Si no has jugado rol, ya estás jugando uno...
Update: 2025-08-31
Description
🎭
Life's Unseen Role-Playing Game
El texto explora la idea de que la vida cotidiana es un juego de rol constante, donde cada persona asume diversos papeles o "roles" —como hijo, trabajador o amigo— que actúan como máscaras y estrategias en diferentes "juegos" sociales con sus propias reglas y metas. Se enfatiza que estos roles no son islas aisladas, sino que se cruzan y condicionan, exigiendo una administración consciente de energía y recursos para evitar el agotamiento. La fuente también destaca la importancia del liderazgo para la claridad en estos "juegos" y cómo la identificación del rol actual es fundamental para una acción coherente, sirviendo de puente entre lo biológico y lo social. Finalmente, el texto aborda cómo las personas con TDAH pueden encontrar particular dificultad en ordenar estos roles internos y cómo herramientas como la Rueda de la Vida pueden ser un "mapa externo" crucial para organizar su mundo interno y sus narrativas personales.
Aunque mucha gente asocia la expresión "juego de rol" con dados, dragones o mundos fantásticos, la verdad es que todos estamos jugando un juego de rol desde que nos levantamos por la mañana. Este concepto se explica a través de varias ideas clave:
El Rol como Máscara Cotidiana y Estrategia Vital
En el teatro griego, la palabra "persona" significaba "máscara". Cada día, al interactuar en diferentes ámbitos como el trabajo, la familia, la pareja o el grupo de amigos, adoptamos un papel o "máscara". Esto implica cambiar la voz, los gestos, el vocabulario e incluso el humor, siguiendo guiones que, aunque no hayamos escrito, conocemos de memoria.
Podríamos identificar al menos siete roles comunes que representamos con frecuencia: hijo, hermano, trabajador, amigo, ciudadano, compañero y amante. Cada uno de estos roles exige habilidades específicas —como escuchar, negociar, obedecer, liderar, empatizar, contener o resolver— y tiene un objetivo particular que cumplir.
Más allá de ser un simple disfraz, cada rol funciona como una estrategia dentro de un juego concreto. Por ejemplo:
• El rol de hijo busca mantener el vínculo y pertenecer a un linaje.
• El rol de trabajador se juega en el tablero de la economía, con metas medibles.
• El rol de amigo obedece al juego de la lealtad y la complicidad. Cada estrategia tiene su propia meta, y cada meta pertenece a un juego con reglas distintas.
Lo esencial es comprender que somos un conjunto de roles que se mueven por distintos juegos, y que estos juegos deben coordinarse. No pueden vivirse como islas separadas, ya que tarde o temprano se cruzan, se rozan y se condicionan mutuamente.
Los Dados Invisibles y las Reglas No Escritas
La vida, al igual que los juegos de rol, tiene su cuota de azar y probabilidad, como los "dados invisibles" que se tiran. No controlamos si un comentario será bien recibido o si una decisión traerá consecuencias inesperadas, pero interpretamos a nuestro personaje de acuerdo al escenario que nos toca.
Lo curioso es que nadie nos explica el reglamento completo de este juego de rol social. Aprendemos las normas sociales imitando a otros, descifrando miradas y ensayando respuestas. Cada cultura, familia o grupo tiene sus propias reglas internas, algunas explícitas y otras tácitas, que se castigan en silencio. Así, sin haber elegido sentarnos a la mesa, estamos inmersos en una campaña de rol social que se actualiza constantemente.
Escenarios Cotidianos y la Gestión de Recursos
Un mismo evento puede ser un cruce de múltiples roles y partidas simultáneas. Imagina una comida familiar donde, en dos horas, se interpreta al hijo que escucha a sus padres, al hermano que discute, al trabajador que responde un mensaje urgente, al amigo que organiza un plan posterior, al ciudadano que comenta las elecciones y al amante que intercambia miradas cómplices.
Estos "escenarios cotidianos" como tu casa, coche o barrio, son tableros donde representas papeles en paralelo. Ser padre, hijo, vecino y amigo al mismo tiempo en un mismo espacio consume energía, exige recursos y demanda atención, y estos recursos son limitados. La vida es, en este sentido, una cuestión de administrar puntos de energía y recursos. La sabiduría no reside en dejar de jugar, sino en aprender a elegir el rol adecuado en el escenario adecuado, y sostenerlo con la energía justa.
