panorama preocupante: en solo dos años, los precios de compra y alquiler en muchas ciudades y zonas turísticas de España han subido cerca del 50%, un ritmo muy superior al de la media europea, que registra incrementos similares en ocho años. Esta situación ha empujado la edad media de emancipación de los jóvenes españoles a los 30 años, casi cuatro años más tarde que en Europa. “No es una elección, es una imposición del mercado”, señaló García Corral.
Uno de los principales contrastes con nuestros vecinos europeos radica en la vivienda social. Mientras que en Austria casi una de cada cuatro viviendas es de protección pública y en Holanda tres de cada diez, España apenas supera el 3%. Esto significa que la mayoría de los españoles carece de una red de seguridad frente a los altos precios del mercado.
El problema principal, según los expertos, es la falta de oferta. La combinación de alta demanda, presión turística y especulación, junto con la burocracia que ralentiza los proyectos de construcción, limita la disponibilidad de viviendas. España cuenta con casi 4 millones de viviendas vacías, muchas en zonas despobladas o en edificios antiguos, que no se incorporan al mercado.
Respecto a posibles soluciones, García Corral advierte que controlar los precios del alquiler tiene efectos limitados. La medida puede llevar a que los propietarios retiren viviendas del mercado, reduciendo aún más la oferta. La vía más eficaz es aumentar la disponibilidad de viviendas, tanto nuevas como existentes, especialmente asequibles y de alquiler público. España necesitaría entre 800.000 y un millón de viviendas públicas para acercarse a los estándares europeos.
A corto plazo, la movilización de viviendas vacías podría aliviar la presión del mercado mediante incentivos fiscales o penalizaciones a quienes las mantengan desocupadas. A largo plazo, es imprescindible agilizar la construcción y aumentar el parque de vivienda pública.
Aunque los motivos para el optimismo son limitados, García Corral subraya que el problema de la vivienda ha entrado en el centro del debate político y público en España. Un gran Pacto de Estado por la Vivienda podría ser clave para garantizar un acceso seguro y asequible a la vivienda, un elemento fundamental para la estabilidad personal y social.
Los datos reflejan un panorama preocupante: en solo dos años, los precios de compra y alquiler en muchas ciudades y zonas turísticas de España han subido cerca del 50%, un ritmo muy superior al de la media europea, que registra incrementos similares en ocho años. Esta situación ha empujado la edad media de emancipación de los jóvenes españoles a los 30 años, casi cuatro años más tarde que en Europa. “No es una elección, es una imposición del mercado”, señaló García Corral.
Uno de los principales contrastes con nuestros vecinos europeos radica en la vivienda social. Mientras que en Austria casi una de cada cuatro viviendas es de protección pública y en Holanda tres de cada diez, España apenas supera el 3%. Esto significa que la mayoría de los españoles carece de una red de seguridad frente a los altos precios del mercado.
El problema principal, según los expertos, es la falta de oferta. La combinación de alta demanda, presión turística y especulación, junto con la burocracia que ralentiza los proyectos de construcción, limita la disponibilidad de viviendas. España cuenta con casi 4 millones de viviendas vacías, muchas en zonas despobladas o en edificios antiguos, que no se incorporan al mercado.
Respecto a posibles soluciones, García Corral advierte que controlar los precios del alquiler tiene efectos limitados. La medida puede llevar a que los propietarios retiren viviendas del mercado, reduciendo aún más la oferta. La vía más eficaz es aumentar la disponibilidad de viviendas, tanto nuevas como existentes, especialmente asequibles y de alquiler público. España necesitaría entre 800.000 y un millón de viviendas públicas para acercarse a los estándares europeos.
A corto plazo, la movilización de viviendas vacías podría aliviar la presión del mercado mediante incentivos fiscales o penalizaciones a quienes las mantengan desocupadas. A largo plazo, es imprescindible agilizar la construcción y aumentar el parque de vivienda pública.
Aunque los motivos para el optimismo son limitados, García Corral subraya que el problema de la vivienda ha entrado en el centro del debate político y público en España. Un gran Pacto de Estado por la Vivienda podría ser clave para garantizar un acceso seguro y asequible a la vivienda, un elemento fundamental para la estabilidad personal y social.
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