Ahora es el momento de romper por fin nuestros grilletes interiores, pero a veces no es tan fácil llegar al fondo de nuestros obstructores y saboteadores internos. Al fin y al cabo, normalmente hemos sido dirigidos, presionados y educados de esta manera desde nuestro nacimiento y a lo largo de toda nuestra línea ancestral. Durante mucho tiempo hemos sentido resistencia interior a algunas de estas huellas, pero nos sentimos impotentes a la hora de cambiarlas, reescribirlas o dejarlas ir. Esta impotencia crea bloqueos energéticos y bloqueos internos a través de la ira reprimida. Veo este tema de la ira una y otra vez en los análisis de muchas personas, porque la ira reprimida y contenida es el tema del hígado. Muchas personas se sorprenden porque tienen valores hepáticos bajos a pesar de que no beben alcohol y llevan una dieta sana. Por eso me gustaría explicar el hígado desde una perspectiva espiritual.

Quizás esto ayude a algunas personas a reconocer las causas de esto, y también se mostrará la causa de los bloqueos de desintoxicación.

El significado espiritual del hígado

La tarea del hígado es eliminar de la sangre ciertas sustancias que no son necesarias en ella.
Por otra parte, la sangre simboliza las emociones (y también la energía que nos llega de nuestras emociones).
Por eso el hígado se sobrecarga cuando tenemos demasiadas emociones negativas en la sangre. Porque estas emociones negativas retienen en la sangre las sustancias de las que el hígado quiere deshacerse. Entonces somos incapaces de determinar libremente nuestras emociones, sino que por el contrario estamos pegados a nuestras emociones.
Por lo tanto, cuando se trata de todo lo que concierne al hígado, la primera pregunta es siempre sobre la ira, la emoción que uno lleva dentro.
¿Existe una ira, por ejemplo de la infancia, que aún no se ha resuelto, que está tan arraigada que ya ni siquiera la siente conscientemente?
Ese almacenamiento de ira puede corroer literalmente el hígado, lo que resulta especialmente evidente en los alcohólicos.

Pero otras emociones negativas también envenenan el hígado:

El odio, la pena, los celos, la envidia y, como ya se ha mencionado, la ira o la agresividad. Estas emociones atraen todo tipo de basura a la sangre, que el hígado tiene que eliminar.
En este proceso se consume mucha energía, y si se necesita demasiada energía para ello, se produce una falta de energía en el hígado y, si esto continúa durante muchos años, se producen daños en el hígado. El daño hepático es el resultado de una falta de energía o emociones de alta calidad (organizadas).
¿Cómo puedes reconocer si tienes odio, pena, celos, envidia, resentimiento o ira almacenados en el hígado?

He aquí una lista de comportamientos típicos:

- Adicción a la crítica (de los demás o de uno mismo)
- Tendencia a juzgar excesivamente a los demás o a uno mismo
- uno se queja a menudo
- uno se resiste a otras personas / cosas / situaciones (en lugar de dejarse llevar por la corriente de la vida)
- a menudo estás en lucha contra la vida y lo que te ofrece
- estás insatisfecho
- se siente frustrado
- le cuesta aceptar las cosas (o las personas) tal como son
- no hay alegría en la vida (por ejemplo, porque la envidia se come la alegría y esto lleva a la tristeza e incluso a la depresión)

La solución es encontrar, apaciguar y disolver todas las emociones negativas (odio, pena, celos, envidia, resentimiento, ira) que se han acumulado, liberando así su hígado. La mejor manera de empezar es volver a su infancia y ver qué emociones negativas y recuerdos sigue albergando de aquella época.

Estaré encantada de ayudarte y resolverlos para poder avanzar hacia el Nuevo Mundo con facilidad y alegría.