Evangelio Eterno®767

En Juan, capítulo 14, verso 2, Jesús declara: En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho. Con esta afirmación, Jesús describe a sus discípulos que el cielo, la morada eterna junto a Dios, no es un lugar limitado ni restringido en el que solo hay espacio para unos pocos. Más bien, es un sitio expansivo y acogedor, preparado para albergar a un número incalculable de personas. La palabra moradas, del griego monē (μονή), significa: Un lugar para vivir, residencia, habitación, mansión, y sugiere una zona permanente y habitable. La amplitud y el significado de “moradas,” enfatiza la grandeza de un hogar personalizado y eterno, cuya magnificencia es asignada a cada hijo del reino en forma de retribución. Esta elección de palabra enfatiza que el cielo no es simplemente un destino espiritual abstracto, sino un lugar real y duradero, en donde todo aquel que alcanza la transformación final tendrá el brillo y esplendor de su espacio propio. El mensaje que Jesús trasmite resalta la idea de que en el cielo hay suficiente espacio para todos. Con su afirmación, Jesús evidencia la atención personalizada de Dios hacia cada uno de sus hijos, asegurando así, que ninguno de ellos se sienta perdido y sin identidad propia en la inmensidad del reino celestial. Esta es la herencia que experimenta el creyente, cuando su cuerpo terrenal y material, es cambiado por un cuerpo de gloria, que será su nueva morada o castillo eterno y celestial. En esta nueva realidad, cada uno es levantado a la posición que habrá de conformar su nuevo entorno en el gobierno de Dios.

Pablo explica a la iglesia, que todos sin excepción, seremos desnudados y vestidos en la transformación final, conocida también como resurrección.   Pero ¿Cómo sucederá esto? En la primera carta a los Corintios, capítulo 15, versos 42 al 49, el apóstol afirma que, así como hemos participado de carne y sangre heredando la imagen del hombre terrenal. De la misma manera, el creyente habrá de recibir un cuerpo de gloria con la habilidad y el poder manifestado después de la resurrección por Jesucristo (Mateo 17:2; 1 Corintios 12:27; 15:47).   Para explicar esto, el apóstol Pablo habla de dos cuerpos, uno terrenal y otro celestial. Diferenciando el cuerpo terrenal del cuerpo celestial, afirma que el segundo hombre es del cielo y representa en semejanza al cuerpo del Señor mismo. Así que, como hemos sido vestidos con el traje carnal conformado a la imagen del hombre terrenal, traeremos también el cuerpo de gloria formado a la imagen del hombre celestial (1 Corintios 15:49).   El verbo traer utilizado en este texto, proviene del griego phoreō (φορέω), que significa vestir, y se refiere al contraste entre la composición del cuerpo humano, y el cuerpo con el que será vestido quien es trasladado al reino eterno. ¿Cómo seremos vestidos? ¿Cómo será esa vestidura? ¿Será la misma vestimenta para todos? 

El Misterio del Hijo de Dios y Cristo a través de los tiempos Por. Milton Alonso Granados  ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? En la tercera sección de la primera carta a los Corintios, capítulo 15, versos 35 al 49, el apóstol Pablo da respuesta a las preguntas y dudas que permanecían en la comunidad cristiana acerca de la naturaleza de la resurrección. En esta sección, Pablo enseña acerca de temas que no estaban claros y en los cuales era necesario profundizar y detallar ampliamente. La resurrección es un fundamento de gran importancia en la fe cristiana, y el creyente enfrenta dificultades a la hora de comprender cómo ocurre este evento, y que forma tendrá el cuerpo en la vida eterna. La pregunta "¿Cómo resucitarán los muertos?" Implica una duda sobre el proceso mismo de la resurrección. ¿De qué manera sucederá? ¿Será un evento físico o espiritual? ¿Cómo Dios traerá de nuevo a la vida a los que han muerto? La segunda pregunta, "¿Con qué cuerpo vendrán?", se refiere al estado o naturaleza del cuerpo resucitado. ¿Será la misma apariencia del cuerpo físico terrenal? ¿Será un cuerpo sujeto al dolor, la enfermedad y la muerte? ¿Será un cuerpo humano similar pero mejorado? ¿O un cuerpo completamente diferente? Estas interrogantes revelan lo que estaba sucediendo dentro de la iglesia y como muchos de ellos estaban lidiando con conceptos complejos y abstractos relacionados con la resurrección y la vida eterna. Y es precisamente por esta razón que Pablo continúa en los versículos siguientes, explicando y respondiendo a estas inquietudes. Para lograr esto, el apóstol, utiliza analogías y enseñanzas que ayudan a los creyentes a comprender mejor la realidad de la resurrección y la transformación final.

