Cómo aprovechar el verano para estudiar Yoga
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Tus días libres son una oportunidad para potenciar tu práctica de Yoga y desarrollo personal
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El verano como tiempo personal
Hola Sadhakas, ¿qué tal? Yo me acuerdo siempre que de pequeño me interesaba como que ponía mucho foco en aprovechar las vacaciones. Claro, de pequeño tienes ¿cuántos son? Tres meses de vacaciones o algo así y yo recuerdo que yo me iba un mes con mis padres de vacaciones por ahí y nos íbamos normalmente todo el mes de julio y yo me llevaba una mochila repleta de de libros, de discos, de apuntes, de cosas que quería aprovechar en verano. Es decir, que quería aprovechar el tiempo de vacaciones pues para para meterme con todo eso.
Claro, cuando vas al cole, bueno pues tienes que hacer las tareas, los deberes como queramos llamarlo y además tenemos que leer los libros que nos que nos mandan y aprender una serie de cosas que la verdad es que no estaba muy interesado en ellas, necesarias o no, eso ya es otra conversación. Pero yo me acuerdo que aprovechaba el verano, entonces el verano era para mí, son mis días, es mi tiempo y allá donde fuésemos pues yo me llevaba pues eso, una pila de cosas para hacer. Evidentemente siempre se quedaba alguna sin hacer o algún libro sin leer pero yo me iba bien cargado y creo que cuando tenemos días libres merece la pena aprovecharlos.
Aquí estamos evidentemente en un ámbito de Yoga, de desarrollo personal, de meditación y creo que es genial cuando tenemos vacaciones, cuando tenemos días libres para poder aprovecharlos también en ese sentido. Y yo os voy a dar algunas ideas para que podamos aprovechar más el verano en aquello que nos interesa. Fijaos que no lo digo como algo obligatorio, no lo digo como algo de ahora que tengo tiempo, tengo que aprovecharnos, no hay el tengo que sino el decir oye ahora que hay tiempo, qué guay ¿no? que puedo aprovecharlo para una serie de cosas que son las que yo os voy a proponer.
Habrá muchas más, seguro que se os ocurren muchas más pero bueno yo os voy a compartir aquí las mías, las que yo suelo hacer, las que se me ocurren y demás. Entonces, oye ¿cómo puedo aprovechar el verano para potenciar, para mejorar, para profundizar en mi estudio de Yoga? La práctica en verano a mí me gusta que sea una práctica más cortita, más ligera. Yo he hablado en otras ocasiones del poder de los 20 minutos.
Clases cortas y prácticas ligeras
Hay gente que le parece poco en el curso de Yoga hay lecciones hasta de casi dos horas, bueno no, hay hasta de más de dos horas pero luego hay prácticas cortitas y en verano o en días libres, vamos a llamar cuando tenemos vacaciones o días libres, podemos aprovechar para practicar más o a lo mejor queremos practicar de otra manera pero también aprovechar ese día libre como tal.
Me explico, ¿por qué no hacer una clase corta de unos 20 o 30 minutos que podemos meterlo en cualquier momento? La premisa además, oye, que sean cosas ligeras, que podemos hacer en cualquier sitio, que sólo nos haga falta el antideslizante o como mucho un cinturón que nos podamos llevar por ahí porque 20 minutos lo vamos a poder meter de práctica en cualquier momento, en cualquier sitio.
Allá donde vayamos y vamos a aprovechar, vamos a mantener nuestra práctica, nuestra rutina pero sin que esto o sin que ésta interfiera en que, oye, a lo mejor me voy una semana por ahí o me voy 15 días de vacaciones con mi pareja o con unos amigos o yo solo y quiero aprovechar para hacer cosas porque el resto del año a lo mejor no puedo estar en esa playa o en esa montaña pero 20 minutos lo puedo meter en cualquier momento. Entonces, oye, ¿por qué no dedicarme a hacer clases 20 minutos? Pues con un poco de foco, por ejemplo, en la movilidad, en la flexibilidad o quizá en la potencia y en la fuerza o en la ligereza y la pasividad.
