Artesanos de paz en tiempos de conflicto
Description
El
reciente viaje del Papa León XIV a Turquía y Líbano, que concluía
el martes, su primera visita apostólica fuera de Italia, no ha sido
una visita más en la agenda diplomática. Podemos afirmar que ha
sido una peregrinación profética en dos escenarios que concentraban
historia, heridas y esperanza. Turquía, cuna de los primeros
concilios, y Líbano, tierra de convivencia frágil, han recibido al
Pontífice como peregrino de la paz, un título que no es retórico,
sino profundamente evangélico.
En
un mundo que se fragmenta, el Papa nos ha recordado que la división
entre cristianos es un escándalo que hiere la credibilidad del
Evangelio. Por eso nos recordaba que la unidad no es un sueño, sino
una tarea que exige valentía y humildad.
Esta
visita apostólica es una llamada de atención para dejar claro que
la paz es posible cuando se construye sobre la verdad, la justicia y
la fraternidad.
Todo
ello tiene mucho que ver con su intención de oración para este
recién inaugurado mes de diciembre en el que nos pide rezar para que
los cristianos que viven en contextos de guerra o conflicto,
especialmente en Oriente Medio, sean semillas de paz, reconciliación
y esperanza. El Papa en su viaje no solo ha hablado de paz sino que
ha mostrado que la misión de los cristianos en estas tierras es ser
signos vivos del Evangelio, testigos que no se rinden ante el odio ni
la desesperanza; ser artesanos de paz, sembradores de unidad y
defensores de la dignidad humana. Porque la paz, como la fe, se
construye día a día, con pequeños gestos. Como nos dijo en su
primer saludo, nada más ser elegido Papa, la paz que proviene de
Cristo resucitado, una paz desarmada y desarmante, humilde y
perseverante que proviene de Dios que nos ama a todos
incondicionalmente.