El Misterio del Hijo de Dios y Cristo a través de los tiempos Por Milton Alonso Granados El Apóstol Pablo y la Resurrección 1 Corintios 15. Tanto la comunidad gentil como judía se enfrentaban a desafíos doctrinales complejos, y el apóstol Pablo escribe a los Corintios para aclarar las dudas, corregir errores, y enseñar a los creyentes acerca de la verdadera resurrección y la transformación de todas las cosas. El contexto en que el apóstol Pablo escribe el capítulo 15, es el de la ciudad de Corinto, un importante centro comercial y cultural de la antigua Grecia. Corinto era conocida por su diversidad cultural y religiosa, pero también por sus problemas y desafíos morales. La iglesia en Corinto enfrentaba varios problemas y divisiones internas, como disputas entre miembros, abuso de los dones espirituales y cuestionamientos doctrinales. Además, algunos miembros de la iglesia rechazaban la doctrina conocida hasta entonces sobre la resurrección de los muertos. En 1 Corintios 15, el apóstol Pablo aborda el tema de la resurrección y su importancia teológica y práctica para los creyentes. Algunos en la iglesia de Corinto negaban o dudaban de la forma en que se llevaría a cabo la resurrección de los muertos, lo que llevó a conflictos y confusión entre los miembros. Pablo escribe este capítulo para reafirmar la doctrina de la resurrección y explicar la transformación de todas las cosas, y su significado para la fe cristiana.

El Apóstol Pablo y la resurrección. En la teología Paulina, la resurrección espiritual y la nueva habitación para el alma del hombre, abre una nueva dimensión de gloria para el creyente. El apóstol toma la enseñanza judía existente, y los aportes de Jesús de Nazareth, y termina de aclarar el tema de la resurrección. No cabe duda, que toda la teología cristiana está establecida en la grandeza de este poderoso evento.  Por esta razón, Pablo afirma irónicamente que: Si Jesús no resucitó, la eternidad no tendría valor, por lo que no quedaría más que comer y beber, en tanto llega la muerte (1 Corintios 15:4, 32). La vida después de la muerte y la resurrección fue y sigue siendo uno de los temas más apasionantes y discutidos en la historia del hombre. La gran cantidad de opiniones y los diferentes planteamientos que existen, la convierten en uno de los temas más relevantes del cristianismo. Notemos algunos de los fundamentos bíblicos más impactantes en cuanto a esta doctrina: 1- Con respecto a este tema, el apóstol Pablo afirma que la resurrección se experimenta a partir de la renovación espiritual o nuevo nacimiento (Efesios 2:5; Colosenses 1:13). 2- Extrañamente, Pablo condena fuertemente a sus antiguos discípulos Himeneo y Fileto, por enseñar que la resurrección ya se había efectuado (2 Timoteo 2: 17, 18). Esta aparente contradicción, hace que nos preguntemos ¿cuál era la posición real del apóstol en cuanto a esta doctrina? 3- Himeneo y Fileto enseñaban conforme a la verdad aprendida, ¡Pero mal aplicada! O sea, predicaban la verdad, ¡Pero no completa! La fuerte reacción del apóstol Pablo, a la hora de afirmar que estos se habían desviado de la verdad, deja entrever que hace más daño y es más difícil de descubrir una media verdad, que una mentira completa. 4- Pablo enseñó que la resurrección espiritual en el creyente es tanto un hecho consumado, como uno que, en su mayor esplendor, ¡todavía está por venir! (2 Corintios 4: 14; Efesios 2:5). El conflicto dentro de esta enseñanza se encuentra en la forma en que se interpreta la resurrección. La posición de Himeneo y Fileto no negaba la resurrección, pero la limitaba a un avivamiento o experiencia presente, sin ninguna repercusión espiritual futura.

