A Yey la conocí en el ISA (instituto Superior de Arte) donde estudiábamos, ella musicología y yo mi carrera de actuación. Desde el día que la conocí su inteligencia me cautivó. Cada encuentro era deslumbrante. Escucharla hablar, sentir en su energía y  disfrutar sus palabras apasionadas, que no dejaban espacio para nada más, que viajar junto a ella en su universo. 

Su capacidad para buscar el origen, la génesis de las cosas, me hacía admirarla. Nuestros caminos se separaron y hoy volvemos a unirnos en este nuevo capítulo de nuestras vidas. Ahora, más adultas, en otro país y enlazadas por el dolor de una amiga en común. Yey le estaba dando terapia de  acompañamiento, porque estaba atravesando por un duelo.

Descubrí, una vez más, su mente brillante, su fortaleza, pero esta vez, había un plus. Había volcado su sed de búsqueda y descubrimiento hacia dentro.  Hacia ella misma y hacia la esencia del ser humano. Algo que a mí me resulta fascinante. 

En este episodio, nos ponemos al día, hablamos de su increíble y transformador viaje de vida. Me deja ver un ser humano que abraza su sombra y se crece ante un NO, tomándolo como una oportunidad de abrirse a descubrir otras oportunidades. Platicamos, de la herencia que le dejan sus abuelos y abuelas. Una herencia artística, de medicina y también de espiritualidad. 

Hoy es una Coach de acompañamiento que ayuda a muchos colegas y otras personas a transitar por esas circunstancias que nos ponen a prueba y que nos desafían, invitándonos a abrazarlas para crecer. 

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