Que toda la juventud seca y sedienta, venga a beber de Jesús, Ríos de Agua Viva. Parte 2
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Fue el sábado 7 de junio del año 2014. Jóvenes anhelantes de la Presencia del Dios de la Biblia acudían, en Bolivia y en las naciones de la tierra, a los auditorios “CRISTO VIENE”. Legaban con sed y sequedad en el alma, y buscaban beber de la Fuente inagotable de Aguas de Vida: Jesús de Nazareth.
Multitudes salieron a anunciar esta Campaña de tanta bendición para la juventud por calles, plazas y avenidas. La invitación fluyó por el Espíritu de Dios en los labios de nuestro amado Pastor Ricardo Claure, que quebrantado recordaba al Señor Jesús, cuando de pie y alzando la voz decía:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Juan 7:37 , 38
Desde ese domingo 1 de junio de 2014, incansablemente se convocó a esta Cita de Amor con Jesús. Y llegada la hora, todos los que acudieron al lugar de reunión en los auditorios, bajando la señal de la página web de nuestro Pastor: www.ricardoclaure.org, y a través de radio y televisión, pudieron participar de esta hermosa Bendición.
El Espíritu Santo de Dios descendió sobre las vidas que dispusieron el corazón a recibir sanidad, y a través de este hermoso mensaje de Consuelo, Esperanza y Libertad, las ungió con el Bálsamo de su Presencia, vendando sus heridas, abriendo las cárceles del pecado, consolando y quitando la aflicción; dándoles alegría en vez de tristeza. Ríos de Agua Viva corrieron en su interior y la Gloria del Dios de la Biblia resplandeció, haciendo florecer las almas y saciando la sed de Él, en medio de la sequedad y el desierto.
De pronto, un coro de voces prorrumpía en el lugar de reunión, en el cual nuestro amado Pastor, lleno del Espíritu de Dios ministraba, y “a capella”, clamaba cantando a su Dios de Amor:
Dame, dame de beber…
De esos Ríos de Aguas de Vida,
Quiero que corran en mi interior…
Por tu Espíritu Santo.
Corazones restaurados, consolados y sanados, recibieron óleo de gozo, que inundó sus vidas; y ya librados de la opresión del enemigo y de la sequedad del desierto abrasador, danzaron y cantaron en la Presencia de nuestro Amado Libertador y Proveedor de Ríos de Aguas de Vida.