La Ley Mosaica y la Ley del Talión. La ley de Talión fue registrada en Mesopotamia el siglo XVIII anterior a Jesús. Este código, fue promulgado por el rey Hammurabi de Babilonia, y establece una serie de leyes para regular la sociedad y promover la justicia. La ley del talión establece el principio de reciprocidad exacta. De manera que, el castigo por un delito debe ser igual al daño causado.  Por ejemplo: la Ley 197, de esta ley, establece que: Quien quiebra el hueso de un hombre, se le debe quebrar el hueso también a él. La ley de Talión es un concepto legal y ético, que se remonta a la antigüedad y fue asimilada en diferentes culturas y sus sistemas legales. El término «talión» deriva de la palabra latina tallos o tale, que significa «idéntico» o «semejante.» De talión se deriva la palabra castellana «tal o tal como», de modo que no se refiere a una pena parecida, ¡sino igual! Existen similitudes y paralelismos entre los diferentes códigos mesopotámicos antiguos, como el Código de Lipit-Ishtar y Ur-Nammu escrito en el siglo XXI anterior a Jesús. Sin embargo, el edicto del rey Hammurabi y la ley del talión, es la más conocida, debido a que Moisés lo incorpora en el libro del Éxodo. Moisés nació en el siglo XIV, 400 años después de promulgado la ley del Talión por el rey Hammurabi de Babilonia. Los libros de Moisés fueron compilados y redactados a partir de diversas fuentes en los siglos VII y VI anterior a Jesús. En ellos, Moisés hace referencia a la ley del Talión. En Éxodo 21:23-25, dice: Pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe" Con el mismo sentido se utiliza el término «retaliación». Desde una perspectiva más conceptual, la Ley del talión es expresión de los siguientes mandatos retributivos de carácter ético: no pidas sin dar y no recibas con ingratitud. Implícitamente, constituye una manifestación del principio de reciprocidad al que alude la etimología de la palabra Talis.   La Ley de Moisés (Sangre por Sangre). Recordemos que el gran pecado de Israel fue derramar la sangre de los profetas y la sangre de Jesús. Según la ley del Talión y la ley de Moisés, esta sangre sería demandada al pueblo de Israel.  En Génesis 9:6 dice: El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada.

El Misterio del Hijo de Dios y Cristo a través de los tiempos. Por Milton Alonso Granados. ¿Qué entendían los judíos por resurrección? En cuanto a la comprensión y claridad de la resurrección entre los judíos de la época de Jesús, es importante reconocer que existían diferentes perspectivas y acalorados debates en relación con este tema. Si bien algunos grupos, como los fariseos, creían firmemente en la resurrección de los muertos, otros, como los saduceos no creían en la resurrección, y rechazando la tradición oral en Israel, se apegaban a una interpretación más restrictiva de la ley y los textos sagrados. Entre los fariseos, que eran uno de los principales grupos religiosos en el judaísmo de esa época, también había diferentes interpretaciones y debates sobre cómo se llevaría a cabo la resurrección. Algunos creían en una resurrección física de los cuerpos, mientras que otros mantenían una comprensión más espiritualizada de la resurrección. Por otro lado, según los Saduceos, en su estricto enfoque literalista de las escrituras, no encontraban menciones claras y detalladas sobre la resurrección en la Torá, y, por lo tanto, sostenían que la muerte implicaba la disolución del alma sin una continuidad consciente. A su modo de interpretación, ellos argumentaban que Moisés había reglamentado tanto la vida social como religiosa en Israel, y si la resurrección no había sido especificada por Moisés, era porque no existía.

·   Fervor por el regreso de Elías y de un profeta como Moisés. Para poder comprender el impacto de la profecía de Malaquías en el mundo judío de la época, debemos tener presente el contexto en que ocurrieron los hechos. En los tiempos de Jesús, Jerusalén, tenía su mirada fija en el cumplimiento de dos profecías:   La primera profecía tiene que ver con la aparición de un profeta que al igual que Moisés traería liberación.  Moisés había declarado al pueblo de Israel, “profeta, como yo te levantará el Señor tu Dios” (Deuteronomio 18: 15). La segunda profecía, establecía con claridad, que el profeta Elías habría de regresar antes de la manifestación divina de Yeshúa, el Cristo de Dios.  

