LOS NOMBRES DE LAS COSAS.
Es un poema que canta lo contrario a la clasificación, estudio metódico etc. Todo eso es lo que nos han enseñado para avanzar. También para crear una empresa. Todo debe ser racional, medido, calibrado para evitar sobresaltos. Pero eso ENTIERRA la intuición, la pasión, .a idea genial. Yo he visto negocios fracasados, después de pasar todos los controles “ortodoxos” académicos. Y triunfos a una idea loca y genial que impulsaba a su creador.
Todo tiene su lugar, pero no hay que obsesionarse con los PROCOLOS, REGLAS, NORMAS, que actúan como un corsé que nos ahoga.
Desgraciadamente el protocolo, que no deja de ser un método de trabajo, se convierte en el Alma Mater del sistema. Si no está en el protocolo es malo. Los médicos siguen un protocolo. Son datos, y más datos, pero su “intuición médica” se deja a un lado. La “intuición” para aparcar el coche, se deja ahora en manos del ordenador del coche para que haga la tarea. Y ya sabemos que algo que no se usa, acaba por desaparecer. La tan de moda Inteligencia Artificial, no deja de ser un conjunto masivo de protocolos para solucionar algo. Pero el golpe de “eureka” no lo va a dar el Ordenador, todavía es algo humano.
Todos los inventos, teorías geniales etc. No han surgido del estudio metódico, sino de un golpe de intuición, de un sueño, de una analogía, de una visión.
Luego viene la parte racional, para poner aquello etéreo y genial en números, financiación, etc.