Las lluvias del 18 de noviembre del año pasado constituyeron la cifra récord de precipitación en el país con acumulados de de 431 milímetros. Esas precipitaciones  superaron el record establecidos por el huracán George del 22 de septiembre del 1998 cuando cayeron 409 milímetros en 24 horas. George dejó un saldo de 283 muertos y 263 mil damnificados.

El balance de las lluvias de ayer es de hasta 217 milímetros en cuatro horas y el punto de mayor intensidad  fue la zona colonial.

La tormenta Beryl del 2018 acumuló hasta 283 milímetros y el cuarto lugar en lluvias acumuladas fue noviembre del 2022 cuando se acumularon 266 milímetros.

El registro de ayer es 50 milímetros menos que noviembre del 22 cuando todos y todas nos sorprendimos por el fenómeno fuera de la temporada ciclónica.

Es evidente que autoridades y ciudadanía tienen que prepararse para estos nuevos fenómenos a los que no se puede dar la trazabilidad de un ciclón tropical que normalmente se hace desde que se forman en el atlántico africano.

Tradicionalmente tormentas y ciclones se forman cerca de las islas de Cabo Verde y de allí ingresan al Caribe sea por el norte o por el sur.

A partir de las tormentas Olga y Noel que se formaron fuera de la estación ciclónica y frente a las costas de Santo Domingo se puede observar un cambio en el régimen de lluvias y una extraña concentración en la capital dominicana.

Y la concentración en Santo Domingo es relevante porque George acumuló lluvias en todo el territorio nacional pero noviembre del año pasado y del 22 lo hicieron en la capital y ayer pasó lo mismo.

Ese no es un tema de especulación sino de estudio.

Para quienes preguntan porqué ahora se inunda la Zona Colonial los números lo explican todo. Ayer la zona colonial concentró en 4 horas la mitad de lo que George acumuló en el país en 24.

Si yo fuera el gobierno que está gastando una fortuna en una campaña para promover el orgullo doméstico, lo hiciera en enseñar a la población a entender este nuevo fenómeno que seguro no parará.