Hoy estaremos leyendo Isaías 65-66, 1 Timoteo 6:1-10 y Proverbios 3:31-35. En Isaías 65, Dios promete un futuro glorioso: cielos nuevos y tierra nueva donde no habrá llanto ni dolor, y donde su pueblo vivirá en justicia y gozo. En Isaías 66, el Señor recuerda que no habita en templos hechos por manos humanas, sino en corazones humildes y quebrantados. También anuncia que juzgará toda arrogancia, pero traerá consuelo y recompensa a los que le son fieles. Es una visión de esperanza y restauración final. Reflexiona: ¿Estás viviendo con la mirada puesta en la eternidad o aferrado a lo temporal? ¿Tu corazón refleja la humildad que atrae la presencia de Dios?

En 1 Timoteo 6:1-10, Pablo exhorta a los creyentes a vivir con integridad, especialmente en su trato con los demás, y advierte sobre los peligros de la codicia. Enseña que la verdadera ganancia está en la piedad acompañada de contentamiento. La búsqueda insaciable de dinero puede apartar el corazón de la fe y causar mucho dolor. Reflexiona: ¿Estás cultivando un corazón satisfecho con lo que Dios te ha dado? ¿Tu vida refleja generosidad o estás cayendo en el afán y el deseo de más?

En Proverbios 3:31-35, se nos instruye a no envidiar a los violentos ni imitar su conducta. El Señor aborrece la maldad, pero bendice la casa de los justos. Los sabios heredan honra, mientras los necios reciben deshonra. La verdadera grandeza proviene de caminar en humildad y justicia ante Dios.