Cada vez más artistas están cambiando su enfoque, priorizando la creación de un legado en lugar de centrarse únicamente en la venta de sus obras. Mientras que antes el éxito se medía por la cantidad de ventas, hoy muchos artistas buscan trascender, creando obras que dejen una huella duradera en la historia y en la cultura. Este enfoque implica conectar de manera más profunda con el propósito creativo, pensar en el impacto cultural de las piezas y cómo serán recordadas a largo plazo.

Dejar un legado significa reflexionar sobre cómo las obras influirán en el futuro, contribuyendo a conversaciones culturales importantes, desde la justicia social hasta la identidad y el medio ambiente. Esto permite a los artistas liberarse de la presión de vender a corto plazo y enfocarse en crear un cuerpo de trabajo significativo, alineado con sus valores. En última instancia, los artistas que buscan dejar un legado entienden que el verdadero éxito va más allá de las ventas y reside en el impacto que su obra tendrá en las generaciones futuras.

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