Bailes, águilas, y perros: el vídeo de la extraña bienvenida que le han regalado a Putin en Kirguistán
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Vladimir Putin aterrizó este martes en Bishkek para participar en una cumbre. Una de esas actividades habituales en el día a día de un presidente de un país. Pero nada más poner un pie fuera del avión, quedó claro que aquello no iba a ser una recepción cualquiera. Ni alfombra roja ni desfile militar: en Kirguistán tiraron de parafernarlia. Hablamos de perros, águilas, jinetes y música tradicional a pleno pulmón.
El presidente ruso bajó las escalerillas y se fundió en un abrazo con el presidente kirguís, Sadyr Japarov. Hasta ahí, todo normal. Pero en cuanto avanzaron unos metros, se toparon con dos perros Taigan, una raza local, muy apreciada por su rapidez, esperando como si fuesen parte del protocolo oficial. Putin y Japarov se pararon a mirarlos, mientras alrededor empezaba a desplegarse una especie de coreografía improvisada: hombres con águilas doradas en el brazo, bailarinas con vestidos tradicionales y jinetes haciendo guardia a caballo frente al edificio del aeropuerto.
Todo esto fuera, al aire libre, en plena pista de aterrizaje. Pero dentro, la fiesta continuaba: más trajes típicos, más música y, de fondo, una versión bien animada de "Kalinka-Malinka", que acompañó el paso de los dos mandatarios antes de su reunión oficial.
Una ceremonia habitual en Kirguistán
La ceremonia, aunque llame la atención vista desde fuera, es completamente habitual en la región. A Kirguistán le gusta recibir a sus invitados importantes mostrando su cultura, y esta vez han ido sin complejos. La ocasión lo pedía: Putin llega para participar en la cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), un encuentro clave para Rusia, que además asume ahora la presidencia del bloque.
En los próximos días, Putin y Japarov tienen previsto firmar documentos, reforzar alianzas y hablar de seguridad regional. Pero antes de ponerse serios, Kirguistán ha querido dar la bienvenida a su manera: colorida, sonora y, por momentos, un poco surrealista para quien no esté familiarizado con las tradiciones centroasiáticas.
La ceremonia, además, probablemente le hizo especial gracia a Putin, porque pocas cosas le gustan más que los perros, y aquí los Taigan fueron protagonistas. Incluso ha recibido perros de regalo de diferentes países, como un mastín búlgaro, un perro Akita de Japón y un perro Alabai de Turkmenistán.
En 2007, durante una reunión en Sochi, Putin permitió que su perro labrador negro llamado Koni se acercara a la entonces canciller alemana Angela Merkel, a pesar del miedo que ella le tenía a los perros. Asi que no es la primera vez que el presidente ruso comparte con animales las actividades propias de un presidente.