El Misterio del Hijo de Dios y Cristo a través de los tiempos Por Milton Alonso Granados. El Misterio del Ángel, y el Yeshúa de Dios. La palabra hebrea mal'âk (מַלְאָךְ) traducida como ángel, también significa: 1. Mensajero 2. Sacerdote 3. Y Profeta, entre otros. En Malaquías (3:1 y 4:5), la profecía se relaciona directamente con el regreso de Elías y su cumplimiento ministerial en los días de Juan. Sin embargo, es importante mencionar que muchos estudiosos de la profecía ven en el ángel a Jesús, o solamente, un mensajero o profeta como Moisés. Para ser justo, creo que, visto desde los diferentes ángulos de la profecía multidimensional repetitiva, la palabra tiene cumplimiento tanto en Elías, como en Juan, ¡Y en Jesús también! Tal es el impacto de esta escritura, que ha llegado hasta algunos estudiantes musulmanes, quienes ven en la profecía de Malaquías a Mahoma. En su enseñanza, Mahoma fue quien vino a preparar el camino para la venida de Dios. Según esta interpretación, el "templo" se refiere a la Kaaba en La Meca, y el "ángel del pacto" es una referencia al propio Mahoma. Conociendo estas tres interpretaciones y de conformidad con la Biblia, sabemos que fue un ángel del Señor que anunció (a los pastores, a María y a José), el nacimiento de Jesús y la plenitud del poder de Cristo en él. De la misma manera, en que fue anunciado el nacimiento de Jesús, fue un ángel quien declaró el nacimiento de Juan. Según el ángel, la manifestación del espíritu y poder de Elías en Juan lograría la conversión de muchos hijos de Israel. Tan grande fue el ministerio de Juan que el mismo Jesús testificó que entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan (Mateo 1:18-25; 11:11; Lucas 1:5-25; 26-38). Por estar las profecías del antiguo y nuevo testamento entrelazadas, no creer en el anuncio angelical sobre el advenimiento profético de Elías, equivaldría a negar ¡la obra ministerial de Jesús también!

https://youtu.be/oYM-yWZZTSg El Misterio del Hijo de Dios y Cristo a través de los tiempos Por Milton Alonso Granados. Ascensión y regreso del profeta Elías. Según la historia bíblica, el profeta Elías partió sin haber experimentado la muerte física en el sentido tradicional. En cambio, fue llevado al cielo de una manera sobrenatural. El relato del ascenso de Elías se encuentra en el libro de segunda de Reyes, capítulo 2. Elías estaba caminando junto con su sucesor, Eliseo, y llegaron al río Jordán. Allí, Elías tomó su manto, lo dobló y luego golpeó el agua del río, dividiéndolo en dos, y ambos cruzaron en tierra seca. Luego, Elías le preguntó a Eliseo: ¿Qué le gustaría que se le concediera antes de ser trasladado por Dios? Eliseo pidió una doble porción del espíritu de Elías. Esta fue una petición que implicaba ser su sucesor y recibir una parte, del poder y la autoridad profética que Elías tenía. Elías le dijo a Eliseo que, si lo veía ser llevado, su petición sería cumplida. Mientras estaban hablando, un carro de fuego con caballos de fuego descendió del cielo y separó a Elías y a Eliseo. Elías fue llevado al cielo en un torbellino, y Eliseo lo vio mientras subía. Eliseo rasgó sus ropas en señal de duelo y tomó el manto de Elías, que había caído al suelo. De acuerdo con las escrituras, el profeta Elías no experimentó la muerte física, sino que fue llevado al cielo en un torbellino por un carro de fuego. Este evento fue un acontecimiento milagroso y sobrenatural que marcó la partida de Elías de este mundo y el traspaso de su ministerio a Eliseo. Según la historia bíblica, este, no sería el fin del ministerio profético de Elías. Por el contrario, el profeta, tendría que regresar a esta dimensión material, con la misión específica de preparar el camino para la manifestación del Yeshúa de Dios. Esta vez, el Eterno promete el regreso de su mensajero, que, como ángel guardián del pacto, iniciaría el camino hacia la purificación de la casa de su Señor. Uno de los temas, de mayor relevancia dentro del libro de Malaquías, es la promesa que se hace de enviar al profeta Elías, como precursor del camino en el que se haría manifiesto el Yeshúa de Dios.

