Hoy estaremos leyendo Isaías 63-64, 1 Timoteo 5 y Proverbios 3:21-30. En Isaías 63, el profeta recuerda la fidelidad de Dios al rescatar a su pueblo, pero también expresa dolor por la rebelión que entristeció al Espíritu Santo. Luego, en Isaías 64, hay una oración profunda de arrepentimiento: el pueblo reconoce que sus pecados los alejaron de Dios, pero también que Él es su Padre y Creador. Esta imagen del alfarero y el barro nos enseña que, aunque fallamos, Dios puede moldearnos nuevamente si nos rendimos en sus manos. Reflexiona: ¿Estás permitiendo que Dios te moldee, o estás resistiendo su proceso en tu vida? ¿Reconoces que la restauración comienza con la humildad y el arrepentimiento?

En 1 Timoteo 5, Pablo enseña sobre el respeto y el cuidado dentro de la comunidad cristiana. Exhorta a honrar a las viudas verdaderas, a los ancianos que dirigen bien y a mantener pureza en las relaciones. También recuerda que el pecado y la integridad de las personas siempre saldrán a la luz. El liderazgo y el servicio deben reflejar honor, pureza y amor genuino. Reflexiona: ¿Estás honrando y cuidando a las personas que Dios ha puesto en tu comunidad? ¿Tu vida refleja respeto, pureza y un corazón que sirve con integridad?

En Proverbios 3:21-30, se nos llama a no perder de vista la sabiduría ni la discreción, porque ellas dan vida, seguridad y confianza. También se nos enseña a no negar el bien a quien lo merece y a no planear el mal contra nuestros vecinos. La sabiduría práctica se manifiesta en hacer el bien, vivir con justicia y mantener la paz con los demás.