Liderazgo y Narrativas Personales
En cada "juego" o interacción social, a menudo emerge la figura del líder. Puede ser el padre en una comida familiar, el jefe en una reunión, o el amigo que convoca al grupo. Cuando el liderazgo es claro, las reglas se ordenan, las metas se clarifican y cada rol fluye mejor. La ausencia de un líder claro, sin embargo, puede generar confusión, diluir metas y hacer que los personajes se pisen entre sí, llevando al caos o la parálisis.
Además, cada persona gestiona varias narrativas paralelas que se cruzan: la historia de la familia, del trabajo, de la amistad, de la pareja. Antes de actuar, es crucial preguntarse "¿en qué historia soy personaje en este momento?". La acción cobra sentido desde esa identificación, ya que no es lo mismo hablar como hijo que como profesional, o como pareja que como ciudadano.
El Rol como Puente Biológico-Social y el Desafío del TDAH
El concepto de rol es la bisagra que une lo biológico con lo social. La biología nos da voz, cuerpo, gestos y energía, mientras que lo social nos asigna guiones, reglas y expectativas. El rol es el punto de encuentro donde estas fuerzas producen sentido, formando las relaciones que nos conectan con los demás y nos permiten existir en común.
Este asunto del ordenamiento de roles es vivido con particular intensidad por las personas con TDAH. Así como les cuesta ordenar externamente objetos o espacios, también encuentran dificultades para ordenarse como un conjunto de roles. Les resulta complejo definir qué conducta corresponde a cada rol y en qué momento aplicarla.
La Rueda de la Vida como Mapa Interno
Es en este contexto que herramientas de coaching como La Rueda de la Vida adquieren una profunda utilidad. Lejos de ser un mero ejercicio decorativo, esta herramienta funciona como un mapa externo que ayuda a organizar el mundo interno. Al visualizar los distintos ámbitos de la vida, darles forma y proporción, el cerebro puede ver con claridad lo que antes era un torbellino de roles y expectativas. Esto permite a la persona comprender no solo sus metas, sino también los juegos en los que está inmersa y los personajes que encarna en cada uno.
Para quienes viven con TDAH, este reconocimiento de roles, juegos e historias en cada momento no es solo una reflexión; es la clave para pasar del caos a la estrategia, del ruido al mapa, de la dispersión a la coordinación vital. Permite una gestión más consciente y efectiva de la energía y los recursos, facilitando el desarrollo y el bienestar.
Life's Unseen Role-Playing Game
El texto explora la idea de que la vida cotidiana es un juego de rol constante, donde cada persona asume diversos papeles o "roles" —como hijo, trabajador o amigo— que actúan como máscaras y estrategias en diferentes "juegos" sociales con sus propias reglas y metas. Se enfatiza que estos roles no son islas aisladas, sino que se cruzan y condicionan, exigiendo una administración consciente de energía y recursos para evitar el agotamiento. La fuente también destaca la importancia del liderazgo para la claridad en estos "juegos" y cómo la identificación del rol actual es fundamental para una acción coherente, sirviendo de puente entre lo biológico y lo social. Finalmente, el texto aborda cómo las personas con TDAH pueden encontrar particular dificultad en ordenar estos roles internos y cómo herramientas como la Rueda de la Vida pueden ser un "mapa externo" crucial para organizar su mundo interno y sus narrativas personales.
Aunque mucha gente asocia la expresión "juego de rol" con dados, dragones o mundos fantásticos, la verdad es que todos estamos jugando un juego de rol desde que nos levantamos por la mañana. Este concepto se explica a través de varias ideas clave:
El Rol como Máscara Cotidiana y Estrategia Vital
En el teatro griego, la palabra "persona" significaba "máscara". Cada día, al interactuar en diferentes ámbitos como el trabajo, la familia, la pareja o el grupo de amigos, adoptamos un papel o "máscara". Esto implica cambiar la voz, los gestos, el vocabulario e incluso el humor, siguiendo guiones que, aunque no hayamos escrito, conocemos de memoria.
Podríamos identificar al menos siete roles comunes que representamos con frecuencia: hijo, hermano, trabajador, amigo, ciudadano, compañero y amante. Cada uno de estos roles exige habilidades específicas —como escuchar, negociar, obedecer, liderar, empatizar, contener o resolver— y tiene un objetivo particular que cumplir.
Más allá de ser un simple disfraz, cada rol funciona como una estrategia dentro de un juego concreto. Por ejemplo:
• El rol de hijo busca mantener el vínculo y pertenecer a un linaje.
• El rol de trabajador se juega en el tablero de la economía, con metas medibles.