Uno de los pasajes bíblicos más importantes tiene que ver con la profecía que declaró Isaías acerca del profeta Elías. Isaías, presenta en su profecía a Elías como uno que prepara el camino para la salvación del pueblo y la manifestación del Yeshúa de Dios (Isaías 40:1-5) Léase también, Malaquías 4:5; Mateo 3:3.

El Misterio del Hijo de Dios y Cristo a través de los tiempos Por Milton Alonso Granados. Elías y Juan. (El valor de los dos Testigos). En la Biblia, la confirmación de los dos testigos, o testimonio de confianza doble, se refiere a la práctica de presentar dos o más evidencias para establecer la veracidad de un hecho o acusación. Esta práctica tiene una gran importancia en el contexto bíblico y se menciona en varios pasajes. La importancia del testimonio de confianza doble se basa en el principio de establecer la verdad de manera sólida y confiable. En la ley judía, se requería que al menos dos testigos corroboraran un hecho antes de que se pudiera tomar una decisión o emitir un juicio. Esto garantizaba que no se tomaran decisiones basadas en testimonios falsos o engañosos. La práctica del testimonio de confianza doble se encuentra en varios pasajes bíblicos, como en Deuteronomio 19:15, que dice: "No se condenará a muerte a ningún hombre con el testimonio de un solo testigo; habrá de ser condenado a muerte el acusado, únicamente con el testimonio de dos o de tres testigos". Jesús también hizo referencia a este principio en Mateo 18:16, cuando dijo: "Pero si no te hace caso, lleva contigo a uno o dos más, para que todo asunto se resuelva por el testimonio de dos o tres testigos". El testimonio de confianza doble es importante porque protege contra testimonios falsos o maliciosos. Proporciona una base sólida para tomar decisiones justas y evita la injusticia o el perjuicio injustificado hacia alguien. Además, en el contexto espiritual, se enfatiza la importancia de la verdad y la integridad en las relaciones y en el testimonio de la fe. En resumen, el testimonio de confianza doble tiene una gran importancia en la Biblia como una salvaguarda para establecer la verdad de manera confiable. Protege contra testimonios falsos y garantiza la justicia en las decisiones. Además, enfatiza la importancia de la verdad y la integridad en las relaciones y en la vida espiritual. Para valorar correctamente, la importancia del testimonio de confianza doble, y el papel que juega esta regla dentro del cumplimiento bíblico, veamos algunos textos que hacen referencia a este tema tan trascendental.

El Misterio del Hijo de Dios y el Cristo. Por. Milton Alonso Granados Elías en la Biblia y también en el Corán. Tanto en el judaísmo como en el cristianismo, a Elías se le atribuye la asignación de regresar como precursor del Yeshúa (o poder de Dios), y su Cristo. En la tradición judía, Elías es una figura importante asociada con la llegada del Mesías y se le espera en la festividad de Pascua. En el islam, Elías "إلياس" (Ilyas en árabe) es considerado un profeta, y es mencionado en varios pasajes del Corán, como en el capítulo 37, versículos 123-132, donde se relata su historia y su misión profética. Sin embargo, a diferencia del judaísmo y el cristianismo, el islam no atribuye el regreso futuro de Elías en relación con Jesús "عيسى" (Isa en árabe) o ningún otro evento futuro. A diferencia del Corán, en la Biblia, se menciona que Elías es uno de los dos testigos que reaparecerían para dar fin al cumplimiento profético. Esto ha llevado a múltiples interpretaciones sobre la manifestación de Elías en la preparación del camino y la obra de Cristo en el ministerio de Jesús.

