¿Dónde están las Kardashian?

El clan Kardashian-Jenner fue una de las grandes figuras de la cultura popular en la década de 2010. El público se obsesionó con sus vidas y, por primera vez, podíamos realmente ver el día a día de unas celebridades de primer nivel: maridos con 20 Grammys, apariciones en la Met Gala y más. Además, las dos hermanas más jóvenes, Kylie y Kendall, nos permitieron conocer su vida a través de Instagram, mostrándonos cómo era crecer en esta familia mediática.

Pero la pregunta es: ¿dónde está ahora el clan Kardashian?

Ya no escuchamos tanto de ellas como antes, a pesar de que su serie sigue existiendo y siguen activas en redes sociales. Sin embargo, algo ha cambiado: su estilo de vida ya no es tendencia. Las Kardashian se hicieron famosas por mostrarnos un lujo extravagante que nunca habíamos visto antes, pero hoy en día parece que lo hemos visto todo. Un episodio donde Kim personaliza su avión privado de color beige ya no resulta tan interesante para muchos, ni los memes de Kim perdiendo su pendiente de diamantes en el océano.

Ahora, el público busca algo más auténtico, personas que muestran su vida de forma más cercana, como influencers tipo Emma Chamberlain, quien, aunque es infinitamente rica, presenta un día a día que parece más real y relatable. Incluso alguien tan famoso como Taylor Swift, a pesar de su éxito y fortuna, consigue conectar de manera más cercana con la población gracias a su actitud y su forma de ser.

Este es uno de los problemas actuales de la serie de las Kardashian. En las últimas temporadas, uno de los temas más relevantes ha sido el divorcio de Kim y Kanye. Aunque es comprensible que quisiera mantenerlo en privado, las pocas veces que Kim ha hablado de esto en la serie han resultado ser los momentos más interesantes, porque muestran un lado humano que conecta con el público. No se trata de que las Kardashian deban ventilar todos sus problemas para ser interesantes, pero mantener una conexión auténtica con la audiencia después de tantas temporadas requiere algo de vulnerabilidad.

Por otro lado, parece que ellas mismas han perdido interés en grabar la serie. Sabemos que Kourtney lleva años mostrando reservas sobre el programa y, aunque ha recibido críticas de sus hermanas por ello, lo curioso es que las demás tampoco parecen estar aportando contenido de mucha calidad. Al ver la serie, da la impresión de que su día a día está más centrado en sus negocios que en su vida familiar.

Cada una de ellas tiene una empresa exitosa:

• Kim tiene Skims.


• Kylie lanzó Kylie Cosmetics, con productos que se agotaban en cuestión de minutos durante sus primeros años en el mercado.


• Kendall gestiona 818 Tequila.


• Khloé lidera Good American.


• Kourtney tiene Lemme y Poosh.

Estas empresas les generan enormes beneficios, probablemente más que la propia serie, lo que las ha convertido en empresarias antes que en estrellas de reality. Aunque el público ya no las sigue como antes, siempre estarán en el ojo público como la familia más famosa de Estados Unidos.

También es importante recordar el impacto cultural que han tenido. Por ejemplo, en 2015, Kim Kardashian publicó su libro de selfies titulado Selfish, que recopilaba algunas de las fotografías más icónicas de su Instagram. Aunque fue polémico, demostró la influencia que tenía como pionera en el uso de las redes sociales para construir su imagen.

Sin embargo, el formato de reality show se enfrenta a un desafío importante: hoy en día, si alguien quiere seguir la vida de sus celebridades favoritas, puede hacerlo directamente en redes sociales, sin necesidad de esperar meses para ver un episodio. Esto ha hecho que competir en este formato sea mucho más difícil.