En la edición de hoy del Radar Empresarial, la atención se centra en una sola protagonista: Johnson & Johnson. La compañía ha alcanzado una capitalización bursátil cercana a los 500.000 millones de dólares, culminando uno de los periodos más favorables de su historia reciente. Sus acciones acumulan una subida del 42% en lo que va de año, y noviembre no ha hecho más que reforzar esta tendencia positiva. La empresa encadena 13 sesiones consecutivas al alza, la racha más prolongada de su trayectoria, y solo en este mes sus títulos avanzan un 9,9%, un ritmo que no se veía desde 2020. Detrás de este impulso se encuentra, en gran medida, su intensa estrategia de adquisiciones.

A comienzos de año, Johnson & Johnson cerró un acuerdo para comprar Intra-Cellular Therapies, fabricante especializado en tratamientos neurológicos, en una operación valorada en más de 14.000 millones de dólares, la cuarta compra más relevante en su historia. Con este movimiento, la empresa buscaba reforzar su división de fármacos y dispositivos médicos tras la separación, en 2023, de su negocio de Consumer Health. Esta escisión dio origen a la empresa independiente Kenvue, que también ha sido noticia recientemente después de que Kimberly-Clark haya pactado su adquisición por casi 50.000 millones de dólares.

Esta desinversión permite a Johnson & Johnson no solo obtener una cantidad significativa de recursos, sino también consolidar la estrategia que tan buenos resultados le está proporcionando: concentrarse en la farmacéutica avanzada y las tecnologías médicas. En esa misma línea, este mes anunció la compra de Halda Therapeutics, un laboratorio centrado en terapias contra tumores sólidos, lo que refuerza su catálogo oncológico y abre nuevas oportunidades de crecimiento para los próximos años.

Las previsiones internas de la compañía sugieren que el impulso continuará. Johnson & Johnson estima un aumento operativo de las ventas de entre el 4,8% y el 5,3% en 2025, y anticipa que en 2026 los ingresos crecerán por encima del 5%. Además, destaca por su rápida alineación con la nueva administración estadounidense, al anunciar un plan de inversiones de 50.000 millones de dólares en Estados Unidos para los próximos cuatro años.