1-¿Quién fue el profeta Elías? El nombre Elías tiene un significado importante en la Biblia y proviene del hebreo "אֵלִיָּהוּ" (Eliyahu), traducido como "mi Dios es Yahuah o Yahuah es mi Dios". El nombre del profeta se compone de dos elementos: 1. "Elí" que proviene de la raíz hebrea "El" (אֵל), que significa Dios. 2. Y "Yah" (יהוה‎), que es una forma corta de Yahuah, Yahweh, Yehovah o Yahveh, cuyo significado es: Yo Soy - también traducido al español como Jehová. Como habrá notado, el nombre propio del gran Yo Soy, se perdió en el tiempo. Debido a la falta de certeza y respetando la tradición judía, muchas traducciones y versiones de la Biblia utilizan solamente "Señor o Dios." Teniendo esto claro, y continuando con la interpretación del nombre del profeta Elías, cuyo nombre se compone de las raíces hebreas “El, que significa Dios, y Yah, que significa Yo Soy." El significado literal, del nombre de Elías, es “Dios Yo Soy, o en Dios Yo Soy.” Este nombre refleja la profunda relación del profeta a la hora de encontrarse a sí mismo, y su propia existencia en el gran y eterno Yo Soy

El Misterio del Hijo de Dios y Cristo a través de los tiempos. Por Milton Alonso Granados. El sacrificio de Isaías 53. La muerte de Isaías no está registrada en la Biblia. La narrativa bíblica se enfoca principalmente en los mensajes y profecías que Isaías recibió y transmitió al pueblo de Israel. La información sobre la muerte de Isaías proviene principalmente de fuentes extrabíblicas y tradiciones posteriores. Existen diferentes historias sobre el destino final del profeta.   Estas son algunas de las creencias y relatos que se encuentran en diversas fuentes: Los detalles vienen de la historia judía. Tanto el Talmud תַּלְמוּד [talmūd], babilónico, como el Talmud de Jerusalén, los cuales contienen comentarios sobre el Antiguo Testamento. Ambos concuerdan, que Isaías fue aserrado en dos, por órdenes del rey Manasés. En cuanto al Talmud Babilónico, también conocido como el Talmud de Babel, este fue compilado y escrito en diferentes etapas a lo largo de varios siglos.  Su origen se remonta al período del Segundo Templo en Jerusalén (del año 516 anterior a nuestra era común, hasta el año 70 después de Jesús). Durante esta época, se discutieron y registraron las leyes y tradiciones orales judías.

El Misterio del Hijo de Dios y Cristo a través de los tiempos Por Milton Alonso Granados.   Los capítulos 40 al 55 del libro de Isaías presentan un mensaje de consuelo y restauración. También en estos capítulos se menciona tres temas trascendentales:  1. El primero tiene que ver con la liberación del pueblo del exilio, por medio del pastor ungido del Señor, el rey de reyes y representante del pueblo gentil, Ciro de persa (Isaías 40:1-3; 44: 28; 45:1-7; 48: 20). 2. El Segundo, trata con el llamado a las naciones gentiles, invitándolas a unirse al Dios de Israel y participar de la salvación (Isaías 42:6; 49:6). 3.      Y el tercero, y uno de los más importantes acontecimientos proféticos, nos lleva a contemplar la obra del siervo del Señor, que da su vida a causa del pecado de Israel (Isaías 53). Además de estos relevantes acontecimientos, el profeta declara a su generación, la creación de cielos nuevos y la tierra nueva. Aquellos cielos de desesperanza, y la tierra manchada de sangre e injusticia, darían paso a unos cielos y a una tierra nuevos, en los que prevalecería la justicia de Dios.   "Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento" "…los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, … así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre" (Isaías 65: 17; 66: 22). Estos pasajes proféticos hablan de la manifestación del Yeshúa de Dios y la obra de Cristo a favor de su pueblo. El cumplimiento de la promesa, entregada por medio de Isaías, representa una visión escatológica y esperanzadora de un futuro renovado y restaurado por Dios. Su profecía indica la abolición de lo antiguo, y la llegada de una realidad completamente nueva y gloriosa.