De esta manera, como digo, podemos seguir mejorando sin que sea algo impuesto, algo pesado para los días libres. Entonces, fijaos que la premisa es, oye, tengo días libres, puedo aprovechar para, pero quizá estoy con alguien y no quiero, oye, dos horas de práctica. Bueno, pues puedo practicar 20 o 30 minutos dándole movilidad articular, flexibilidad, un poquito de fuerza, de potencia, ¿vale? Entonces, eso sería como la primera cosa para, oye, cómo aprovechar mis días libres para profundizar en mi práctica de Yoga.
Bueno, profundizar 20 minutos es poco, pero sí que puedo mantener y sí que puedo explorar, que también está muy bien. Lo segundo, ¿qué haría? Pues fíjate que te digo, oye, practica 20 o 30 minutos, pero por otro lado te diría, practica sin tiempo, porque muchas veces estamos supeditados al tiempo fijo de una clase.
Por ejemplo, en el curso de Yoga nosotros tenemos las clases en directo y quizá, y vamos a seguir con las clases en directo también en verano, siempre, siempre en vacaciones tenemos las mismas clases, pero imagínate que dices, oye, pero yo estoy en la montaña o estoy en la playa, no puedo asistir a la clase en directo y luego no la quiero ver grabada, o no me quiero meter una clase de una hora, y tampoco quiero hacer una clase de 20 minutos, simplemente practicar sin tiempo.
Practica Yoga sin tiempo fijo
Sin tiempo, tengo un ratito, me pongo a practicar y a lo mejor no a una práctica tan regular. Yo sabéis que abogo siempre por las secuencias bien estructuradas, pero oye, tampoco está nada mal el decir, practico sin tiempo. Me voy al antideslizante, hago un poquito de movilidad de caderas, hago un poquito de movilidad de columna, hago un poquito de apertura de pecho, de estiramiento de piernas, sin tiempo, me voy sintiendo, voy notando lo que hago, no sé cuánto tiempo tengo, o no quiero saber cuánto tiempo tengo, pues simplemente practico, disfruto, me exploro.
Cuando practicamos sin objetivos, la práctica es mucho más bonita, porque en el yoga pasa una cosa que normalmente tenemos como ese objetivo de mejorar, ese objetivo de… recordamos el dibujo o la imagen de la postura perfecta, y muchas veces nos sentimos atrapados con eso y se nos escapa el Yoga.
¿Por qué no sentirnos? ¿Por qué no aprovechar el verano? Y decir, me voy 15 días a la montaña, me llevo un antideslizante y sin tiempo simplemente voy a explorar algunas cosas de movilidad, de aperturas o de fuerza o de equilibrio, voy a mejorar un poco mi equilibrio y me pongo a hacer Vrksasana, Garudasana y todas sus preparativas en el suelo, en el espacio con una silla, al lado de una pared, luego voy explorando en la postura final, exploro, me siento, me siento de sentir, de sentarnos también. Y luego podemos tener una práctica de mínimos, ¿no?
Práctica de mínimos
Por otro lado, oye, pues mira, yo es que no quiero ni comprometerme 20 minutos, tampoco sé si… No sé, tampoco me quiero comprometer a sentirme, a explorarme, pero sí es verdad que lo que no quiero es perder estiramiento en las piernas.
Oye, pues un mínimo de, me llevo un cinturón, un cinturón que cabe en cualquier sitio, y al menos me dedico, o sea, con un cinturón podemos estirar las piernas dos veces por cada lado, dos minutos por vez, y en cinco minutos al menos hemos hecho un mínimo, que es muy poco, que sí, que ya lo sé, que es muy poco, sí, es verdad, pero ¿sabéis qué es menos que eso? No hacer nada. No hacer nada es menos que cinco minutos de estiramiento de piernas. Es que es muy poco cinco minutos, pero no hacer nada es menos.
Entonces, oye, ¿por qué no mantenemos unos mínimos en verano? Y decimos, me llevo un cinturón, estiro las piernas, cinco minutos, cien minutos. O no, simplemente, normalmente voy rígido de caderas. Oye, me pongo en vida lásana, y hago un poco de movilidad de caderas, de círculos, me tumbo en el suelo boca abajo, despego los pies del suelo y permito que las piernas caigan hacia los lados, hago círculos, hago zigzag o tijera que va para las caderas y para la lumbar.
¿Por qué no? Mínimos, cadera y lumbar, cinco minutos. Apertura de pecho, me pongo en tadasana cerca de una pared, a medio metro de la pared, hago tadasana y empiez