Nº 153-VIAJEROS ROMÁNTICOS - “RONDA EN LA RUTA ROMÁNTICA DEL BAJO GENAL” - Anatole Demidoff (y X)
Update: 2025-04-27
Description
Curiosamente Demidoff nos habló en el anterior episodio de un periodo de desforestación por el que atravesaba Ronda en aquellos tiempos. Y sobre esto continúa diciéndonos, que Hacia el final del siglo pasado, todavía había buenas cosechas de granos en el distrito de Ronda; pero, a partir de entonces la tierra se empobrecía cada año por falta de la fertilidad necesaria. Las vides eran todavía numerosas y fértiles. Los olivos se han mantenido hermosos y sus productos son particularmente ricos. Los huertos frutales, que se consideraban los más productivos en España, cubrían un área de casi una legua del curso del río. Además, frutas, flores y legumbres han conservado su reputación; su abundancia en algunos años es una reminiscencia de tiempos más felices. La miel y la cera fueron una vez la fortuna de la región. Los moros compusieron el tributo que después pagaron a la España católica.
La mineralogía ofrece una riqueza menos problemática. ¿Quién sabe que este territorio del sur contiene casi todos los metales útiles o valiosos? Un producto muy apreciable son los mármoles raros y magníficos de los que España ha sido tan espléndidamente dotada para el adorno de sus templos. Los jaspes negros y de colores, cuyo efecto y belleza hemos admirado en más de una iglesia en Granada, se encuentran en una de las montañas que cruzamos en el camino de Málaga a Ronda.
Ronda, como le sucede a todos los hombres felices de este mundo, ha tenido sus epígrafes en el momento de su muerte. En algunos dichos proverbiales encontramos la malicia de los vecinos envidiosos: “Ronda, la que las bolsas monda”; “A hombre de Ronda nunca lo creas”; “Año de Ronda malo para la redonda”; “De Ronda, ni buen viento, ni buen
casamiento, ni buena hoz de podar, ni buen buey de arar”.
Finalmente, en el momento en que se disponía a partir, le llega una carta de Francisco Macías, ese prisionero tan cargado de acusaciones, a quien visitó en su casa, del que nos cuenta sus crímenes.
La mineralogía ofrece una riqueza menos problemática. ¿Quién sabe que este territorio del sur contiene casi todos los metales útiles o valiosos? Un producto muy apreciable son los mármoles raros y magníficos de los que España ha sido tan espléndidamente dotada para el adorno de sus templos. Los jaspes negros y de colores, cuyo efecto y belleza hemos admirado en más de una iglesia en Granada, se encuentran en una de las montañas que cruzamos en el camino de Málaga a Ronda.
Ronda, como le sucede a todos los hombres felices de este mundo, ha tenido sus epígrafes en el momento de su muerte. En algunos dichos proverbiales encontramos la malicia de los vecinos envidiosos: “Ronda, la que las bolsas monda”; “A hombre de Ronda nunca lo creas”; “Año de Ronda malo para la redonda”; “De Ronda, ni buen viento, ni buen
casamiento, ni buena hoz de podar, ni buen buey de arar”.
Finalmente, en el momento en que se disponía a partir, le llega una carta de Francisco Macías, ese prisionero tan cargado de acusaciones, a quien visitó en su casa, del que nos cuenta sus crímenes.
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