El nombre Isaías es de origen hebreo y se deriva de la palabra "Yesha'yahu" o "Yeshayahu", que significa "Dios es salvación" o "Dios salva". El nombre refleja la conexión profunda de Isaías con la salvación y redención que Dios prometió a su pueblo. Como nota interesante, el nombre de Jesús יֵשׁוּעַ (Yeshúa), también significa "Dios es salvación"​

1-¿Quién es el profeta Isaías? El Misterio del Hijo de Dios y Cristo a través de los tiempos Por Milton Alonso Granados.  Isaías, según la tradición, nació en la ciudad de Jerusalén, alrededor del año 765 antes de Jesús. El profeta Isaías, es uno de los profetas más importantes y venerados en la tradición judeocristiana. El ministerio profético de Isaías llegó a durar casi medio siglo, desde fines del gobierno de Azarías, rey de Judá, hasta los tiempos del monarca Manasés. Isaías profetizó durante los reinados de varios reyes de Judá, su ministerio se extiende desde el siglo VIII al siglo VII, antes de Jesús Los principales reinados mencionados en el libro de Isaías son: 1. Uzías (Azarías), también conocido en algunas traducciones como Ozías: Reinó desde el año 792 hasta el 740, antes de Jesús. Según la tradición talmúdica Isaías fue primo del rey Uzías y pariente de los reyes contemporáneos de Judá. 2. Jotam, hijo de Uzías: Reinó desde el año 740 hasta el 736, antes de Jesús. 3. Acaz, hijo de Jotam: Reinó desde el 736 hasta el año 716, antes de Jesús. 4. Ezequías, hijo de Acaz: Reinó desde el año 716 hasta el 687, antes de Jesús. 5. Manasés, hijo de Acaz: Reinó en el reino de Judá desde el año 687, hasta el 642 antes de Jesús. Este fue uno de los reyes más longevos en el trono de Judá, con un reinado de alrededor de 55 años. Durante su gobierno, Manasés se apartó de la adoración al Dios verdadero y promovió la idolatría en el reino. Sin embargo, al final de su vida, se arrepintió y buscó restaurar la adoración al Dios de Israel.

¿Qué es la profecía multidimensional o profecía recurrente?  Por. Milton Alonso Granados.  La profecía multidimensional o profecía recurrente, es una que se ha cumplido repetidamente a lo largo del tiempo, con diferentes eventos o situaciones que se ajustan a la descripción de la profecía original.  Es importante tener en cuenta que las profecías y su interpretación pueden variar ampliamente, y lo que una persona considera como una profecía cumplida recurrente, otra persona puede verlo de manera diferente. Las profecías a menudo son subjetivas y pueden estar abiertas a diferentes interpretaciones y puntos de vista.  En la historia, ha habido varios ejemplos de profecías que se consideran multidimensionales o recurrentes según diferentes culturas y creencias. Estas pueden incluir eventos históricos, fenómenos naturales o incluso situaciones políticas.   Profecías recurrentes.   La Biblia contiene varias profecías que se considera que han tenido cumplimientos recurrentes a lo largo de la historia. Un ejemplo de una profecía recurrente en la Biblia es la profecía de la destrucción de Jerusalén.  

¿En qué sentido fue Ciro un Cristo para su época? En cuanto a la reconstrucción de Jerusalén, se le atribuye la liberación de los judíos del cautiverio babilónico y la autorización de la reconstrucción del Templo de Jerusalén. La historia de Ciro y la reconstrucción de Jerusalén se narra en la Biblia y se conoce como el Edicto de Ciro. Según el relato bíblico, en el año 539 a.C., Ciro conquistó Babilonia y emitió un edicto que autorizó la repatriación de los judíos que habían sido deportados y esclavizados por los babilonios. Ciro les permitió regresar a su tierra natal para reconstruir el Templo y la ciudad de Jerusalén. El edicto de Ciro fue una gran victoria para los judíos, que habían sido expulsados de su tierra durante décadas. Este fue un tiempo de salvación, en el que se manifestó la Yeshúa de Dios, con gran esperanza para ellos, que veían la mano de Dios detrás de la liberación y restauración de su hogar espiritual y cultural. La reconstrucción del Templo de Jerusalén fue un evento muy significativo para los judíos, ya que les permitió ver el cumplimiento de la séptima semana profetizada por Daniel, y reivindicar, así, su identidad religiosa. En la primera de dos profecías acerca de Ciro, el profeta Isaías declara el mensaje del Señor diciendo del rey Persa: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado (Isaías 44: 28).