Las Luces de Diwali y el Niño Curioso
Update: 2025-02-24
Description
Había una vez un niño curioso llamado Aarav, que vivía en un pequeño pueblo de la India. Aarav siempre hacía muchas preguntas sobre todo lo que veía, pero este año tenía una duda muy especial: ¿Por qué Diwali, el festival de las luces, era tan importante?
Una tarde, mientras el sol se escondía y las primeras lámparas comenzaban a encenderse, Aarav fue a ver a su abuela, que estaba colocando pequeñas velas de arcilla, llamadas diyas, en las ventanas.
—Abuela, ¿por qué ponemos tantas luces en Diwali? —preguntó Aarav.
La abuela sonrió, se sentó junto a él, y comenzó a contarle una historia:
—Hace mucho, mucho tiempo, en un reino lejano, había un príncipe valiente llamado Rama. Rama tuvo que irse de su hogar durante muchos años para cumplir con un deber importante. Durante ese tiempo, enfrentó muchos desafíos, pero siempre fue justo y valiente. Finalmente, después de vencer al malvado demonio Ravana, Rama regresó a casa junto con su esposa Sita y su hermano Lakshman.
—¿Y las luces? —interrumpió Aarav con ojos brillantes.
—¡Ah, las luces! —continuó la abuela—. Cuando Rama regresó al reino de Ayodhya, era una noche sin luna, muy oscura. La gente, emocionada por su regreso, encendió miles y miles de diyas para iluminar el camino y darle la bienvenida. Desde entonces, encendemos luces en Diwali para recordar cómo la luz siempre vence a la oscuridad y cómo el bien triunfa sobre el mal.
Esa noche, Aarav ayudó a encender más diyas por toda la casa. También colocaron luces en el jardín y compartieron dulces con los vecinos. Mientras observaba cómo las luces brillaban en la noche, Aarav sintió algo especial en su corazón. Ahora entendía que Diwali no solo era un festival de luces, sino también de amor, esperanza y alegría.
Y colorín colorado, esta historia ha terminado.
Una tarde, mientras el sol se escondía y las primeras lámparas comenzaban a encenderse, Aarav fue a ver a su abuela, que estaba colocando pequeñas velas de arcilla, llamadas diyas, en las ventanas.
—Abuela, ¿por qué ponemos tantas luces en Diwali? —preguntó Aarav.
La abuela sonrió, se sentó junto a él, y comenzó a contarle una historia:
—Hace mucho, mucho tiempo, en un reino lejano, había un príncipe valiente llamado Rama. Rama tuvo que irse de su hogar durante muchos años para cumplir con un deber importante. Durante ese tiempo, enfrentó muchos desafíos, pero siempre fue justo y valiente. Finalmente, después de vencer al malvado demonio Ravana, Rama regresó a casa junto con su esposa Sita y su hermano Lakshman.
—¿Y las luces? —interrumpió Aarav con ojos brillantes.
—¡Ah, las luces! —continuó la abuela—. Cuando Rama regresó al reino de Ayodhya, era una noche sin luna, muy oscura. La gente, emocionada por su regreso, encendió miles y miles de diyas para iluminar el camino y darle la bienvenida. Desde entonces, encendemos luces en Diwali para recordar cómo la luz siempre vence a la oscuridad y cómo el bien triunfa sobre el mal.
Esa noche, Aarav ayudó a encender más diyas por toda la casa. También colocaron luces en el jardín y compartieron dulces con los vecinos. Mientras observaba cómo las luces brillaban en la noche, Aarav sintió algo especial en su corazón. Ahora entendía que Diwali no solo era un festival de luces, sino también de amor, esperanza y alegría.
Y colorín colorado, esta historia ha terminado.
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