"En lo profundo de mi ser, elevo mis plegarias hacia lo divino. Dirijo mis pensamientos al cielo y le pido a Dios dos cosas con todo mi corazón. Imploro que abra mis caminos, que allane los obstáculos que se interponen en mi camino hacia el éxito y la felicidad. Que cada paso que dé esté lleno de oportunidades y bendiciones, guiado por su amorosa mano.

Pero también le ruego a Dios por algo igualmente invaluable: la salud para disfrutar plenamente esos caminos abiertos. Que me otorgue un cuerpo vigoroso y una mente clara, libres de dolencias y aflicciones. Deseo sentir la vitalidad en cada latido de mi corazón y experimentar la alegría de vivir en cada respiración que tomo.

Con humildad y gratitud, presento estas peticiones a la divinidad. Reconozco que solo a través de la voluntad de Dios se cumplirán mis deseos. Pido fortaleza y sabiduría para aceptar lo que sea mejor para mí, sabiendo que sus designios son perfectos. Que sus bendiciones me envuelvan y que mis caminos estén llenos de dicha y salud para honrar y celebrar su grandeza eterna."