El oficio del traductor es el primero en sufrir la llegada de la IA con el cese de una trabajadora
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La llegada de la inteligencia artificial ha transformado nuestras vidas. Pero está claro que los desarrollos tecnológicos también traen preocupaciones e incertidumbres. Una de estas preocupaciones es la pérdida de diversos puestos de trabajo. Es el 88% de las empresas a nivel mundial las que ya hacen uso de la IA para al menos una de sus funciones. Según un estudio que ha hecho la propia empresa de Microsoft y la Universidad de Cornell, prevén que sea el oficio del traductor e intérprete el primero que se reemplace por la IA. En cambio, por su parte, los que más 'a salvo' están son los trabajos sanitarios, ya que tienen poca cobertura de reemplazo.
Relacionando este asunto con las supuestas pérdidas económicas que puede haber en algunos sectores, una compañía ha cesado a una de sus traductoras que llevaba más de 15 años en plantilla, una sentencia pionera que, finalmente, se ha avalado por el Tribunal Superior de Justicia. El motivo del despido fueron las pérdidas económicas que estaba sufriendo la empresa. Todo ello lo han analizado en el programa Julia en la onda presentado por Julia Otero, donde han comentado el despido de esta traductora. La empresa reconoció que la IA disminuía su carga de trabajo y que, además, estaban en números rojos. En definitiva, la empresa no se sostenía económicamente por mantener a esta trabajadora en plantilla y, con las pruebas aportadas y los balances que ha presentado la empresa, los magistrados del TSJ han dado por válido que la IA haya impactado en el negocio y, por lo tanto, aprueban el cese de la traductora.
Asociaciones de traductores denuncian la situación
En el programa de Julia Otero han comentado el caso de esta trabajadora. Han indicado que hay textos que a simple vista se ven y parecen correctos pero, según Rosa Llopis, la presidenta de la Asociación española de Traductores, Correctores e Intérpretes, estos textos dan una idea equivocada de lo que es la traducción ya que, entre otros, empobrecen el lenguaje. Llopis afirma que la IA no entiende de emociones, ni los chistes, tampoco de ironías, por lo que, muchas veces, es necesario un profesional de la interpretación para adaptar textos a, por ejemplo, obras audiovisuales.
Los tertulianos han afirmado que es importante recordar que el ahorro que supone la supresión del oficio del traductor solo supone un 1% para una empresa. Con todo esto, cabe añadir que el resultado de usar la IA para traducir algunos textos es incluso regular, antiecológico -porque gasta energía y agua- y, además, desleal. Esto último debido a que la IA utiliza fotos, música o vídeos sin pedir permiso a sus creadores y, obviamente, sin darles ningún tipo de remuneración, violando las leyes de propiedad intelectual y los derechos de autoría y de protección de datos.
La presidenta de la Asociación española de Traductores, Correctores e Intérpretes ha afirmado también que los directores, guionistas y los creativos audiovisuales en general ponen su "empeño, cariño y dedicación en llevar a cabo una obra audiovisual para que luego, lo acabe traduciendo una máquina".




