Courtney Dauwalter, nacida en 1985 en Minnesota, creció rodeada de nieve, bosque y una vida donde el outdoor era parte de la cultura. Desde joven practicó cross-country y esquí nórdico, destacando no por su físico, sino por una extraordinaria capacidad para soportar la fatiga. Empezó a correr por diversión, guiada por el instinto, y descubrió que su cuerpo siempre estaba dispuesto a ir más lejos.

Desde 2011 acumula resultados, con sus primeros podios entre 2013 y 2014 en distancias de 50 a 80 km dentro de EE. UU. Su primera gran señal llegó en 2013 con un segundo puesto en los 100 millas de Superior Trail. En 2016 lograría su primera victoria en 100 millas en Run Rabbit Run, seguida de otra en los 100k de Javelina Jundred.

El gran salto ocurre en 2017 cuando deja su trabajo como profesora para dedicarse por completo al ultrarunning. Ese mismo año gana la Moab 240 —383 km— con récord del recorrido, sacándole 10 horas al primer hombre. A partir de ahí, su progresión se vuelve imparable: más de 50 victorias, casi un 60% de triunfos históricos y al menos 16 carreras terminadas dentro del top 10 absoluto, compitiendo no solo con mujeres, sino entre la élite total.

El núcleo de su filosofía es la “pain cave”, la cueva del dolor. Courtney no la evita: la busca. Para ella es un taller mental donde cada kilómetro amplía sus límites. Esa relación con la fatiga es la que le permite sobresalir en pruebas donde solo los mejores del mundo sobreviven.

Su temporada 2023 es quizá la más impresionante en la historia del ultra-trail.
Western States: 15h29m, récord femenino y sexta absoluta.
Hardrock 100 (tres semanas después): victoria, récord femenino y cuarta absoluta.
UTMB: 23h29m14s, triunfo dominante y la mítica escena lavándose los dientes en el km 81.

Nadie había logrado el triplete WS100 + Hardrock + UTMB en la misma temporada. Su hazaña no es solo un récord: redefine los límites del cuerpo humano.

Courtney corre con alegría, humildad y una sencillez desconcertante. No complica la nutrición ni el entrenamiento; se guía por la curiosidad y el deseo de saber qué hay más allá del siguiente límite.

Más que una atleta dominante, Courtney Dauwalter es un fenómeno mental. Nos recuerda que los límites existen, pero suelen estar mucho más lejos de lo que imaginamos.