• El rol de amigo obedece al juego de la lealtad y la complicidad. Cada estrategia tiene su propia meta, y cada meta pertenece a un juego con reglas distintas.
Lo esencial es comprender que somos un conjunto de roles que se mueven por distintos juegos, y que estos juegos deben coordinarse. No pueden vivirse como islas separadas, ya que tarde o temprano se cruzan, se rozan y se condicionan mutuamente.
Los Dados Invisibles y las Reglas No Escritas
La vida, al igual que los juegos de rol, tiene su cuota de azar y probabilidad, como los "dados invisibles" que se tiran. No controlamos si un comentario será bien recibido o si una decisión traerá consecuencias inesperadas, pero interpretamos a nuestro personaje de acuerdo al escenario que nos toca.
Lo curioso es que nadie nos explica el reglamento completo de este juego de rol social. Aprendemos las normas sociales imitando a otros, descifrando miradas y ensayando respuestas. Cada cultura, familia o grupo tiene sus propias reglas internas, algunas explícitas y otras tácitas, que se castigan en silencio. Así, sin haber elegido sentarnos a la mesa, estamos inmersos en una campaña de rol social que se actualiza constantemente.
Escenarios Cotidianos y la Gestión de Recursos
Un mismo evento puede ser un cruce de múltiples roles y partidas simultáneas. Imagina una comida familiar donde, en dos horas, se interpreta al hijo que escucha a sus padres, al hermano que discute, al trabajador que responde un mensaje urgente, al amigo que organiza un plan posterior, al ciudadano que comenta las elecciones y al amante que intercambia miradas cómplices.
Estos "escenarios cotidianos" como tu casa, coche o barrio, son tableros donde representas papeles en paralelo. Ser padre, hijo, vecino y amigo al mismo tiempo en un mismo espacio consume energía, exige recursos y demanda atención, y estos recursos son limitados. La vida es, en este sentido, una cuestión de administrar puntos de energía y recursos. La sabiduría no reside en dejar de jugar, sino en aprender a elegir el rol adecuado en el escenario adecuado, y sostenerlo con la energía justa.
Liderazgo y Narrativas Personales
En cada "juego" o interacción social, a menudo emerge la figura del líder. Puede ser el padre en una comida familiar, el jefe en una reunión, o el amigo que convoca al grupo. Cuando el liderazgo es claro, las reglas se ordenan, las metas se clarifican y cada rol fluye mejor. La ausencia de un líder claro, sin embargo, puede generar confusión, diluir metas y hacer que los personajes se pisen entre sí, llevando al caos o la parálisis.
Además, cada persona gestiona varias narrativas paralelas que se cruzan: la historia de la familia, del trabajo, de la amistad, de la pareja. Antes de actuar, es crucial preguntarse "¿en qué historia soy personaje en este momento?". La acción cobra sentido desde esa identificación, ya que no es lo mismo hablar como hijo que como profesional, o como pareja que como ciudadano.
El Rol como Puente Biológico-Social y el Desafío del TDAH
El concepto de rol es la bisagra que une lo biológico con lo social. La biología nos da voz, cuerpo, gestos y energía, mientras que lo social nos asigna guiones, reglas y expectativas. El rol es el punto de encuentro donde estas fuerzas producen sentido, formando las relaciones que nos conectan con los demás y nos permiten existir en común.
Este asunto del ordenamiento de roles es vivido con particular intensidad por las personas con TDAH. Así como les cuesta ordenar externamente objetos o espacios, también encuentran dificultades para ordenarse como un conjunto de roles. Les resulta complejo definir qué conducta corresponde a cada rol y en qué momento aplicarla.
La Rueda de la Vida como Mapa Interno
Es en este contexto que herramientas de coaching como La Rueda de la Vida adquieren una profunda utilidad. Lejos de ser un mero ejercicio decorativo, esta herramienta funciona como un mapa externo que ayuda a organizar el mundo interno. Al visualizar los distintos ámbitos de la vida, darles forma y proporción, el cerebro puede ver con claridad lo que antes era un torbellino de roles y expectativas. Esto permite a la persona comprender no solo sus metas, sino también los juegos en los que está inmersa y los personajes que encarna en cada uno.
Para quienes viven con TDAH, este reconocimiento de roles, juegos e historias en cada momento no es solo una reflexión; es la clave para pasar del caos a la estrategia, del ruido al mapa, de la dispersión a la coordinación vital. Permite una gestión más consciente y efectiva de la energía y los recursos, facilitando el desarrollo y el bienestar.
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